IV

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Desde ese incidente Kibum faltó a clases una semana más, ya tenía ideas incluso de no volver a poner un pie sobre ese infierno, más Nicole seguía insistiendo en que deseaba verle y saber que estaba bien, con aquello de que no podría ir a visitarlo, era obvio.

No había dormido realmente bien esos días, la mayor parte del tiempo estaba llorando o platicando con sus amigos, preguntándose si les importaba a ellos sólo para volver a caer en llorar todo el día.

—¡Kibum! –gritó Nicole desde su asiento y salió disparada desde su lugar hasta allá donde se encontraba el nombrado– ¿Qué es esto? ¿Por qué no viniste antes?

Kibum ya conocía Nicole desde que eran niños, podía saber sus sentimientos con una sola expresión y sin duda la que ahora mantenía en su rostro no era nada agradable.

—Tienes ojeras… Kibum te ves con sueño… –le decía ya acercando las manos a tocar su rostro con cuidado– Ni siquiera tienes maquillaje, juro que no sé cuándo fue la última vez que me arrastraste hasta esa tienda horrible de color rosa.

—Tranquila… –para esas alturas, Kibum ya sabía bastante bien como poder evadir temas que no le serían para nada de su agrado– Estoy bien, de verdad.

Nicole sin embargo no se parecía quedar quieta con el asunto a pesar de dejarlo de momento para poder tomar sus clases con regularidad, más aquello era algo que Kibum ya no entendía del todo.

Se pasó el tiempo mirando por la ventana de junto y algunas veces por la puerta que daba al pasillo, observando a los pájaros, a los alumnos, a algunos profesores o simplemente al limbo que tenía escondido.

Cuando las clases pasaron, Nicole incluso retó un poco a su madre para que la dejara acompañar  a Kibum hasta su casa, más éste tampoco la dejaba del todo, así que cada quien terminó tomando su rumbo como siempre.
Se perdió en las calles, tampoco es que quisiese del todo llegar a casa pues ahí no tendría nada que hacer más que ahogarse y seguro que únicamente necesitaba algo de aire fresco, pero no fue buena idea. Ir mirando a todas esas parejas felices, con hijos, con amigos, heterosexuales y demás caminar frente suyo le hacía caer más en la idea de que no iba a poder estar de aquella forma nunca, ni siquiera con una mujer.

No supo en qué momento las lágrimas cayeron por sus mejillas al punto de hacerlo correr a casa para que nadie fuese a ver su deplorable situación. Pero no tuvo éxito, pues entonces sentía como es que chocaba contra el cuerpo de alguien más.

 
—Dis… Disculpe, no le vi… –comentó pensando en si subir la mirada o no, pues aún sentía ganas de llorar y ahora se le juntaba la vergüenza de ser un torpe de primera.

—¿Kibum? –en definitiva el día no podía ser peor.

Ahí frente suyo no estaba nadie más que no fuese Kim Jonghyun, aquel estudiante que le protegía por interés de la escuela, se sintió incluso el triple de peor que antes.

No le dijo nada, esa vez sí que quería morir, esconderse, irse lejos y eso mismo hizo, terminando por correr fuera de su vista, sin notar siquiera como es que este le gritaba a lo lejos.


Apenas llegó a casa lanzó sus cosas lejos de su persona, corriendo una vez más a aquella habitación que lo escondía de todo, de todos.

No lloró por orgullo, por pensar que no podía caer por él todo el tiempo, que volver a estar encerrado en casa siendo débil estaba mal.

Aunque después de todo, era débil.


Se quedó pensando algunos minutos, unos muy largos hasta que su celular comenzó a bombardearse con mensajes de JH136.

 “Hola” “Hey, contesta” “Ni te escondas, sé que estás ahí” “Oye… En serio”  “Habla que me aburro” “Entre más tarde contestes, más tiempo sigo jodiendo”

Y así, todos esos mensajes que le hacían sí o sí voltear a tomar su celular.

“K78: Hola.

JH136: Lo sabía. Hey.

K78: ¿Qué pasa?

JH136: Nada ¿No puedo hablar contigo?

K78: No.

JH136: Tan frío ¿Qué pasó ahora?”

Lo odiaba porque siempre tenía razón, no supo ni cómo es que alguien tan estúpido podría tener una muy buena intuición, JH136 era demasiado, más no tardó casi nada en comenzar a contarle que tal su día de clases y su pequeño incidente con Jonghyun.

“JH136: ¿Tan malo es él?

K78: Lo odio.

JH136: Pero no le hablas.

K78: Ni me gustaría.

JH136: Yo digo que le des una oportunidad para que veas que no es mal muchacho. Tal vez se lleven bien.

K78: ¿Por qué lo estás defendiendo? ¿Se te olvida cómo me trató?

JH136: Siento igual que estás mal sobre él.

K78: Me largo a dormir.

JH136: No es verdad.

K78: ¿Por?

JH136: Apenas son las 20:00

Ya no quiso ver que le iba a contestar pues entonces ya había cerrado cesión. Juró nunca haberse peleado con JH136 pero le acojonaba como es que podía hablar así de Jonghyun, alguien que no estaba pensando más allá de la imagen que daría en el futuro, sin duda era horrible.

Haciendo caso a sus palabras anteriores se metió a la cama, cubriéndose hasta la cabeza y así poder acurrucarse sólo con una almohada, pensando en dormir pronto para que nadie pudiese molestarlo más.

Igual, mañana habría clases.

Y la escuela no mejoraba, incluso podía asegurar que ya estaba completamente acostumbrado a ese estilo de vida.

Las burlas, los murmullos, los acosos, sus libretas nuevas sobre el lodo nuevamente, todo. Incluso el abrazar a Nicole a la salida como si nunca más se fuesen a ver y estaba seguro que el día que explotara, no se verían más.

Pensó entonces, se plantó la idea de lo que realmente era.

Cuando su corazón y mente explotaran de todo... Tal vez sería el momento de partir.

Limbus [JONGKEY]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora