Urgente

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La luz del sol que logro filtrarse a través de las persianas dio de lleno en su cara, Dysis gruño y giró para poderse ocultar un poco más, poder seguir durmiendo, pero el dolor de cabeza la hizo sentarse. ¡Le dolía infiernos! También las piernas y los muslos, al igual que la cadera... Estúpidos tacones.

Se frotó la cara con ambas manos, el olor a sangre se filtro en su nariz y vio con el ceño fruncido sus manos, pero ¿qué había hecho? Tal vez una pelea algo, demasiado, brava... ¿por qué no lo recordaba? Ella amaba las peleas, a lo largo de su vida con razonamiento había tenido muchas peleas y todas las recordaba, ¿por qué esta no?

Hizo una mueca, tal vez había sido muy insignificante y rápida, si, de seguro eso era. Se levantó de la cama, gruñendo al sentir como el dolor le recorría de las caderas a los muslos y se alojaba justo en su sexo, Estúpidos tacones de mierda... A paso lento se dirigió al baño, dándose cuenta en ese momento que no llevaba prenda alguna, ¿qué diablos había pasado? Solo esperaba que el "Siempre correcto Torrent" no la regañase.

Rió bajo, bueno, si Torrent la regañaba realmente no importaba, verlo ponerse rojo de ira era igual de sexy que verlo desnudo. Al salir de la ducha y secarse muy bien, se vistió con un vestido holgado color negro después de ponerse la braga roja y un sostén de igual color, ya que no encontraba sus prendas negras. En serio Dysis, ¿qué te pasa hoy?

De la mochila que le había entregado Gabriel extrajo el celular, sabiendo de memoria el número de Calista y le envío un "Te extraño, dramática." Lanzó el celular a la cama, salió descalza de su habitación y llamo a la puerta que retenía a su dolor de cabeza, escucho con atención.

Silencio.

— ¿Torrent? Voy a entrar y me importa muy poco si estás vestido o no. — rezaba porque estuviera desnudo y en la cama.

La puerta se abrió de inmediato, mostrando a un Torrent sin camisa, mejor esto que nada, sonrió al macho y este solo la vio a los ojos, parecía como que buscará algo... Bueno, seguro era su imaginación.

Torrent dio un paso más, cerro la puerta tras de sí y recargo ligeramente la espalda en esta, Dysis ladeo la cabeza ¿qué le pasaba? Dejó eso a un lado cuando su estomago, nada educado, gruño en protesta.

— Como puedes escuchar — comenzó, sintiendo las mejillas arder. — mi estómago exige ser alimentado, así que puedes acompañarme a comer en el restaurante de aquí, sería un gran honor comer conmigo.

— ¿En serio?

— Claro que sí, ¿cómo puedes si quiera dudarlo? — se cruzó de brazos, Torrent imito su gesto.

— ¿Cómo te sientes?

— ¿Hambrienta? — Torrent frunció el ceño, ella arqueo una ceja, ¿qué le pasaba al can?

— Está bien. — respondió después de unos segundos en silencio, soltó un suspiro. — Me voy a cambiar, no tardo.

Y sin darle la espalda entro a la habitación, Dysis hizo una mueca y volvió a la suya, solo para colocarse unas sandalias. Al salir Torrent ya la estaba esperando en el pasillo, usando una camisa negra y un saco de cuero, se día demasiado bien para la salud.

En el trayecto el canino mantuvo una buena distancia entre ellos, a pesar de caminar uno a lado del otro, unos buenos centímetros los separaban y eso le desagrado, ¿ahora ni tocarla quería?

En verdad, ¿qué pasa contigo? ¿qué rayos pasa conmigo? Soltó un suspiro. ¿Pasará algo si quiera entre nosotros?

→★←

En verdad que estaba sorprendido y eso le molestaba, Dysis estaba actuando como si entre ellos ni hubiera pasado nada, pero al fin de cuentas lo comprendía, él se había portado como un cabrón con ella. Él no podía dejar de pensar en la noche que tuvieron, había tenido sexo con ella: el sexo más rudo y salvaje que había tenido en su vida.

Torrent (Nuevas Especies #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora