Epílogo: Cita a la Luz de La Luna

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Una semana transcurrió del concurso de pintura. Todo había vuelto a la normalidad, exceptuando que en los últimos días, Chloé se había vuelto más irritante que de costumbre.

Y esa mañana no fue la excepción; ante la mirada desconcertada de los adolescentes, la rubia ingresó a la clase con un semblante de fastidio hablando consigo misma, seguida por una nerviosa Sabrina.

-Ahí viene la señorita Avispa Reina –comentó por lo bajo Alya, a su grupo de amigos, mientras que Chloé fingía estar sorda y luego sentarse en su lugar con un bufido - ¡Vaya! Es la primera vez que veo a esa loca engreida no contestar uno de mis comentarios.

-Tal vez, ella tenga sus propios problemas –comentó pensativo Nino.

-La señorita, "papi me lo arregla todo", ¿Tendría problemas? –dijo sarcástica la morena.

-Quién sabe Alya –Marinette habló, llamando la atención de sus amigos-, quizás ella si tenga sus propios problemas.

-Bueno, dejando de lado eso, creo que debemos arreglar el problema de nuestro propio rubio –la bloguera sonrió de oreja a oreja jutno con Nino, dejando a Marinette y al aludido más rojos que tomates.

-¡Ajum! –"tosió" el Dj, dirigiéndose a su amigo- ¿No tenías algo de que hablar con "ya sabes quién"? –Adrien tragó nervioso, recibiendo un empujón de Alya.

-Lo mismo digo –repuso la chica, acercándolo más a Marinette.

-Eh... -fue lo único que dijo eñ rubio por diez segundos, con una Marinette sonrojada y el par de morenos ya perdiendo la paciencia-. Yo quería decirte que... -apenas articulaba, ya exasperando a Nino y a Alya-... bueno, que mi padre quiere... -el rubio rascó su cabellera, colmando a sus amigos.

-¡Agh! –Alya perdió la poca paciencia que le quedaba, tomando la palabra -.Lo que tu enamorado quiere decirte, es que su padre nos va a pagar a todo el curso, un viaje a DisneyLand París.

-¡¿En serio?! –Marinette cambió su sonrojo a una expresión de emoción, dirigiéndose al joven Agreste.

-Pues sí, creo que en el fondo, quiere compensar al resto de los chicos por estar conmigo, y como eres la representante...

-¡Claro que sí Adrien! –saltó de alegría la peliazul-, será maravilloso ¿Para cuándo sería el viaje?

-La salida sería este próximo fin de semana –respondió el rubio, ya un poco más calmado.

La noticia del paseo fue bien recibida por los estudiantes, con excepción de Chloé, que no dejaba de fruncir el ceño, pérdida en sus pensamientos.

-¿A quién le importa un tonto paseo? –murmuró enojada, mordiendo su lápiz.

Por lo general, los adolescentes no tomaban en cuenta la mala actitud de la rubia, pero el día de hoy era mas insoportable de lo normal.

Y el bicho de la curiosidad les picó a la hora del descanso, cuando la rubia gritó de la nada, con una de sus pataletas mientras era abanicada por Sabrina.

-¿¡Cómo es eso papi?! –chilló impaciente, llamando la atención del resto de estudiantes -¡Agh! ¿En serio? – la joven guardó silencio, para escuchar nada agradable de parte de su padre al otro lado del móvil- ¿Y no puedes hacer anda? –luego de la respuesta, a Chloé casi se le cae la quijada-, ¡¿En dos semanas?! ¡Creí que sería para el fin de mes! –la rubia gruño enojada, gritando al telefono- ¡No quiero tus excusas!

Y bufando furiosa, Chloé se fue, dejando a todos extrañados de lo hubiera discutido con su padre.

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The Lady of the PaintDonde viven las historias. Descúbrelo ahora