Napoleón el Conquistador y su Afrodita.

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Llamémoslo dependencia,

llamémoslo soledad, llamemos al

hecho de vernos algunas veces a la

semana "amor forzoso", llamemos

a tus besos, mentiras y llamemos a

tus mentiras maneras de

capturarme y a tus maneras de

capturarme "como enamorar a una tonta".

Llamémosle a este conquistador:

drogadicto, amor de mi vida, mi

peor pesadilla y llamemos me su

tonta, su partida ya ganada, su Afrodita.

Que éramos y quienes éramos ya

estaba definido en mi cabeza, solo

faltaba explicárselo y ponerlo

nuevamente en practica.

Palabras de ella.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora