Capítulo 02: La escuela es una guerra.

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Ranma corría por la mañana, dando puñetazos y patadas en el aire, correr a temprana hora le llenaba de energía, entró a la casa y volvió a salir al ver a la chica y al señor Tendo peleándose frente al estanque.

La chica esquivaba los agiles golpes de su papá, a la vez que el señor también los esquivaba.

—Tan temprano y ya peleándose, vaya par de locos —comentó Nabiki que estaba desaliñada, se había despertado por el ruido.

Ranma entró a la casa mientras que su madre y Kasumi servían el desayuno.

—Por favor, Akane, tío Soun, pasen a desayunar —llamó la mayor de los hermanos.

—Vaya que tienen energía —habló Nodoka.

Vieron como Soun golpeó a su hija arrojándola al agua fría.

—Hija, aún te falta mucho para derrotar a tu padre —le dijo Soun que estaba parado sobre una piedra.

Un golpe en la mejilla lo arrojó al agua.

—¿Qué me hace falta, papá? —preguntó Akane convertido en hombre.

—Bueno, como Soun ya se transformó en panda, tengo preparada su comida —Nodoka dejó sobre la mesa una gran charola con bambú.

• • •

Akane que ya había vuelto a ser chica estaba en el pasillo haciendo un poco de estiramiento, vio a Nabiki salir corriendo con un uniforme escolar.

—Sí no se apuran llegaran tarde a la escuela —dijo Nabiki que le guiñó un ojo a la peliazul, desapareciendo de la vista de la chica.

—Akane, tú también tienes que ir a la escuela, la educación es muy importante en tu formación —dijo Soun.

—¿Qué? ¿Alguna vez me has considerado en las decisiones sobre mí vida? —Akane estaba molesta—. ¡Deja de decidir por mí, idiota! —le dio una patada.

Ranma salía con su uniforme, se encontraron en el corredor, los dos cruzaron miradas desafiantes. Fue entonces que el muchacho se percató de lo pequeña que Akane a duras penas lo alcanzaba al hombro, ¿cómo era posible que esa niña tuviera la fuerza para levantar la mesa y haberlo dejado inconsciente? Esa chica le resultaba desagradable.

—Sí no te apuras, te dejo —habló Ranma que siguió a paso rápido.

—Toma —su papá le entregó un maletín a Akane.

—Aishhh, está bien —aceptó Akane, agarrando el maletín a regaña dientes.

La peliazul salió de la casa corriendo, vio como el chico saltó sobre la barda de la casa y caminaba sin perder el equilibrio sobre la orilla de la misma. Alcanzó al chico y le miró con curiosidad.

—Date prisa que se nos hará tarde, aunque preferiría no llegar —habló Ranma quien saltó—. Por cierto, en la escuela actúa como si no me conocieras.

—Eso es fácil, realmente no te conozco, sólo sé que eres un pervertido —respondió Akane.

—Pues yo no quiero que me relacionen con una niña tan fea y marimacho como tú —se defendió Ranma.

Sintió un golpe que lo dejó incrustado en la pared.

—Apúrate o se hará tarde, idiota —dijo Akane que ya le iba adelantando.

—Salvaje... —musitó Ranma que se despegaba de la pared.

Frente a Akane apareció su papá.

Akane y medio PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora