Venganza parte II

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Ha pasado unas semanas desde que jin ho despertó, mi madre y yo tomamos turnos para cuidarlo, ha ido mejorando con los días, shin tenía razón, jin ho es un hombre muy fuerte, sus heridas sanaban rápidamente, aunque no esperaba que caminara pronto, tenía ambas piernas rotas, una incluso tuvieron que operar, asi que se tendría que someter a sesiones de terapia para poder volver a caminar bien. Ese día llegue a la sala de hospital, y mi madre estaba dedicada de lleno a cuidar de jin ho, gracias a dios el ya se acostumbró a los excesivos cariños de mi madre para con él.

-buenos días- dije.

-buenos días mi niña- dijo mi madre, que se encontraba sirviendo en una bandeja la comida para jin ho.

-buenos días Evangelin.-dijo sonriente.

-¿Cómo durmieron esta noche?- preguntó mi madre.

-como sardinas enlatadas, mi departamento no es lo suficientemente grande como para tantas personas.

-¿Por qué no los llevaste a mi casa?- pregunto jin ho

-no voy a dejar a mis hermanos solos y sin supervisión en tu casa, de seguro romperán algo.-el rio-

-bueno querida-dijo mi madre- ve el lado amable, scott y steven ya regresaron de nuevo a estados unidos.

-mami, si quieres te puedes ir, yo me encargare-

-si, un momento, después de servir la comida me voy-

-muchas gracias madre- dijo jin ho después de que ella termino-

-descuida mi niño, come mucho y mejórate rápido- dijo mientras apretaba sus mejillas haciendo que él se ruborizó.-me voy, come bien y duerme bien, vender de nuevo mañana.

-esta bien madre, por favor descansé bien, no me gustaría que se enfermara por mi culpa-

-descuida yo nunca me enfermo- dijo ella riendo- nos vemos, mucho juicio los dos- ella se fue y yo me senté a un lado de jin ho a ver como él comía.

-¿esta rico?-

-si, tu madre cocina muy bien- dijo sonriente.

-eso lo cocine yo-

-¿enserio?- pregunto sorprendido.

-vez, estoy mejorando con los días- dije pestañeando de manera coqueta.- y tu ¿te sientes mejor?-

-si, estoy mejor- dijo sonriente, el termino de comer, yo retire los platos y después limpie un poquito de comida que había quedado en su mejilla.

-al menos, tu cara no fue marcada- dije riendo-

-¿eso era todo lo que te preocupaba?- preguntó en tono de broma-

-te amo, pero no me quiero casar con un hombre desfigurado- dije el tono de broma- es broma, me casaría contigo así te parecieras a frankenstein-

Mi Otra vida en CoreaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora