A Paris

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El mes pasó lento. Aunque fui en varias oportunidades a la casa del señor park digo jin ho para poder jugar con shin, gracias a eso he logrado hacer buena amistad con jin ho descubrí que es abogado y además que es representante legal de algunos modelos masculinos. ya solo falta 2 días y medio para que llegue el sábado del zoológico, dios, como quisiera que llegara rápido el sábado, quería ir al zoológico y también quería ver al pequeño shin, aunque estaba luchando con la idea de pensar en jin ho, pero era competamente inútil, no sé qué le hizo ese hombre a mi cabeza. Ya era miércoles y estaba en plena clases, pero no podía dejar de pensar, ¡Cuánto quería que fuese sábado!

-Stanford- al oír mi apellido rápido mire al profesor el cual me miraba enojado, creo que noto que no le estaba prestando atención, sabía que me iba a preguntar algo, y así fue, pero pude contestar, cosa que al no le agradó mucho, desde que empecé el pos grado este profesor me tiene extremadamente vigilada, aunque ya se ha vuelto habitual sus preguntas mal intencionadas y mi respuesta correcta, muchos en la clases ahogan las risas.

-Stanford ¿podría quedarse unos minutos después de que termine las clases?

-si...- que sorpresa ¿Qué querrá el loquito? Pensé.

Me quede después de clases, él me dijo que le esperara un rato mientras corrigia algunos exámenes, aproveche el momento para observarle, en realidad quería sabe si mi reacción a la presencia de jin ho era producto de algún fetiche psicológico que tendré con los coreanos. El profesor joo era un hombre también muy atractivo, aunque tenía la misma edad de Stefano, pero por más que le mire, no causo nada en mí, cuando estábamos hablando le mire a los ojos, pero tampoco sentí nada. Hablamos de lo distraída que parezco en clases y sobre como eso afecta a los demás, lo mire todo el tiempo a los ojos hasta que se incomodó y un leve rubor se vio en sus mejillas, mi teléfono sonó

♫♪ Se disuelven los problemas y veo con claridad, lo más grande de este mundo es tu amistad♪ - era el tono de llamada de Stefano, conteste rápido, dijo que me necesitaban en parís con urgencia rápido tome mis cosas, el profesor me detuvo

-Antes de que se valla-dijo de manera muy tenaz, pensé que me iba a seguir sermoneando ya que me pensaba saltar las clases de la tarde- ¿tomaría una taza de café conmigo?

- lo siento no tomo café, y me tengo que ir rápido, disculpe los problemas causado-

Fui lo más rápido posible al aeropuerto. Ese día se me había ocurrido dejar el auto así que me tuve que ir en taxi al aeropuerto, mientras esperaba a que el vuelo saliera, sentí que alguien puso la mano en mi hombro.

-Evangelin ¿Cómo está?- Dios conocía esa voz, era jin ho, me regrese y le vi a la cara.

-jin ho, todo bien, gracias a dios- ¿Qué está haciendo aquí? Digo ¿Qué estás haciendo aquí? – pregunte nerviosa y con una sonrisa que de seguro me hacía ver como una estúpida.

Mi Otra vida en CoreaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora