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Estaba en la sala leyendo un libro, Lily miraba toda la casa, todos los rincones y decoraciones que se podría llegar a encontrar.

—Sam —dijo ella interrumpiendo mi lectura—, ¿quiénes son los de la fotografía?

Subí la mirada para ver de qué foto hablaba, y no era ni más ni menos que donde salgo con mis padres y mi hermana. Sentí un golpe en el estómago.

—Mis padres y mi hermana —respondí tajante.
—Vaya, te pareces mucho a tu madre —hablo con sorpresa—, tu hermana es más parecida a tu papá.
—Sí... —respondí para volver a leer.
—¿Por qué no los ves? —pregunto, rodee los ojos y la mire mal.
—Porque trabajan, ya te dije.
—Pero no pueden trabajar todos los días de la semana, se aproximan las vacaciones y supongo que tu hermana saldrá de vacaciones y estarás con todos ellos.

Cerré el libro con impaciencia y mire a Lily que ahora ella estaba sonriendo.—. Mis padres no vendrán, tampoco mi hermana —volví a abrir mi libro.

Lily ya no dijo una palabra más durante los próximos cuarenta minutos.

  ...

Acomode la playera que me paso Lily, le pedí que se volteara para que no me viera, mis tíos aún no vuelven y ya es un poco noche.

—¿Te irás a tu casa? —pregunte.
—No, no puedo dejarte sola —respondió doblando la playera que traía antes puesta. Sonreí a mis adentros.

Lily me pidió que me quedará en la sala, ella iría por algo de cenar a la cocina, volvió unos minutos después con una bandeja con dos vasos de leche, dos emparedados y dos barras de chocolate.

—¿De dónde sacaste el chocolate? —pregunte al verlos.
—Habían unos ocultos entre los vasos —respondió—, supongo que son de tus tíos y los ocultan para que no te pongas gorda.
Alce indignada mis cejas y ella comenzó a reír mientras dejaba la bandeja en la mesita que estaba frente a nosotras.—Torpe —dije dándole un golpe en la pierna.
—Yo no soy la torpe —dije entre risas.

Lily me paso mi vaso de leche y después el plato donde estaba el emparedado.

—El chocolate al final —dijo, asentí.

Tomo el control remoto y encendió la televisión para después comienzar a cambiar los canales hasta llegar al de Disney.

—¡Mulan! —gritamos al unísono para después soltar risas nerviosas.
—Mulan es mi película favorita —dije.
—También la mía —respondió Lily.

Lo que duro la película nos la pasamos repitiendo los diálogos y cantando, reíamos en las partes graciosas y en otras solo hacíamos gestos.

Termino la película y ella comenzó a cambiar de nuevo los canales pero ésta vez sin éxito ya que no había nada. Apago la televisión y me miro sonriendo.

—Vamos a subirte a tu habitación.

Abrí mis ojos horrorizada, mi tío me sube cargando, no podía dejar que Lily haga eso, era raro que mis tíos se fuesen todo el día. Supongo que necesitaban una buena dosis de sexo sin preocuparse de ser escuchados.

—No md aguantarás —respondí.
—Dejame intentarlo, juro que tendré cuidado —suplico Lily.
—No.
—Por favor.
—No.
—Lloraré.
Comencé a reír y la mire desafiante.—Bien, pero si me caigo y quedo peor, será tu culpa.

Ella sonrío y asintió feliz.

Fueron los cuarenta minutos más largos que pude haber vivido, Lily estaba sudada y exhausta.

—Dije que no sería fácil —dije algo arrogante.
—Lo sé, parece que cargué a un elefante —respondió con voz cansada. Di un golpe en su brazo y ella sonrío.
—Aún falta la silla —le susurré. Ella apretó sus labios y asintió.
—Esto de ser tu enfermera sexy, no será nada fácil. 

   ...

Abrí los ojos al escuchar murmullos, intentaba analizar de quiénes eran las voces. Eran mis tíos y Lily, no dude de ello. Ahora intentaba comprender que decían.

—¿Cuánto dinero quieres? —le pregunto mi tío.
—Necesitamos a alguien que cuide de ella, que la entienda... Samantha ha pasado por cosas muy graves y...

Abrí grandes mis ojos, no quería que Lily supiera el final que tuvieron mis padres, no quería que me tuviera lastima.

—¡Tía! ¿eres tú? —grite intentando distraer a todos.

Mi tía entro corriendo y Lily detrás de ella, ambas se veían asustadas, las mire unos segundos intentando imaginar qué decirles.

—¿Sucede algo? ¿estás bien? —pregunto Lily un tanto agitada. Negué nerviosa y sonreí para después ver que ella supirara aliviada.
—Sólo fue un mal sueño —logre decir alzando los hombros.
—Bien... hablanos cualquier cosa —dice mi tía caminando hacia la puerta junto con Lily, no podía dejar que se fueran juntas.
—¡No! ¡Lily! —ella volvió a voltear a verme—. ¿Podrías quedarte aquí un rato?

Lily dudo unos segundos, miro a mi tía y ella asintió para después salir en silencio. Ella me miro y se cruzo de brazos.

—¿Qué sucede? —pregunto.
—Quería... quiero que te quedes aquí conmigo hasta que duerma... por favor.

Lily sonrío y asintió para después venir a acostarse a lado de mí.

SAMANTHADonde viven las historias. Descúbrelo ahora