Capítulo 13: Los golpes son una suave caricia.

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Akane escudriñó la sala con sus ojos castaños esperando ver al chico de la pañoleta pero le preguntó por Ryoga al no ver que bajara junto a Ranma, a lo cual el chico de la trenza le dijo que se había marchado muy temprano, se cruzó de brazos y cerró los ojos, los entre abrió para dedicarle una mirada de resentimiento y enfado al puerco.

Eran cerca de las once de la mañana, Akane estaba en el patio dando golpes a un palo de madera, el sudor hacía que su fleco se pegara a su frente. La joven dio una patada despedazando el palo, sonrió satisfecha mientras se secaba el sudor con la toalla que tenía alrededor del cuello. Ranma que estaba junto a P-chan sólo observaba con aburrimiento el estanque, contaba as veces que el pez saltaba mientras usaba al cerdito como balón haciéndolo rebotar en el suelo, soltó un gran bostezo.

—Así que tu solución para cuando Akane te pregunté porque la atacaste, es en convertirte en P-chan... vaya que ingenioso —le dijo Ranma al cerdo que lo agarraba del pellejo del cuello y miraba con una mezcla de aburrimiento y molestia.

—¡Ya llegamos familia! —escuchó la voz de Genma.

Todos corrieron hacia la puerta principal, viendo al señor Genma casi igual si no fuera por esos cuantos pelos en la cara que le formaban una especie de barba y al papá de Akane convertido en panda.

—¡Bienvenidos! —hablaron Nodoka y Kasumi entusiastas.

Kasumi mostró su mejor sonrisa, era obvio que la mayor de los hermanos estaba más que feliz por el regreso de su padre, Nodoka también sonreía, pero esa curvatura de sus labios no se veía tan sincera, ya que sus ojos delataban cierta nostalgia.

Akane salió corriendo tras de ellas.

—¡Papá! —exclamó la chica que llevaba los brazos extendidos, se veía muy feliz al verlo.

—Pobre Akane, extrañó mucho a su papá —observó Nodoka, enternecida.

—Sí, creo que no están acostumbrados a estar mucho tiempo alejados —añadió Kasumi que sonrió.

—No me lo esperaba —musitó Ranma, sorprendido.

¡Hija! —mostró un letrero el panda.

Akane ya estaba cerca del panda, su mirada cambió radicalmente, sus ojos brillaron de forma amenazante, sus manos se cerraron dándole lugar a unos puños.

—¡Maldito viejo descarado! ¡Te comiste mis galletas que me regaló Xian! —gritó Akane muy molesta.

Todos se quedaron con los ojos bien abiertos, Genma se hizo a un lado cuando Akane se le había lanzado al panda dando un grito de guerra, ya lo estaba golpeando y pateando repetidas veces.

—Pensaste que no me daría cuenta, ¿verdad? Ahora entiendo, típico de ti huir cuando haces algo que sabes que me hace enfadar —decía Akane que ahora alzaba al panda y lo arrojaba al piso.

—Ahora entiendo por qué la insistencia de Soun de irnos a practicar a las montañas y de quedarnos un poco más ahí —dijo Genma que iba gateando al lado de su familia.

—Mira a tu linda y tierna Akane —le dijo Ranma que esbozó una sonrisa al cerdito.

P-chan tenía los ojos bien abiertos, Akane le estaba propinando una golpiza al panda.

Akane tenía mucha energía retenida la cual estaba desquitando en aquel panda, los vieron salir de la casa, se asomaron notando como postes caían, bardas eran destrozadas, botes de basura volando, una bicicleta cayó cerca de sus pie con todo y el joven que la manejaba.

Akane y medio PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora