Capítulo Diez.

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---¿Quieres pasar Lauren? ---Le pregunto cuando llegamos a mi casa y se estaciona.

---No, gracias, será otro día.

---De acuerdo ---le digo mientras salgo de su auto---. Gracias por traernos ---cierro la puerta al salir.

---Así que te fuiste de fiesta ---dejo de moverme por unos instantes al escuchar la voz en medio de la oscuridad. Cierro la puerta de entrada y coloco mis llaves en la mesa.

---No, no lo hice, ¿eres tú Jack?

---Sí, así es Till ---está acostado en el sofá grande, observo por unos instantes su rostro y su cuerpo alargado.

---Bueno. ¿Porqué estás en el sofá?

---Ayer, Grant y yo llegamos a la conclusión de que habías ido a una fiesta, lo cual nos puso felices, y pensé que sería buena idea esperarte, ¿seguro que no fuiste a alguna? Tienes rostro de que sí.

---Nuevamente no.

---¿Y dónde estuviste, chico poeta?

---Con Will, en el bosque. Estábamos grabando un documental con nuestros teléfonos, y después nos dimos cuenta que nos habíamos quedado sin bateria y tuvimos que encender una fogata para pasar la noche en ese lugar.

Decir que Jack está confundido es decir poco, me observa desconcertado. ---Vaya, que peculiar lo que les sucedió.

---Sí. Amm... Gracias por haberme esperado Jack.

---No es nada Till, ¿irás al instituto?

---Eso creo.

No dejo de pensar en lo que le dije a Will, "te quiero," aquella palabra que nunca había pronunciado Creo que fue un error haberle dicho. No dejo de pensar en que quizá lo fue mientras siento el agua de la regadera caer.

"¿Fue un error?" Me pregunto mentalmente; sé que mientras estaba a su lado sentía realmente aquel sentimiento que hace querer a alguien, o eso creo. Recuerdo haberlo sentido muy bien. Sin embargo, ahora que la fríaldad ha regresado a mí, no dejo de pensar en que fue un error, que fue un momento efímero en el que me dejé llevar por sentimientos. Sentimientos que llevaba mucho tiempo en no sentir, y cuando lo hacían, era más que real y verdadero.

Opto por vestirme con lo primero que veo, un abrigo y pantalones desgastados color negro al igual que el calzado.

Camino hacía uno de los cajones de la mesa de noche y, al abrir el último cajón, busco una caja color blanco... La tomo con ambas manos y la abro; contiene algunas cartas y una libreta con hojas blancas y cubierta color gris. Mi nueva libreta para hacer poemas, he guardado esta libreta por mucho tiempo, la adquirí cuando era un niño.

Tomo una barra de granola de la cocina y camino en dirección a la puerta. El cielo es un poco más claro, la luna aún brilla y el viento es más intenso.

Esta vez decido esperar el autobús, así que camino a la estación de parada. No hay más de diez personas cuando llego, no hay más de quince personas cuando llega el autobús, y el último lugar que está al lado de la ventana se encuentra vacío.

Diez minutos después otras personas suben. Y al ver esos ojos azul oscuro solamente puedo recordar que hace unas horas estábamos en el bosque... Hace unas horas nos besamos... Hace unas horas le había dicho esas dos palabras que no se si realmente debí haberlas dicho.

Decido moverme un lugar a la derecha para dejarle a Will el lugar de la ventana. Intercambiamos unas palabras a modo de saludo.

Lado oscuro, mirada perdida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora