Epilogo: La Mariposa y La Flor

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Torrent abrio los ojos lentamente, se sentía demasiado descansado y el cuerpo no le dolía, no en su totalidad; la droga solía acerelerar el proceso de curación, él estaba demasiado herido, pero en dolor no era fuerte.

Alzo un poco la cabeza, viendo sobre su pecho a una Dysis demasiado dormida y con una sonrisa dibujada en los labios, se veía hermosa. Le acaricio un rebelde mechón de cabello, recorrió aquella rosada mejilla y después colocó la mano donde sabía que una mariposa púrpura descansaba, era tan... perfecto. Ahora que lo pensaba su Dysis era una vivaz mariposa; te conquistaba su forma de moverse, te tentaba a quererla tocar, pero si hacias un movimiento brusco se iría.

Torrent había sido brusco; le había herido con palabras y acciones, agradecía lo testaruda que era Dysis para quedarse lo suficiente y él así darse cuenta de lo mucho que la quería. En cambio él era una rosa con espinas filosas; sí tomabas una rosa sin cuidado o de una manera brusca, saldrías herido o la heririas... Por eso Dysis y él habían tardado en estar juntos, la forma en que se acercaban era brusca.  Vio el techo de la camioneta donde se encontraban, Gabriel la había dejado, podía notar el aroma del humano; esperaba también que les hallase dejado ropa.

Solto un bostezo, escucho un suspiro y al volver a ver a Dysis se dio cuenta que ella estaba despierta, sonriendo de una forma tan bella que le quito el aire.

— Dilo. -pidió Dysis y él frunció el ceño.

— ¿Decir, qué? - Arqueo una ceja. - No he dicho nada.

— Que me quieres. - ¿Acaso ella pensaba en que lo había olvidado? ¿Olvidar la forma en que ella se le había declarado? Jamás. - Dilo.

— Te quiero.

Dysis sonrió radiante, se enderezó usando los brazos y se acercó para besarlo en los labios, él le abrazo y cerro los ojos, dejando que ella lo envolviera de emociones y sensaciones.

El olor de ellos, el aroma que tan brava noche habia sido creado, le lleno los pulmones y le fascinó, era puro deseo. Ese aroma sería su nueva droga, aunque Dysis sería la primera.

→°♡°←

Dysis suspiro feliz, vio de reojo a Torrent y éste estaba sonriendo, se veia hermoso con los labios hinchados por tantos besos que solo ella le habia dado. Su macho con el unirforme de la ONS puesto se veía demasiado bien, le daban ganas de montarlo... Otra vez. Lo único que le incomodaba era la pasajera que llevaban en la parte de hasta atrás, su hermoso macho siempre cumpliendo misiones había decidido subirla y llevarla ante las autoridades, ella sólo quería golpearle esa cara falsa.

— Torrent. - le llamo, éste le vio y volvio su atención a la carretera.

— ¿Qué ocurre?

— Tengo hambre, mucha. - lo vio sonreír de lado. - Ya sabes, queme muchas calorias haciendo “Ejercicio” y también tengo mucha sed, tengo cómo un saber salado en la lengua...

— Ya comprendi, - gruño el macho, pero se veía lo divertido que estaba ante el comentario de ella. - pero tendrás que esperar a que lleguemos, ¿de acuerdo?

— De acuerdo.

Subio los pies arriba del tablero, viendo sus pies desnudos y el esmalte en partes de las uñas, tenía que darles un retoque. Su mamá le gustaba verle las uñas pintadas, aunque también le encantaba imaginarsela con niños y marido, ¿marido? ¿Por qué esa palabra...?

¡OH MIERRRRRDA!

Se dio un golpe en la frente al recordar lo que Gabriel había inventado para que ella pudiera salir sin que su mamá se lo impidiera; aquella farza donde ella y Torrent se habían casado en secreto.

Torrent (Nuevas Especies #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora