Veintidós

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Mañana era Víspera de Navidad y en vez de que esta época sea algo bueno, oficialmente estaba a punto de rendirme.

Me había cansado de buscarla por todos lados y no obtener respuesta por ninguno, todo se podía ir a la mierda... hasta ella si es que no quería ser encontrada.

Quizás, debía volver a ser como antes, donde nada ni nadie me importaba, pero ¡rayos! Eso era muy difícil porque alguien me importaba y mucho.

-¿Damian?-, veo a April agitando sus manos, tratando de captar mi atención-, ¿estás aquí?-

-¿En dónde más estaría?-

-Relájate, amigo-, tuerce los ojos. Típico de ella, siempre se tomaba todo a la defensiva.

-¿Qué quieres?-

-¿Sabes qué pasa mañana?-

-Nada-. No quería hacer absolutamente nada por esta fecha, no tenía ganas de celebrar algo solo.

-Es Víspera de Navidad-, rueda los ojos.

-¿Y?-

-¿Por qué estás tan amargado?-, frunce el ceño.

-Por nada-, la verdad era que no quería hablar de eso.

-Bueno-, bufa-, ¿qué vas a hacer mañana?-

-Nada-.

-¡Perfecto!-, se va a buscar algunas cosas a donde está su cartera-, quería preguntarte si me querías acompañar a una cena-, sonríe y saca un sobre-, me la gané por un sorteo-, me lo entrega y dubitativo lo abro-, es para dos y bueno, por las razones que te invito son porque no tengo a nadie y además, quiero que dejes de ser ese Damian amargado y empieces a sonreír un poco-.

-Está bien-, sonríe y me abraza.

-Tienes que estar listo a las ocho-, susurra en mi oído y se va a su cuarto.

-Mierda-, digo. Me quería quedar en casa haciendo nada, pero como las personas dicen: todo pasa por algo.

Quizá, era momento de olvidarme por un rato de Alysa y empezar a vivir mi vida. Debía aceptar el hecho de que ella no quería ser encontrada.

***

-¡Despierta dormilón!-, siento que alguien se tira encima mío.

-Déjame dormir-, gruño y me doy la vuelta con la persona encima mío.

-¡Nada de eso!-

-¡Vete!-

-¡No! ¡Cámbiate para ir a tomar un café a tu lugar favorito!-, grita y se va.

-Mierda-, susurro y abro los ojos.

Me paro y me pongo lo primero que veo. No podía creer lo que estaba pasando, hace un año todo era diferente. Ella estaba a mi lado, ella era la que me gritaba para que me despertara.

-¿Ya estás?-, escucho que alguien grita desde detrás de la puerta.

-¡Ya voy!-, cuando me estoy por poner el polo, veo en la mesa el collar que Alysa me había regalado por nuestro aniversario. Me quedo un rato observándolo y lo tomo entre mis manos-, será mejor que no use esto por un tiempo-, cierro la mano y lo pongo en una caja. Siento un hincón en el pecho, pero decido no tomarle importancia-, es lo mejor-. Me termino de arreglar y mi mirada rápidamente viaja a la caja, bufo, esto sería mucho más difícil de lo que pensaba. Voy a donde esta está y la agarro, para luego, ponerla en un lugar que sería difícil de encontrar-, ¡ya estoy listo!-, grito saliendo del cuarto.

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