Nueve

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Liam me ayuda a ir por un vaso de agua y me siento en el sillón que se encuentra al frente de la chimenea. Me quedo pensando, tratando de recordar todo lo que soñé y encontrarle una explicación a todo pero no puedo, me parece sumamente extraño que aquella frase se repitiese <<Te hemos encontrado y ya no vas a escapar>> no entendía a qué rayos se refería la mujer. ¿Qué me habían encontrado? ¿Quién decía que me había escondido? ¿Quién era ella? ¿Por qué me decía eso? ¿Había sido en verdad mentira?

-Explícame qué pasó después de que hablé con Damian-, decidí hablar después de un buen rato, no entendía porqué de la nada me había desmayado. Según yo, solo eran vómitos pero ahora todo me estaba confundiendo, todo parecía haberse mezclado.

-Cuando le colgaste empezaste a temblar y simplemente te desmayaste-, fruncí el ceño, ¿cómo es que no me acordaba de absolutamente nada? No me acordaba de haberle colgado. Asentí y luego volví a guardar silencio un rato.

Ahora lo que me preocupaba era el porqué me había desmayado. No podía ser por el bebé porque recien tenía ¿dos semanas? Era imposible que me hubiera desmayado por eso. Pero ahora la cosa era que si no era por eso, ¿qué era? De repente estaba enferma y este problema que tenía me estaba afectando rápidamente y también le podía afectar a mi bebé. No, eso nunca. No dejaría que le pasara algo.

-Algo malo me está pasando-, miro preocupada a Liam y me empiezo a desesperar. Sí, seguro era eso. Pero, ¿por qué a mí? Si estuviera sin bebé no me importaría pero ahora llevo a un pequeño ser dentro mío y me moriría si le pasara algo por mi culpa. La sola idea de que aquello ocurriera me daba escalofríos.

-Mira, seguramente solo es por tu estado. Es algo nuevo y tu cuerpo está tratando de acostumbrarse a este. Tranquilízate-, me dijo con bastante serenidad. Mucha, para ser precisa.

-Es que no puedo tranquilizarme. Se me hace imposible, no puedo-, me empiezo a ahogar en mi propia preocupación.

-No, no-, dice-, no es nada-. Trata de abrazarme pero eso es lo único que necesito ahora-, ¿qué te pasa?-, me pregunta triste.

-Tengo que decirle a Damian lo que me pasó-, hablé ignorándolo, ahora sí que era una emergencia, de paso y se alejaba de la arpía de dos patas o, ¿serán cuatro?

-Amor-, escucho aquella melodiosa voz. Veo a Liam detrás mío y le doy la espalda, no quería que viera mi expresión al hablarle.

-Amor, tengo que decirte algo sumamente importante-, siento que las lágrimas caen y de pronto la voz se me quiebra. Diga lo que diga, tiene que saber lo que me está pasando.

-¡¿Qué te pasa?!-, grita y escucho cómo se abren varias puertas-, no llores, nena-, nena. Cuánto extrañaba su nena. Sigo llorando y cuando me doy cuenta de que debo decirle a Liam de que me de privacidad él ya no estaba, lo cual se lo agradezco-, las hermosas princesas como tú no lloran-, habla agitado y asiento como si él me pudiera ver. Nos quedamos en silencio un largo rato; yo tratando de tranquilizarme y sigo escuchando su voz agitada, le iba a preguntar qué estaba pasando-, hermosa no llores-, siento un susurro detrás de mi oído.

Era él.

Sonrío con los ojos llorosos otra vez y lo abrazo, él me corresponde el abrazo y me da vuelta-, te extrañé mucho hermoso-, lloro en su hombro y el hunde su nariz en mi cabello-, ¿cómo es que estás aquí-, le susurro.

Adicto A TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora