Capítulo 77: Ranma el seductor.

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Akane se fue diciendo cosas entre dientes, puros insultos hacia Sakura. Ranma escuchó algunos cuando el rubio repentinamente alzaba la voz. Lo vio meterse al baño.

Tras cerrar la puerta el chico de la trenza estornudó, se pasó el dedo índice bajó la nariz, rogando por no pescar una gripe debido a la mojada que se dio. Esperaría a que Akane saliera del baño para así meterse él.

Estaba sacando una muda de ropa para llevar al baño cuando se terminará de duchar. Se quedó pensando en la pelea que Akane tuvo con Sakura; su prometida había logrado hacer el aullido del lobo. Repasó lo que había visto.

—Akane hizo que Sakura usara toda la energía posible para debilitarla fácilmente y atacarla... entonces quiere decir que no ganó limpiamente... —ladeó su boca—. Bueno —se encogió de hombros restándole importancia al asunto.

Salió de su habitación para ir al baño, justo iba saliendo Akane que tenía una toalla envuelta en la cabeza y una bata, Ranma estornudó.

—¡Aléjate de mí! —exclamó la joven que por reacción saltó hacia atrás.

—¿Tienes miedo a resfriarte? —cuestionó Ranma divertido.

—La última vez que me resfrié querían cocinarme en agua hirviendo y luego inyectarme y eso no lo voy a permitir —respondió Akane quien frunció el entrecejo.

—Bueno, sí te enfermas, yo estaré ahí cuidándote —Ranma dio un paso hacia Akane, paso que Akane retrocedió.

—Pero yo no me quiero enfermar —rebatió la joven que se había ruborizado.

—Ni yo quiero que te enfermes —contestó Ranma, divertido.

Se metió al baño y Akane se quedó como tonta en medio del pasillo.

—Bobo —musitó la joven que se fue a su habitación.

• • •

Escucharon un grito por parte de Genma que se lamentaba la condición de su barda. No dudó en señalar a Akane que se mordió los labios, y todas las miradas se posaron sobre ella.

—¡Fue él! —acusó Akane a su papá que estaba convertido en panda.

¡¿Qué?! —El panda mostró un cartel—. ¡Mentira, yo no fui! —enseñó otro.

—O fueron los dos, con eso que les encanta pelearse hasta por un grano de arroz —inquirió Nabiki.

Tanto el panda como Akane tragaron saliva y el horror se vio reflejado en sus rostros al ver a Genma con cara de demonio inquisidor a quien la piel parecía habérsele convertido en escamas y sus ojos llameaban a través de los cristales de sus lentes.

En menos de 5 segundos tanto panda como Akane estaban ya haciendo una mezcla para reparar aquella barda.

Me las pagaras, mocosa —el panda entrecerró los ojos mirando acusador a su hija.

—Ah, ya ni te quejes viejo, o le diré a tío Genma lo que hiciste en el dojo —respondió Akane que lo miraba de la misma forma.

Dejaremos la barda como nueva —al panda le escurrió una gota de sudor y con entusiasmo empezó a colocar los ladrillos.

Nodoka miró a su hijo que tenía las mejillas sonrojadas.

—Ranma, ¿estás bien? —interrogó su madre.

—Sí, mamá, sólo que tengo mucho sueño, me iré a dormir —respondió el joven de la trenza.

—Hasta mañana, hijo, que descanses —le sonrió Nodoka.

Akane y medio PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora