Mañana era Víspera de Navidad y en vez de que esta época sea algo bueno, oficialmente estaba a punto de rendirme.
Me había cansado de buscarla por todos lados y no obtener respuesta por ninguno, todo se podía ir a la mierda... hasta ella si es que no quería ser encontrada.
Quizás, debía volver a ser como antes, donde nada ni nadie me importaba, pero ¡rayos! Eso era muy difícil porque alguien me importaba y mucho.
-¿Damian?-, veo a April agitando sus manos, tratando de captar mi atención-, ¿estás aquí?-
-¿En dónde más estaría?-
-Relájate, amigo-, tuerce los ojos. Típico de ella, siempre se tomaba todo a la defensiva.
-¿Qué quieres?-
-¿Sabes qué pasa mañana?-
-Nada-. No quería hacer absolutamente nada por esta fecha, no tenía ganas de celebrar algo solo.
-Es Víspera de Navidad-, rueda los ojos.
-¿Y?-
-¿Por qué estás tan amargado?-, frunce el ceño.
-Por nada-, la verdad era que no quería hablar de eso.
-Bueno-, bufa-, ¿qué vas a hacer mañana?-
-Nada-.
-¡Perfecto!-, se va a buscar algunas cosas a donde está su cartera-, quería preguntarte si me querías acompañar a una cena-, sonríe y saca un sobre-, me la gané por un sorteo-, me lo entrega y dubitativo lo abro-, es para dos y bueno, por las razones que te invito son porque no tengo a nadie y además, quiero que dejes de ser ese Damian amargado y empieces a sonreír un poco-.
-Está bien-, sonríe y me abraza.
-Tienes que estar listo a las ocho-, susurra en mi oído y se va a su cuarto.
-Mierda-, digo. Me quería quedar en casa haciendo nada, pero como las personas dicen: todo pasa por algo.
Quizá, era momento de olvidarme por un rato de Alysa y empezar a vivir mi vida. Debía aceptar el hecho de que ella no quería ser encontrada.
***
-¡Despierta dormilón!-, siento que alguien se tira encima mío.
-Déjame dormir-, gruño y me doy la vuelta con la persona encima mío.
-¡Nada de eso!-
-¡Vete!-
-¡No! ¡Cámbiate para ir a tomar un café a tu lugar favorito!-, grita y se va.
-Mierda-, susurro y abro los ojos.
Me paro y me pongo lo primero que veo. No podía creer lo que estaba pasando, hace un año todo era diferente. Ella estaba a mi lado, ella era la que me gritaba para que me despertara.
-¿Ya estás?-, escucho que alguien grita desde detrás de la puerta.
-¡Ya voy!-, cuando me estoy por poner el polo, veo en la mesa el collar que Alysa me había regalado por nuestro aniversario. Me quedo un rato observándolo y lo tomo entre mis manos-, será mejor que no use esto por un tiempo-, cierro la mano y lo pongo en una caja. Siento un hincón en el pecho, pero decido no tomarle importancia-, es lo mejor-. Me termino de arreglar y mi mirada rápidamente viaja a la caja, bufo, esto sería mucho más difícil de lo que pensaba. Voy a donde esta está y la agarro, para luego, ponerla en un lugar que sería difícil de encontrar-, ¡ya estoy listo!-, grito saliendo del cuarto.