Oh-oh

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A diferencia de hace unas horas, Sexy Pole Dance se encontraba vacio; solo los meceros y bailarinas estaban en el lugar, el olor a tabaco y sexo desapareciendo bajo el aroma de la canela y naranja, Torrent vio de reojo justo al tubo donde Dysis había bailado. El solo recuerdo lo obligaron a morderse la lengua, pensar en el dolor en vez del deseo de estar entre aquella piernas.

Sintio el calido toque en su brazo derecho, volteo y Dysis veia el lugar como si fuera la primera vez que lo viera, eso lo hizo fruncir el ceño. Sí ella quería olvidar lo que habia pasado entre ellos, él también lo haría. No había de otra.

— Torrent...

— ¿Si? — nego con la cabeza, debía, no, tenía que pensar sobre la misión.Nada más.

— ¿En cuál tubo baile?

— En ese de ahí — señalo el escenario, el medio de todo el lugar.

Dysis volteo, sin cortar el contacto de la mano con su piel y eso lo hizo confundirse, ¿Acaso quería algo con él? Entonces ¿por qué...?

— Torrent.

— ¿Qué ocurre? — Ella lo volteo a ver y el aire en los pulmones que tenía de repente desaparecio.

— ¿Me veía bien bailando?

Las imagenes lo golperon con la fuerza de un toro, jadeo y su cerebro dejó de funcionar, abrio la boca para darle la respuesta. Para preguntarle el porqué de quererse olvidar de lo de anoche y exigirle una oportunidad, discuparse por aquella vez...

Las palabras se le quedaron atascadas en la garganta al ver a una rubia abrazando a la voraz, a la festejó se les unio una morena, las reconocía; eran meseras de la noche pasada.

— ¡Por dios, Chica! ¡¿Dónde aprendiste lo de anoche?! — sino mal recordaba, Dysis habia dicho que el nombre de la rubia era... ¿barbie? No, definitivamente no se llamaba así. — te movias de una forma que... ¡yo no puedo hacer ni la mitad de lo que hiciste!

— Diria que esta exagerando, pero no lo hace — la mujer morena le palmeo el hombro a dysis, como si de su madre se tratase.

— Oh, bueno, gracias. — Dysis rio bajo. — Me da gusto que no lo hice mal mi primera vez.

— Y por lo que veo también te fue bien con tu hombre, — Barbie le beso la mejilla. — yo espero que hallan pasado una noche inovidable.

— Pues no me acuerdo de nada.

— ¿En serio? — la morena frunció el ceño. — Bueno, eso pasa normalmente las primeras veces. Con el tiempo te acostumbras, pero a veces es bueno no recordar en este trabajo.

— ¿Podría ver esas pastillas?

¿Qué había dicho Dysis? En verdad no lo recordaba, ¿podía una droga humana causar ese tipo de efecto en una Voraz o es que esa pastilla no era una droga humana? La morena saco de entre sus pechos un pequeño frasco, entregándoselo con mirada picara, parecía que aquellas dos sabían muy bien lo que había pasado entre Dysis y él. Abrió el frasco, vacio dos pastillas en su mano y las vio con sumo cuidado, el ligero color rosa y el pequeño tamaño, al olerlas las pupilas se le dilataron.

Conocía de primera mano que eran con exactitud esas pastillas, es más: media Reserva sabia de primera mano que eran esas pastillas. Gruño, enojado no con las humanas, sino con él mismo por no haberse dado cuenta de que Dysis había estado bajo el efecto de la droga de la cría.

Tuvo que haberse dado cuenta por el aroma, los machos o hembras Especie que forzosamente ingerían esa droga despedía un olor diferente, pero tal vez... Negó con la cabeza, era obvio que con los Voraces era diferente, mientras que los Especies intensificaban su aroma al momento de estar en la lucha o en el acto sexual; en los voraces era diferente, su olor se mesclaba con el aire y desaparecía casi en su totalidad.

Torrent (Nuevas Especies #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora