El Masajista

14

Que difícil era eso, terminé de ver la televisión, me disponía a dormir - Danna te buscan - me enrede en las cobijas, la puerta de mi habitación fue abierta, cerré los ojos.
- ¿ Danna?- era el, el había entrado a mi habitación.
Me asuste, me indigne por su atrevimiento, sentí como me destapo la cara - Nunca vas a dejar de usar cobertores infantiles.- ¿ Tenia algún problema con ello? - Aunque debo admitir que me gusta, es raro pero lindo creo.-Me volvió a cubrir - asumiré que se te olvido lo de nuestra cita.
Me sentí peor de lo que ya me sentía, aun así seguí haciéndome la dormida, no podía hacerle algo así a Amber, ella era una buena persona y mi única amiga en esa travesía de mi vida.
Escuché que cerraba la puerta, sentí el mayor de los alivios al volver a estar sola. Me concentre en dormir e inventar una historia ya que el pediría explicaciones.
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La mañana, era linda el sol había salido y olía muy bien, mi tía se había esmerado en preparar el desayuno.
- Buenos días tía
- Hola Danna, Damián te vino a buscar en ma noche.
-¿ Enserio?
- Si, se quedó un rato mas a beber un café
- Bueno tía voy a trabajar
- Sobre eso, Danna debemos hablar sobre...
- Tía después hablaremos de esos temas familiares ahora me voy a trabajar
- Esta bien
Salí de la casa, estaba cansada de pensar en lo que viniera cundo cumpliera 21, esas serían responsabilidades más fuertes u difíciles, todo un reto, y sobre todo llenas de recuerdos.
- Buenos días Amber- dije al entrar a la cafetería
- Buenos días- dijo una voz varonil, alce la cara, era un hombre -¿ Le puedo ayudar en algo?
- Si soy de control de calidad y salubridad
- Om ya veo ¿ Mi compañera y lo atendió?
- Si, esta preparandome un café
- Vale ¿ necesita algo mas ?
- No
Anotó algo en una libreta, entré a ka cocina- hola Amber- volteó a verme, se veía presionada - Tranquila sólo es un inspector de no se que cosas
- ¿ Tranquilidad? De ese hombre depende nuestro trabajo
- Has tu vida normal Amber
Tomé las cosas de limpieza y comencé a hacer mis cosas, tenia que controlarse, la presión no sacaría nada bueno de ella.
- Aquí esta su café señor- Amber le dio el café- Tardó un poco
- Lo lamento es que la cafetera tarda un poco en encender
- Claro
El señor bebió el café, se veía la presión que Amber tenía sobre ella.
El hombre terminó de beber el café y finalmente se fue, sin decir gracias o algo así, sólo se fue dejando a Amber muy nerviosa.
En toda la mañana no me habló, sentía un poco de tristeza, pero recordé las palabras de mi madre.
“ si quiere ser tu amiga bien y si no también ”
Sabias palabras de aquella mujer, lastima que ya no estaba conmigo.
La hora en la que todos iban a comer había llegado, me encontraba de un lado para el otro.
Servía con tanta concentración
-¿ Podemos hablar?- dijo Amber
- Claro ¿ Que pasa?
- Quiero sabes si Damián te atrae
- Amber yo...
- Dímelo no te voy a juzgar solo quiero la verdad
- Pues su me atrae y ya, no es algo que yo planeara solo pasó y ya
- Bien entonces me haré a un lado y no pensaré en algo con el
- Pero yo...
- No Danna, nada prueba con el que no pierdes nada - me apretó el hombro, tenia el camino libre aparentemente.- ¿ Te parece si vamos a tomar unas copas?
-¿ Tu siempre bebes entre semana?
- ¿ El fin?
- Vale nos vemos el fin, tomamos unos tragos y ya
- Esta bien
Me sentía mejor después de aquella plática aunque me preocupaba la ausencia de el, esperaba que llegara temprano y me pidiera explicaciones pero no. Nada ni un solo rastro de el.
- Es tarde Danna ya vete a casa yo cierro
- Nos vemos Amber, cuidate nos vemos mañana.
- Si
Salí hacia mi casa pero una moto  me impidió seguir mi camino - Sube- me ordeno Damián
- ¿ Porque no traes casco?!
- Porque no
- Damián
-Toma- me dio el casco
Me lo coloqué y subí a su moto, estando arriba de la moto arrancó y se incorporó al tráfico, aceleró, tenia miedo de morir ese mismo momento pero no podía bajarme.
Se paró frente a su edificio, bajo de la moto, bajé. Me quitó el casco y me tomo en brazos, me llevó hasta el ascensor. No decía nada sólo actuaba y yo no me negaba a sus acciones.
Cuando llegamos a la puerta de su apartamento, trate de negarme a entrar pero me tomó con más fuerza
- Dejame ir
- No- me moví un poco, por aquella acción recibí una nalgada
- ¿Oye que te pasa?
- Nada- cerró la puerta, me dejó en el sofá - Bien quiero sabes porque rayos no recordarse la cita
- Porque no y ya
- No me digas
- Damián creo que vamos muy rápido, he pensado que en realidad no se mucho o  nada de ti.
- Sabes mi nombre mi edad y en que trabajo
- No me es suficiente
- ¿ Que mas quieres saber?
- Pues no se
- Son pretextos
- Damián tengo miedo
- ¿ Es broma?
- No, no lo es
- Pero si ya no eres virgen ¿ o es que necesitas alcohol?
- No, no creo que lo entiendas,¿ te parece si lo dejamos para después?
- Danna, la bragueta me va a explotar si no te tengo lo mas pronto posible
- Damián sólo te pido tiempo, solo eso te estoy pidiendo tiempo
- Esta bien te daré lo que tu quieras de tiempo, pero quiero que seas tu la que me de pauta para hacerlo
- Lo haré, te lo prometo.