Dieciséis

1.1K 68 14
                                    

-Hola, S-, me sonríe.

-Hola, L-, tomó asiento-, todo está precioso-, últimamente pasaba mucho tiempo con Lucas, era extraño, pero me encantaba-, te quiero-, le doy un beso y abrazo.

-Yo también-, él me producía esa sensación que me mantenía despierta por las noches-, me alegro que todo te haya gustado-, mira alrededor, y es que es cierto, todo estaba precioso. Las decoraciones combinaban con la época navideña, cómo amaba la época de invierno, la nieve sin duda me enloquecía.

-Tengo hambre-, hablo mirando al plato vacío. Escucho una risotada de su parte, mientras que saca los platos de una canasta.

-Espero que te guste, lo preparé yo mismo-, se muerde el labio y sonríe.

-¡¿Qué?!-, me carcajeo. No había forma que él hubiera cocinado algo, es decir, él no sabía hacerlo.

-¡Claro que sí!-, grita como niño. Yo solo atino a sonreír y seguir comiendo.

Tenía mucha hambre.

Era gracioso ver cómo el tiempo pasaba volando, entre unos días ya iba a ser navidad, la primera desde el accidente. Me resultaba extraño saber que había conocido a Lucas en la fiesta de halloween y que ahora éramos grandes amigos, literalmente lo quería demasiado, todavía tenía esa faceta de rompecorazones, pero aún así era un bebé. Todavía tenía esa pequeña chispa de niño que nadie debería perder, y eso me gustaba.

Con él sentía que podía olvidar todo, todo mi pasado. Él no me hacía recordarlo como todo el mundo, con él era un mundo nuevo y eso me hacía feliz. Era tan divertido pasar tiempo con este tonto, como cuando me invitó a una fiesta uno de los primeros sábados de noviembre.

Ahí fue en donde realmente lo conocí, desde entonces no lo había visto. Esta vez ya iba en un traje completamente negro, con una camisa blanca y una corbata en forma de moño a rayas de blanco, celeste y azul. Se veía bastante guapo.

Yo, en esta oportunidad, tenía un vestido celeste pastel bastante simple, combinado con tacos color piel y de maquillaje básico, algo natural, para ser sincera, no me gustaba ponerme tanta cosa encima de la cara, sentía que después me veía como un payaso, ridículo, pero cierto.

Recuerdo que estaba nerviosa, cuando él llegó, empecé a gritar y a sudar en frío. No me sentía preparada para verlo después de tiempo, empecé a correr con los tacos puestos, y mientras que esperaba, él había tocado el timbre. No puedo aclarar con exactitud el porqué de mi comportamiento, solo me queda decir que estaba muy nerviosa.

Cuando lo vi, parecía que todo se había parado. Antes de salir, nos tomamos fotos y luego, nos sentamos a conversar hasta más o menos, las diez de la noche. Todo el camino nos la pasamos hablando; él me contaba sobre sus amigos. Cómo los había conocido y vuelto sus mejores amigos, la verdad es que era muy gracioso. También de que había viajado mucho últimamente y que realmente no pensaba ir a la fiesta de halloween porque recién había llegado de su viaje a Hawaii, sin embargo, como él dice: fue el destino el que lo hizo ir.

Eso me gustaba.

Bueno, después de que habláramos por un tiempo, al fin habíamos llegado. Para ser honesta, el lugar era bastante grande, bueno, habían demasiadas personas. Lo malo era que no conocía a nadie, pero después de que hiciéramos cola para tomarnos una foto en la entrada y Lucas se fuera a dejar su saco y por un trago, conocí a una chica bastante amigable.

Ella estaba preciosa con ese vestido guinda, el cual le quedaba a la perfección, debido a que su piel era como porcelana. Hasta me sentí terrible al darme cuenta que su cutis era perfecto, sin mencionar que era súper suave y blanca, de ese blanco mate y precioso que es exclusivo de piel fina y bien cuidada, además, ella se veía más pálida por su cabello de tonalidad tan obscura. Su maquillaje para nada exagerado, natural, el cual dejaba resaltar sus grandes ojos azulados.

Adicto A TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora