Surcando los mares hacia el destino.

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Hola, ¿Cómo están? Les dejo otro capitulo,y arriba la imagen de Caleb, que será interpretada por el escandalosamente bello Chris Hemsworth.

Mil gracias por leer.





Caleb se despertó luego de dormir un par de horas, con un fuerte dolor de cabeza. Algunos golpes, magullones y cortadas que le dejo la tormenta, esta mañana estaban inflamados o tirantes y le incomodaban, aunque él, acostumbrado a esa vida, no les dio mucha importancia.

Se estiró en la cama y calzándose unas botas negras y pesadas se dirigió a la jofayna para lavarse la cara y de paso, terminar de despabilarse con el agua fría.

Minutos después el capitán de el drakkar se paseaba por la cubierta, inspeccionando a la luz del sol los destrozos que la tempestad dejo tras de sí.

Era una mañana hermosa, que parecia desmentir los sucesos del día anterior. Caleb aspiró profundo, y luego de dejar algunas ordenes e indicaciones, se dispuso a descender al camarote que albergaba a su más importante tripulante a bordo. .

Sus pasos largos lo condujeron hasta allí en unos minutos, los cuales se detuvieron en la puerta un segundo antes de llevarlo hacia el interior del cuarto; pensaba con que ánimo habría de encontrarlo. Al entrar lo vio, sentado en la cama, con sus rodillas sobre su pecho y su mentón recargado en ellas. Era una pose que solía usar, una que a sus ojos solo lo hacia ver más delicado y frágil.

Caleb se acercó unos pasos al príncipe, y este notando su presencia levantó su rostro para observarlo.

-No debiste...esta prohibido tocarme-fue lo primero que le dijo,y Caleb hizo un gesto de extrañeza, sin entender a que se refería .Un segundo después recordó.

-Oh...¿te refieres a ese ligero roce mientras te estaba aseando? Yo no lo llamaría tocar, el paño se resbaló de mi mano-le respondió Caleb, un tanto divertido por su expresión enfadada.

-Pues, procura que no vuelva a pasar, como te dije está prohibido-le repitió alzando la barbilla con cierta condescendencia.

Caleb se rió y negó con la cabeza, mientras caminaba un poco mas hasta llegar a la cama y allí resolvió sentarse en una esquina.

-¿Así que nunca te tocan?¿Nadie? Perdona mi imprudencia pero entonces como haces para...-dijo acompañando sus palabras con un ademán algo grosero, que implicaba intimidad sexual.

Ahren se mostró algo sorprendido,y sumado a esto claramente ofendido.

-¡No es de tu incumbencia!¡Qué descaro¡¿Cómo me preguntas algo como eso?-le respondió con un leve temblequeo en la voz.

-Era solo una pregunta, Ahren. No sé porque te molestas tanto. Será quizás porque tú aún no...-se interrumpió, para luego agregar-¿En serio? ¿Qué edad tienes?

-¡Qué te interesa!-le contestó. Al parecer su enfado crecía-Eres completamente insolente.

-No te enojes, príncipe. Debes tener unos ¿dieciseis? Es normal que nunca hayas...-le decía y esta vez Ahren lo interrumpió.

-Tengo veintiún años. Y lo que es normal para una bestia sin escrúpulos como tú, quizás no lo sea para el heredero al trono de Avarum.

-Veintiún años. Gracias por darme una respuesta-lo picó con sorna Caleb, obteniendo así una miranda furibunda del elfo frente a él.

-Idiota-masculló Ahren,y luego le preguntó-¿Y tú que edad tienes?

-Cumpliré treinta y tres esta primavera. En el quinto día del mes séptimo-le respondió sencillamente.

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