Por ella, por ellos.

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Deseó que al abrir los ojos se encontrará en aquel túnel que había hecho Dysis, al alzar la mirada se encontraría con ella y se reiría por su broma, pediría disculpas por aquel comentario tan mordaz y le pediría ser amigos, obvio ella se resistiría, pero él no se rendiría.

Haría todo porqué ella lo perdonará, de ese perdón surgiría una amistad y de esa amistad un romance, le pediría que fuera su compañera y ella con humor aceptaría, tal vez irían a vivir en el homeland.

¿Tendrían hijos? Si, deseaba hijos con ella. ¿Sería niño o niña? No importaba, lo amaría o la amaría de igual forma. ¿Por qué se imaginaba una familia con Dysis? Porque la amaba, simple y llanamente. No estaba seguro del porque no se dio cuenta antes, tal vez porque temía que ella se marchara cuando le entregara todo, porque ella era hermosa y llena de vida, atraía a los machos con su peculiar luz.

El dolor floreció en su quijada, gruño y al fin abrió los ojos, no estaba en aquel tunel hecho por aquella fiera, se encontraba fijado a una silla con cadenas y desnudo, el lugar solo alumbrado por una simple lámpara de un color muy opacó. Frente de él se encontraba ls mujer del Circo del Paraíso, lo veía enojada y tras de ella se encontraba el macho de ojos violetas, éste parecía incómodo por la situación.

— Por fin, despiertas, perro. — le sujeto la barbilla, Torrent tuvo ganas de arrancarle la mano con una mordida, pero le era imposible. Tenía muy limitado los movimientos. — ¿Estás listo para decirme; dónde llevaste a mi Especie?

— Muérete.

— Bueno, empezemos a jugar entonces.

El dolor surgió, pero él solo se centro en una cosa; Dysis.

→ ⚡ ←

Torrent... Dysis mantenía la cabeza baja al igual que su mirada, estaba tan mal que ni el sueño le había dado consuelo, el ruido a su alrededor haciéndo más obvia la pena que llevaba al no tener a aquél macho Valiente y Testarudo a su lado.

Cuando habían pasado por Nathaniel, 1030 y ella, no dudo en guiarlos al Circo del Paraíso, pero duro fue el golpe que al llegar el lugar estaba siendo consumido por el fuego. No se había encontrado restos ni cadáveres, pero aún así se sentía culpable. Escucho la voz de Justice, se encogió más en dónde estaba sentada, la idea de salir había sido de ella y había acarreado a Torrent, era su culpa que él estuviera en peligro.

Sollozo y todo quedo en silenció. Alzo la mirada y se encontro siendo el centro de atención, los pares de ojos viéndola con pena y lástima, eso le molesto. Se levanto de su lugar, salio de aquella sala de operaciones y corrió, dejo que el aire secara sus lágrimas y cuando sus pulmones exigieron oxígeno se dejo caer, se abrazo así misma y lamento no sentir a su macho, el no haberlo visto por dos días ¡Dos! ¡Su Torrent estaba sólo contra no sabía qué!

Cerro los ojos, dejando que los sueños fueran sus consuelos; sueños de ella y Torrent juntos compartiendo intimidad, teniendo sexo en tantas formas y tan detalladamente que la dejaba temblando, quería eso. Quería a Torrent. 

Escucho pasos, el olor a jazmín la hizo relajarse y abrio los ojos, encontrándose con la mirada de su mejor amiga. Ella no la veía con lástima, sólo parecía que su dolor lo sentía como el propio. Dysis bajo la mirada y se encontró con ya un muy abultado vientre, eso en cualquier momento estallaría.

— No pensé que fueras del tipo romántica. — dijo Calista, sacándola de su ensimismamiento. — Te extrañe.

— Yo también. —solto un suspiro, sentándose al estilo indio. — ¿Qué haces aquí? ¿Y Leo?

— Me le escapé. — Calista tomo asiento a su lado, riendo bajo al batallar un poco. — Además, estás en la zona salvaje y más especifico dónde hiciste a Torrent caer, ¿por qué? — se encogió de hombros en respuesta. — Fue inconciente, entonces. Eso es lindo.

— Lo que digas. — apoyo la cabeza en el regazo de Calista, su amiga inmediatamente le comenzo a acariciar el cabello.

— Estás enamorada de él, ¿no es así?

— Estás loca.

— No lo has negado; ¿sabes? él más que nadie merece que lo ames: sobrevivió a tus riñas y juegos, y ha mantenido tu atención más que otro macho. — Calista rio bajo. — Además de que me cae bien.

Dysis trago, asintió con la cabeza y se dejo mimar por su amiga, el día daría paso a una noche más sin saber nada de Torrent, sin su sonrisa o caracteristicas respuestas sin pelos en la lengua. La mamá de Dysis no aliviava la situación, le preguntaba a cada momento por “su rebelde marido”, que más deseaba ella saber de él.

Escucho pisadas, abrio los ojos y maldijo al no haberse percartado que los habia cerrado, pero al ver que era Leo sólo sonrio y le saludo. El macho le dio un gesto de mano como saludo, antes de centrar su vista en la hembra que ella estaba usando como almohada. Se levantó y vio con simpatía a una dormida Calista, se habia dormido sentada; Leo se acerco a su compañera, la tomo en brazos y le sonrio a Dysis.

— Lo vamos a encontrar, te lo debo.

Ella asintio, necesitaba que esas palabras fueran verdad.

→ ⚡ ←

Torrent bostezo, gesto del cuál avivó el dolor de su quijada. Aún mantenía el sabor a sangre; le habían perforado la lengua y quemado la piel de la espalda con un fierro caliente, él nunca dijo nada. Solo aullo y gruño de dolor, los maldijo hasta que sintio la garganta al rojo vivo.

Sólo lo habían dejado cuando quedaron exhaustos, podía resistir más; tenía experiencia.

— Sólo dile lo que quiere. — susurro un macho, se veía un poco más cuerdo que los demás. — ¿Acaso no sientes dolor?

— Claro que lo siento, pero puedo soportarlo un poco más.

— ¿Y por qué soportarlo? — cuestiono otro macho.

— ¿Con qué fín? — pregunto otro.

— Cuando me dañan a mí ¿les hacen algo a ustedes? — sonrió de lado al no recibir respuesta. — Mientras ellos se enfocan en mí no les harán nada a ustedes, incluso se les ha olvidado administrarles la droga y así, cuando vengan a salvarnos, ustedes serán capaces de pelear y correr.

— Estás loco, nadie nos salvará.

Aún ante ese comentario él no borro la sonrisa, ellos no conocían a Dysis y esa hembra haría todo por encontrarlo y quedarse con la última palabra. Su Dysis era fuerte y el recuerdo de ella y aquella noche que compartieron le daban fuerzas por seguir. Los encontrarían. Los salvarían.

Y él confesaría su amor a tan fierecilla Voraz.

Torrent (Nuevas Especies #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora