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Mi teléfono sonó, era el bendito despertador, me  estire y apague la alarma, eran las 7:30 am, por un momento me des ubique, pero pronto recordé que había pasado toda la noche en el auto.
Conduje rumbo a casa, solo tendría que darme una ducha y salir al trabajo. Llegue rápido a casa u abrí la puerta. Olía muy bien o mas bien tenía hambre.
- Hasta el otro día Danna- dijo mi tía
- Tía hola yo...
- Me alegro ya era hora de que empezaras a rehacer tu vida, ahora ve y date una ducha es tarde
- Aja
Subí corriendo a mi habitación, tire las zapatillas en algún lugar de mi closet, me saque el vestido y me fue a duchar, me relaje un poco al sentir el agua caliente sobre mi piel, cierto era que había dormido pero no muy bien.  Salí de la duche y me fui a cambiarme, bajé corriendo a la cocina tome mi bolsa, una manzana- Adiós tía  - grite y salí rumbo al trabajo.
Llegue al lugar pero Amber no estaba - Buen día señorita - dijo un viejito - ¿ Quien es usted? O ma bien ¿ Que hace aquí?
- Vine a trabajar ¿ y usted?
- Soy el dueño ¿ y Amber?
- No se señor
- Bien vamos - abrió la puerta - ¿ Cual es tu nombre?
- Danna Sullivan un gusto
- Peter Santa Anna, ponte a trabajar, cuando llegue Amber ya vera
El viejito era de armad tomar, así que sin demora me apure y sacudi un poco el lugar, puse un poco de café, Amber llegó, lo note porque el don comenzó a regañarla - Bonitas horas de llegar Amber- su voz sonaba un tanto de hartazgo con respecto a la  situación. La chica estaba ¿ asustada? Yo se lo había advertido, pero ella no me hizo caso, lo lamentaba por ella.
Entró a la cocina y la mire se veía peor que yo cuando iba a la secundaria. - Hola - dijo ella tomándose la cabeza
- ¿ Esta buena la resaca? ,Fue una buena noche ¿ no?
- Si, ¿ en dónde te metiste?
- Fui al baño y ya no estabas - mentí
-¿ A si?
- Si Amber, después de eso bebí hasta cansarme me quedé dormida en el baño
- Uy lo siento, yo desperté en la cama de un tío bien bueno- dijo con ese acento español- joder.
- Que bien, creo ¿ y te gusto?,
- No recuerdo nada, es más amanecí atada a la cama con interiores no tenia prueba de haber echado un polvo, ni el pero da lo mismo.
- Si tu lo dices
La rutina se hizo presente, todo el día, esperaba no aburrirme  rapido y dejar eso, pronto llegó mi hora de salida. Al lugar llegó un tipo con un traje azul marino una camisa rosa, se veía lindo, debía reconocerlo. Pero no tenia tiempo de andar admirándolo , se me hacia tarde para ir con Mica - Ya me voy Amber- grité.
El tipo carraspeo tratando de captar atención-  En un momento lo atienden, mi turno ha terminado.- casi me iba cuando Amber jalo mi brazo y me obligó a entrar a la cocina, casi caía -¿ Que te pasa?- dije molesta
- Es el
-¿ El que?
- Amanecí con ese tío tan bueno
Si que ese tipo era imponente - Aja y luego?
- Atiende lo por mi ¿ Si?
- Esta bien pero rápido
- Gracias te debo una
- Me debes muchas niña
- Solo ve
Salí de la cocina, el parecía ser muy impaciente - Disculpe Señor mi compañera salio un momento ¿ Que desea?
Me miró, sus ojos eran demasiado lindos, esas orbes color miel me hicieron entrar en un delicioso trance, todo el era tan....como decirlo, era demasiado sexy, mordí mi labio inferior
- ¿ Me oíste?- dijo condesa voz tan varonil y sensual
- No perdón ¿ que me dijo?
- Un late por favor.
- Ah si, voy
Anoté la orden y entré a la cocina, le di la nota a Amber. Ella se apresuró a hacerlo, sabía que era tarde,pero ya no podía hacer nada. Me dio la orden salí, miraba al lugar.
- Aquí esta
- Gracias- lo iba a tomar pero miró mi pecho, me puse nerviosa - ¿ porque no traes tu nombre?
- Mi turno ha terminado y me iba pero tuve que atenderlo y ahora si ya me puedo ir
- No te he dado permiso de iré.
- No se lo pedí
Tomé mis cosas y salí del lugar, llegue con Mica, comencé a trabajar, pero no podía concentrarme, sus ojos aun estaban en mi memoria y su voz aun retumbaba en mis oídos. Por alguna razón mi mente divagó, en esos labios tan lindos  ¿ cómo seria un beso suyo? Una caricia si quiera. Moví la cabeza negando y seguí trabajando. El tiempo paso, pronto terminé de limpiar el lugar, me quite la bata y salí del trabajo.
Caminaba tranquilamente, estaba a punto de obscurecer, me encantaba ver el ocaso, era simplemente lindo, me hacia recordar cosas lindas, con mis padre y la enorme casa en donde vivía, testigo de una acción terrible, no quería volver a ese lugar, no deseabas volver a recordar esa noche.

- ¡ Mamá, papá ya llegue! - grité.
No recibí respuesta, todo estaba en completo silencio, eso fue extraño. Subí las escaleras, las luces eran tenues. Un grito desgarrador llamó mi atención. Corrí hacia la habitación de mis padres, los vi en el suelo atados de manos y pies. Trate de ayudarlos pero no pude, ya que fui golpeada en la cabeza.
.......
Poco a poco reaccioné, me dolía la cabeza. - Hola, lindura - una voz masculina hablo,estaba en completa obscuridad.
- No le haga daño, ella es todo lo  que nos importa, lleven se el dinero, todo lo de  valor, pero a ella no la toquen.
Mi padre suplicaba, estaba aterrada, no debí haber salido, no debí comportarme como lo hice. Era la primera vez que salía.
- ¿ Quieres ver el final de tus padres?
- No, no los mate.
Me destapó los ojos, mis padres estaban en el rincón, - De tin marin . - disparó, mis padres se sobresaltaron y yo grité.
- Basta de juegos- se dijo a si mismo, seguido de eso, les apunto con el arma, sin ningún remordimiento, jaló el gatillo y los asesinó...

El MasajistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora