Capítulo Cuatro.

63 3 0
                                    

No era fácil, pienso a veces, estar sin amigos. No tener a quien contar lo que en ocasiones me ocurría o simplemente tener alguna ocurrencia, ser de ayuda para alguien...

No era fácil, y no lo es, estar en un lugar en el que no hayan personas que puedan entenderme.

¿Es mucho pedir encontrar a alguien que pueda entender mis pensamientos o lo que simplemente siento? Mentalmente me pregunto.

Ver el salón de la clase de Escritura Avanzada casi lleno de personas y siendo yo el único que permanece sin conversar con alguien me indica la respuesta.

¿Qué debo hacer?

¿Ir a hablarle a alguien? ¡Bah! No lo sé, no hay muchas personas a las que conozca, bastantes clases he compartido y ni siquiera recuerdo a más de cinco personas, "pero seguramente más de cinco personas te recuerdan o han intentado hablarte." Dice mi voz interior. "Y con suerte han logrado que más de una palabra digas." Agrego.

Todo el salón queda en silencio, así que levanto la vista, pero a la única persona que veo es a un chico, el mismo chico que conocí en biblioteca el día de ayer.

Entra a ritmo medio, varias personas lo observan pasar, seguramente es otro chico popular, pero a juzgar por los ruidosos susurros es un chico nuevo. Un chico que es nuevo y probablemente al día siguiente sea popular.

Se sienta tan sólo unos lugares atrás del mio, la fila en la que estamos sentados está pegada a la ventana y con ello, la maravillosa vista del amanecer, con aquel cielo a punto de ser un claro azul con nubes cubriendo la luna.  

La clase transcurre de manera rápida, y en espera de la siguiente clase escribo unas cuantas líneas en mi cuadermo de poemas, pero al parecer no logro tener inspiración, únicamente observo el cielo y me permito cerrar los ojos, todo es oscuro, sin ninguna idea apareciendo.

Simplemente siento fríaldad y confusión de tener la sensación de algo pero no saber qué, de querer observar algo pero no saber hacia dónde mirar.

Interrogantes que me inspiran a contestar con experiencias plasmadas en versos, pero ahora no siento nada, simplemente soy nada.

Un ruido hace a mis ojos abrir rápida y cuidadosamente, mi cuaderno al suelo cayó así que lo levanto y lo coloco dentro de mi mochila.

Al parecer, algunas personas conversan con el chico nuevo a punto de ser el nuevo chico popular aunque ciertamente no lo parece. "No debería importarme." Me reprendo mentalmente.

Cualquier tema es interesante debido a mi aburrimiento, aunque no puedo evitar no pensar sobre la confusión de los libros en la biblioteca; no debió dejar uno de los libros que me gustan descuidado, tampoco puedo evitar en no pensar que hace tiempo que no conocía a alguien que le gustara leer el mismo género literario que yo, o eso parece, y si veía a alguien que la poesía de su agrado fuera, no compartía palabra alguna con la respectiva persona.

El ruído de la campana sonando anuncia la llegada de la hora de descanso, coloco mi mochila en mi hombro derecho y me levanto para caminar a la biblioteca.

Ahora una sensación desconocida emerge en mi interior y me recorre a medida que avanzo. Este día se torna confuso, como ayer por la noche cuando fuí en compañía de Jack en busca de mi hermano.

Los recuerdos de lo sucedido aparecen, pero descarto completamente. Solamente terminaré sintiéndome mal.

"No importa.... No importa eso." 

Llego más cansado de lo que esperaba a la biblioteca, así que me siento débilmente. ¿Qué sucede conmigo?  ¿Qué le sucede a mi cuerpo?  

Trato de calmarme mientras una tristeza profunda termina de recorrerme.

Lado oscuro, mirada perdida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora