Prologo: La última palabra es "Estupida"

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Dysis sonrió al ver como desde una distancia algo lejana, unos seis o cinco metros, se acercaba a ella una cría con unas muy claras intenciones de lanzarle un globo con agua. La hábil Voraz hizo una leve flexión en sus rodillas, separando sus piernas a la altura de sus hombros, apoyo las manos en sus rodillas y vio a la nena con una sonrisa ya ganadora.

- Venga, vamos, no podrás darme. - a penas y esas palabras salieron de sus labios, cuando unos brazos la rodearon por la espalda, frenando su probabilidad de huir.

- Lanza el globo, Damara, ya la tengo sujeta. - Erendi se rió.

- Hey, no, eso es trampa. - fingió forcejear contra el agarre de su amiga, hoy se sentí buena y por ello le daría la victoria a Damara.

La pequeña Damara, hija de Erendi, río con milicia, preparando el globo para lanzarlo, pero entonces sucedió. La pequeña tropezó, cayó sobre el globo y este trono, mojándole por completo. Dysis lo intento, en serio, pero no lo pudo evitar; solto la carcajada.

Calista y su enorme vientre se acercó a la pequeña Damara, ayudándola a pararse y Erendi estuvo ahí para controlar los sollozos de su nena, Dysis rodo los ojos. El chiplear a un crío después de caer no era buena idea, el tomarlo con humor si.

- Deja de reír, Dysis. - le regaño Calista.

- Ay, ya amargadas. - rodo los ojos, camino hasta Damara y se apoyo en rodillas, para quedar un poco más cerca de la cría. - Oye, Damara - la niña con ojos llorosos alzó la vista. -, ¿sabes lo que estuvo a punto de pasar?

- No. - los ojos de Damara se entre cerraron.

- Casi haces que me haga pipi de la risa.

La pequeña Damara solto la risa, esa risa de niño: pura y sincera, era una cría adorable. Cabello leonado y ojos azules, la combinación perfecta de Noble y Erendi. Su amiga, madre de la Damara, solto un bufido y tomo a su hija en brazos, lo más seguro es que iría a cambiarle la ropa mojada.

Ella cruzó los brazos, había hecho la buena acción del día, hizo reír a alguien que iba a llorar. El viento soplo, sintió un cosquilleo en el cuello, pensando que era algún insecto o algo, dio una palmada. Se sintió tonta al darse cuenta que era su cabello, el cual ahora era corto. Desde aquel encontronazo con Torrent había decidido cortárselo, no se arrepentía. Pero él lo haría.

- Aún no te acostumbras, ¿eh? - Calista se poso a su lado, con ambas manos en el vientre.

- Claro que no, Cali. - sonrió altanera. - Antes el cosquilleo lo sentía en las nalgas, ahora lo siento en el cuello, es una diferencia muy grande. - se rió al ver como su amiga se sonrojaba. - Eres tan hipócrita, ¿por qué cuando dices cosas de Leo no te sonrojas?

- Porque él es hermoso y no me da pena decirlo.

- Si, lo que tú digas. - ondeo la mano. - Tengo que ir a molestar a alguien, nos vemos luego.

- Espera, Dysis... - le sujeto de la muñeca. - ¿No crees que te estás pasando con él?

- Me dijo "Fácil", tu sabes lo cerrada que soy a los machos a pesar de que me la paso sonriendo a medio mundo, pero él... Lo iba a besar, ¿sabes que es eso? Es íntimo. Nathaniel nos lo enseñó, es como entregar algo de ti. - el enojo comenzó a quemarle en la piel, aún a pesar de los meses le seguía jodiendo el hecho de que Torrent la había rechazado de tal forma. - Y él negó esa parte.

- Entiendo. - solto un suspiro. - Sólo no lo mates, ¿si?

Dysis se encogió de hombros, le beso la mejilla a su amiga y se dirigió al centro médico, ahí debería ya estar Torrent por la herida que se había hecho hace unas semanas ¿Cómo lo sabía? Ella lo había ocasionado.

Torrent (Nuevas Especies #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora