El inicio de curso había sido un poco duró, un cambio que no me había sentado bien pero siempre estaba ahí Eloisa, mi mejor amiga desde que éramos muy pequeñas ya que éramos vecinas aunque ella tenía un año más que yo y a diferencia de mi, ella era rubia con el pelo largo y rizado con ojos grises y yo era morena con el pero largo y ondulado y de ojos verdes, ella ya sabia por lo que estaba pasando y siempre me animaba y me hacía sonreír con cualquier tontería. Camino al instituto cada mañana lo veíamos caminando hacia el instituto, era rubio y con los ojos azules, y yo no me había fijado en él pero Eloisa si porque ella ya llevaba un año en el instituto y él era tres años mayor que yo.
- Mírale si es que es guapísimo - me decía Elo - pero nunca se fijará en mí.
- ¡Anda ya, no seas tonta!- le decía - no sabes lo que puede pasar - aunque conforme lo fui diciendo ni yo me lo creí.
- Claro que lo sé, él se fijará antes en alguien de su edad y mucho más guapa que yo.
- No tiene porque Elo.
- Sí, hazme caso Ana.
Las conversaciones sobre él no eran muy profundas ya que Elo solo le hachaba el vistazo en realidad no era alguien con quien le gustaría estar, o eso creo, a Elo le gustaban muchos, se fijaba en cada chico que pasara por su lado, yo sin embargo iba un poco más a mi rollo y no pensaba tanto en los chicos.
Había ciertas mañana que me lo encontraba en la puerta del instituto a Adán, así es como se llamaba, y me sonreía, aunque yo no entendía porque lo hacia yo era de primer curso y el de último y ni siquiera nos conocíamos.
Días más tardes empezó a llegar el frío y yo aquella mañana no me había llevado chaquetón, tenía tanta prisa y solo pensaba en mi examen de matemáticas que se me olvido coger una chaqueta, cuando llegue al instituto Adán aún no estaba y yo entre corriendo para evitar pasar más frío; a la salida hacia el mismo frío y mientras esperaba en la parada del bus sola (porque Elo se puso mala aquel día) se acercó Adán con un amigo, al principio creía que cruzaban para seguir de camino a casa pero de repente vi como me dirigía la mirada y con su chaqueta en la mano, cuando llegó me dijo:
- Creo que tienes un poco de frío.
- Sí bueno, pero ya le queda poco a mi bus - le dije un poco tímida.
- Toma póntela - me dijo acercándome la chaqueta.
- Oh! Gracias pero no hace falta - le dije, aunque me gustaría ponérmela.
- Póntela, insisto - me dijo con una sonrisa.
- Bueno muchas gracias, mañana mismo te la devuelvo - le dije un poco colorada por la vergüenza.
- No tengas prisa - me respondió - por cierto, me llamo Adán - me dijo mientras me daba un beso en la mejilla.
Yo ya sabía que se llamaba Adán, Elo me dijo su nombre miles de veces. En ese momento llego mi autobús.
- Ana - le dije mientras me acercaba a la puerta del bus
- Mañana nos veremos, un placer Ana - me dijo con una amplia sonrisa.
- Claro, e igualmente - dije mientras pasaba la tarjeta del bus
Me senté y arrancó el bus y cuando pasó por su lado pude ver cómo me miró y me guiñó mientras me decía adiós con la mano y al momento no pude evitar acercarme la chaqueta para olerla . En el camino no podía de dejar de pensar, se me venían tantas cosas a la cabeza, ¿por qué yo?, y sobre todo lo que no podía de parar de pensar era: ¿qué le digo ahora a Elo?, eso era lo que más se me pasaba por la cabeza que pensará ella de todo esto, pero al llegar a la parada me dije a mí misma: "Ana baja de las nubes solo te ha dejado la chaqueta no significa nada" aunque por dentro algo me decía que no se le deja la chaqueta a cualquier persona y menos si ni te interesa esa persona.
Al llegar a mi casa estaba solo pensando en qué estaría pensando Adán para hacer lo que hizo y al entrar a mi casa ni me acordé de que llevaba la chaqueta de él y al saludar a mi madre me preguntó con cara extrañada:
- ¿Y esa chaqueta Ana?
- Ah! Se me olvido la mía aquí - le respondí recordando que llevaba la chaqueta de Adán.
- Sí pero...¿y esa chaqueta? - me dijo nuevamente.
- Pues...me la han dejado, bueno voy a cambiarme - le respondí rápidamente antes de que me preguntara de quién era.
Al llegar a mi habitación cerré la puerta y deje la chaqueta en el perchero, cuando me cambié, nuevamente cogí la chaqueta y la olí, no sé por que lo hice, a ver Adán es guapo, bueno sí bastante guapo, pero no quería nada con él o por lo menos por ahora ya que no se lo que pensaría Eloisa.
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Esa maldita sonrisa.
RomanceLo conocí cuando menos me lo esperaba y me enamoré cuando ni sabía lo que era el amor. Romance y pasión juvenil. Inicio de una bonita historia.