Capítulo 63: El celoso traje legendario.

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Los jóvenes prometidos estaban molestos entre ellos, Ranma no dejaba de decirle lo presuntuosa que era y Akane lo idiota que él resultaba ser. La familia ya se acostumbraba a esas muestras de desagrado por parte de los chicos.

—Salvaje —dijo Ranma después de recibir un zape por parte de Akane.

—Baboso —contestó la chica que volteó la cara hacia otro rumbo.

Tras de ellos y todavía apenado por su forma de actuar, venía el traje, quien era observado por Nabiki.

• • •

—¡Ay! —exclamó Akane cuando un poco de jugo de limón le cayó en su labio.

—¿Estás bien, cariño? —preguntó Nodoka.

—Sí —respondió Akane mostrando una sonrisa la cual de inmediato quito al volver a sentir dolor.

—¿Segura? —Volvió a preguntar Nodoka—. Recibiste unos buenos golpes por parte de ésa china.

Ranma la miraba de reojo, le preocupaba el estado de Akane, él también había recibido golpes pero ya estaba completamente recuperado, pero Akane parecía que no.

—¡Claro que está bien, es una Tendo! —exclamó Soun dándole una fuerte palmada en la espalda a la jovencita que la hizo que terminara con la cabeza sumergida en su sopa.

—¡Me duele pedazo de idiota! —exclamó Akane furiosa.

Al segundo vieron a Akane dándole caza a su padre.

—Yo creo que sí está bien —observó Nabiki que continuó comiendo.

El panda y Akane estaban terminando de comer, el gigantesco animal tenía un gran chichón cerca de su ojo derecho y cada vez que se masticaba, soltaba una lagrimilla de dolor.

La familia se retiró, dejando sola a Akane, que al ver que todos se marcharon empezó a retorcerse de dolor.

—Maldita Shampoo, me dejaste toda magullada —se tocaba el labio, haciendo muecas de dolor al taco, sí le resultaba bastante doloroso—. Auch.

—Parece que tienes reacciones retardadas, creo que algo anda mal con tu cerebro —llegó Ranma con un botiquín.

—Imbécil —respondió Akane, molesta.

—Ah, ya mi pequeña salvaje, no aguantas ni una broma —sonrió Ranma, siempre le divertía hacerla enojar.

—Es que no estoy de humor —admitió la peli azul que se cruzó de brazos y cerró los ojos.

Gesticuló dolor cuando un líquido que hizo arderle el labio le tocó, miró con odio a Ranma quien le estaba tocando con un algodón sutilmente el labio.

—Arde —se quejó Akane que ya tenía los ojos acuosos.

—Tú sí que eres rara, aguantas una golpiza, pero no quieres que ni te roce un poco de agua oxigenada —se burló Ranma, haciendo que Akane frunciera el ceño.

Akane bufó, pero dejó que Ranma le curara las demás heridas visibles.

—Hueles a... —Ranma se acercó a Akane para olfatearla, haciendo que la chica se pusiera roja—. Sopa de hongos.

La chica se quedó más roja después de oírlo, ¿cómo no iba a oler a sopa si su papá la sambutió en ella hace rato? No dijo nada, con todo el orgullo que pudo reunir en ese momento, se puso de pie.

Akane y medio PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora