XVI

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Jonghyun estaba despidiendo a Kibum en el metro para que fuese a casa, tratando de convencerlo para que lo dejara ir con él y así durmieran en casa del rubio, pero a toda palabra, había una negación.

—Jonghyun que no.
—¡Por favor!
—¡Que no! Es tarde ya.

Jonghyun no hizo ni un poco de caso a las palabras ajenas y de igual forma se encontraba haciendo un berrinche para acompañarlo a casa y por cada pataleo que daba en el suelo, Kibum se burlaba y seguía negándose a que fueran juntos a su casa.

—¿Y por qué no? Seguro ya tienes a otro viviendo ahí.
—No digas tonterías, claro que no.
—¡¿Entonces?!
—Tus padres están hoy en casa, Jong, debes estar con ellos.
—¡Pero quiero estar contigo!
—¡Ya dije que no!

El día se había resumido a Kibum en casa de Jonghyun con sus padres por delante, había tenido la oportunidad de conocerlos y ahora quería ser un buen ejemplo para su hijo y así ganarse la confianza más rápido; desde el primer segundo, Jonghyun les había soltado que estaban juntos y para haber sentido tanto miedo por ello, al final se había pasado a unas buenas risas y la aprobación de los mayores.

—Tsk, pues ya vete.
—Bueno, adiós.
—¡No!

Kibum seguía riendo por lo contradictorio que podía ser Jonghyun cuando se enfadaba, especialmente por su culpa.

—Sólo, ve con cuidado, Kibum.
—Lo voy a hacer, lo prometo.

Se miraron por unos buenos segundos más, en silencio, como generalmente lo hacían siempre que tomaban caminos diferentes, Jonghyun no lo quería dejar ir y Kibum no deseaba irse a casa.
El rubio, se encargó de mirar a los lados perfectamente y así asegurarse que nadie les prestaban real atención, sería una tontería, sí, pero debía hacerla al menos una vez.

Dió un paso al frente y llegó hasta los labios de su pareja, dejando un casto y rápido beso sobre los mismos y antes de que alguien los viera, de que la vergüenza le llegara a la cara, de que Jonghyun preguntará algo o que lo tomara para no dejarlo ir, se dió la vuelta y corrió hacia dentro del metro, pasando los torniquetes y así, evitando cualquier cosa que lo hiciera arrepentirse, y sería muy difícil a esas alturas.

Cuando llegó al final del andén, se sentó rápido sobre el suelo y se quedó pensando sobre lo que acababa de hacer andes de huir cobardemente, sentía las mejillas calientes y estaba seguro que sud ojos no ponían estar más cerrados o seguro explotaban.
¿Cuándo se había vuelto de esa forma? No lo sabía; pero sí la razón era Jonghyun, iba a estar bien aceptarse a esa parte de sí mismo.

El metro llegó y ya un poco más calmado, se levantó del suelo y caminó a paso lento dentro del mismo, no había demasiada gente y lo agradeció, pues necesitaba sentarse rápido y pensar en muchas, muchísimas cosas.
Todas eran sobre Jonghyun, sí, pero no siempre era la misma situación.

Era consiente del tiempo que ya llevaban juntos y no era para nada corto aunque lo pareciera, sentía que no sabían todavía muchas cosas el uno del otro para el tiempo que habían compartido hasta ese momento e incluso estando una eternidad junto al moreno, tal vez no llegaría a saber todo lo que significaba Jonghyun.

Una sonrisa se le pegaba al rostro siempre que pasaban vagamente las veces que Jonghyun le había dicho que le quería, las veces que lo había abrazado y también besado, ya no le alcanzaban los dedos de las manos para contar todos los momentos bonitos que pasó a su lado y tampoco le alcanzaría la memoria para recordar cada detalle mínimo que el moreno tenía con su persona; se sentía extraño, era como anudarse la garganta para contener las ganas de explotar, las cosquillas en la piel debajo de la ropa y también ese inexplicable sentimiento de felicidad juntada con melancolía que para empezar, no se sentía nada mal.

Lo amaba, sí, estaba seguro.

Era diferente a estar con Woohyun, mucho más diferente a ello, se sentía bien, cálido, no se sentía carencia ni mucho menos desconfianza, por eso le gustaba estar enamorado de Jonghyun, era todo demasiado nuevo para su débil ser.

Inundado en sus pensamientos, casi se salta su parada y disparado como una bala corrió fuera del metro, soltando un suspiro satisfactorio por estar en la estación que le correspondía.
Arregló sus ropas, también su mochila y dió pasó calmo fuera del lugar, hacia la calle, era ya un poco oscuro por el horario, pero de todas formas podía ver correctamente por las calles.

Miró al cielo y después al pavimento, pensó en Jonghyun y sonrió, no podía detener a su cerebro y sentía que iba a enloquecer por pensar tanto en él, sería divertido verse encerrado en un cuarto blanco mientras gritaba el nombre de su pareja a cada segundo.

Aunque pensándolo bien, no era para nada divertido.

Kibum escuchó pasos detrás de su cuerpo y por inercia volteó, encontrando la figura de dos chicos a los que no les puso demasía importancia, debían estar yendo a casa igual que él.
Aunque de un momento a otro sintió el aire demasiado pesado, se sentía extraño, muchísimo; dió un vistazo hacia atrás nuevamente y volvió a encontrar a aquellas dos personas, un poco más cerca que antes y de igual forma, decidió sólo pasar de ellos, no tenía por qué pensar que lo seguían.

¿O sí?

Sintió que una persona tomaba de su brazo izquierdo y lo jalaba con demasiada fuerza como para resistirse y cuando menos lo quiso, estaba siendo arrastrado dentro del callejón por el que iba pasando de junto.

Cerró los ojos por reflejo y escuchó las voces de al menos tres personas reírse y murmurar cosas que no entendía, ni un poquito; cuando se estuvo quieto sobre el suelo en donde lo dejaron, se dispuso a sentarse y pronto llevarse una mano hacia el costado, dolía por el golpe, abrió los orbes para ver el lugar oscuro en el que estaba tirado y luego subió la vista hacia arriba, encontrando la mirada de esas cinco personas que lo rodeaban, con una expresión que a Kibum no le gustaba.

—¿Qué deberíamos hacer primero contigo? –preguntó uno de ellos, teniendo una sonrisa en los labios que no era para nada divertida.
—Seguro que prefiere hacerlo rápido y fuerte.

Sintió que alguien, por la espalda le pateaba y lo obligaba a recostarse de nueva cuenta y bastaron simples segundos para sentir que todos le tomaban del cuerpo.

Kibum gritó con desesperación que lo soltaran, que lo dejaran tranquilo y a pesar de moverse para evitar que lo tocaran, no podía hacer demasiado contra aquellas personas que iban jalandole la ropa para sacarla de su cuerpo.
Sus ojos enseguida se humedecieron cuando vió uno de sus hombros descubiertos y comenzó a gritar con más fuerza, eso hasta que le taparon la boca, haciendo que su desesperación fuese en aumento.
Fueron los minutos más tortuosos de su vida y juraba pedirles que mejor lo matacen antes de nada, con suerte lograba mantener sus pantalones arriba.

—¡Oigan ustedes! –se escuchó una voz, Kibum no lograba reconocerla.

Los movimientos bruscos se detuvieron de golpe y escuchó los pasos que daban sus agresores al correr, estaba aturdido, muy aturdido.

—Oye. ¿Te lastimaron? ¿Hicieron algo? –preguntó esa voz desconocida, y para entonces, Kibum lo único que pudo hacer era llorar.

Llorar y desear que Jonghyun estuviera ahí abrazándolo.

Limbus [JONGKEY]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora