Me desperté y Adan aún seguía durmiendo, por las mañanas me suelo levantar con hambre pero esa mañana al levantarme y ver a Adan tan dormido decidí volver a abrázame a él y seguir allí tumbada junto a él hasta que se despertara, al cabo de un rato me di cuenta que me había vuelto a quedar dormida y estaba sola en la cama, donde se habría metido, me daba mucha vergüenza bajar, si está su familia por aquí.
De repente veo como se abre la puerta, con los ojos entreabiertos veo que es Adan, que se había puesto una camiseta pero seguía en gallumbos, y traía con él una bandeja con un par de zumos de naranjas y unos cuantos bollos, además de unas tostadas y juntos estás un tarro de mermelada y otro de chocolate.
Me incorporé en la cama.- Buenos días dormilona.- dijo mientras se acercaba a la cama con la bandeja.
¿Dormilona yo? Bueno si un poco pero me había despertado antes que el, pero con la calor de su pecho me había vuelto a quedar dormida, así que si soy una dormilona.
- Buenos días.- le dije mientras frotaba mis ojos para intentar abrirlos mejor.
- ¿Que tal has dormido?-
Como decirle que había dormido tan bien que no quería que nos levantáramos de la cama y que me apetecía estar abrazada a ese cuerpo todo el día, además me encanta que se preocupe tanto por mi, es un amor.
- Sinceramente he dormido muy bien, en la gloria.- le dije mientras sonreía un tanto sonrojada.
- Me ha encantado pasar la primera noche del año contigo.- añadió.
Cojo un bollo y lo abro añadiéndole un poco de chocolate. Lo miro y sin más le dije:
- Por mi pasaría todas las primeras noches del año contigo, además de todas las noches que hagan falta.
Vi como me sacaba esa maldita sonrisa que cada vez me enamoraba más y no puedo evitarlo y le besé, le besé con tantas ganas que casi se nos cae la bandeja de la cama, menos mal que tenía unos buenos reflejos y evitó que pudiera tirarlo.
- Que efusividad.- dijo mientras ponía la bandeja en medio de la cama.- Pasaremos todas las primeras noches del año juntos, además de las que hagan falta.
Me quito mi bollo y se lo termino.
- ¡Oye!¡Que era mi bollo!- le dije frunciendo el ceño.
- Cierto lo era.- Me dijo mientras me daba otro bollo.
Es imposible enfadarme con él y menos por esa tontería.
Terminamos de desayunar y empezamos a besarnos nuevamente, la cosa se puso muy caliente, pero de repente vi como se quitaba de encima mia y dejando me de besar me dijo:
- ¿Planes para hoy?- me pregunto mientras se levantaba de la cama.
Estando encima mia pude notar que sus partes estaban contestas, y cuando se levanto pude reafirmarlo, y madre mía.
- Primeramente necesito una ducha, después lo que quieras.- le dije
- ¿Te apetece que los duchemos juntos?- me pregunto.
Yo no supe reaccionar, con cara de boba no puede contestarle, me apetecía mucho ducharme con él pero, me daba mucho pudor, nunca había estado desnuda delante de nadie que no fuera Elo, mis primas o mi madre, no sabía que decir, así que él reaccionó por mí.
Cogiéndome de la mano me saco de su habitación y me llevo hacia el baño, yo aún iba con su sudadera, pero no había nadie en casa, sus padres y su hermana habían salido.
- Dúchate y luego ya me ducho yo.- me besó.
- ¡Espera!- le dije.
Pero que esperará para que si no estaba segura de ducharme con él, así que él simplemente me sonrió y me dijo:
- Ana, lo haremos todo a tu manera y en el momento que sea necesario.- me dijo mientras salía del baño.
No me lo puedo creer, como puede ser así de comprensible, no sabía que existieran hombres así, yo aún me sentía en una nube.
Cuando abrí el grifo del agua me di cuenta que no tenía ropa limpia y me daba asco volver a ponerme las braguitas que llevaba puestas.
Abrí la puerta.
- Adan, ¿me puedes dejar algo de ropa... interior?- le dije, pero justo cuando lo estaba diciendo me sonrojé yo sola, no sabía cómo pude haberle dicho eso, ¡que vergüenza!
- jajaja, Claro que te dejo ropa cielo.- me dijo entre risas.
Vi como se acercaba a mi con unos gallumbos, que por cierto son preciosos, y otra sudadera. Cuando llegó a la puerta del baño me alargó la mano dándome la ropa.
- ¡Gracias!- le dije tan sonrojada que hasta yo notaba como me brillaba la cara de lo roja que estaba.
- No las des, no se merecen.-añadió.
Asi que acto seguido volví a cerrar la puerta y me duche, aún estaba más avergonzada que antes, me puse sus gallumbos, pero que guapa estaba, penden mientras me miraba en el espejo totalmente desnuda y con los gallumbos puestos.
Me pongo la sudadera y salgo de baño hacia la habitación de Adan y Justo en ese momento entre mi sonrisa de tonta y con la cabeza en otro mundo me di cuenta que su madre estaba andando hacia mi, yo estaba casi desnuda, ¿que pensaría de mi?, no sabía donde meterme, solo podía pensar, tierra trágame, pero para mí asombro ella simplemente me dijo:- ¡Ana! Que bueno verte, no sé si os apetecerá, pero hace un día precioso, háblalo con Adan, pero... ¿os apetece que comamos juntos.
Yo y mí asombro no supe reaccionar, menos mal que la sudadera me llegaba por las rodillas y parecía como un vestido, pero aún así, parecía una furcia o eso me parecía a mí que ella pensaría pero todo lo contrario, solo me ha invitado a comer con ellos, Ana tienes que contestarle ya.
- ¡Claro! Por mi encantada, lo hablaré con Adan.- le dije sonrojada y con media sonrisa.
- ¡Genial!- exclamó- estaremos abajo, ahora nos decís lo que sea.- continuó mientras seguía su camino.
Madre mía que vergüenza, y que natural por su parte, no pude evitar pensar si eso era normal en su casa, pero si era normal,¿invitaban a todas a comer?
Estaba entre enfadada y sorprendida. Seguí mi camino hacia el cuarto de Adan, abrí la puerta.
- ¿Ya?- pregunto mientras estaba tumbado en la cama con el ordenador.
- Si, tus padres ya han vuelto, me ha dicho tú madre que si queremos comer con ellos,¿normalmente sueles traer tus ligues a casa?¿Normalmente la suelen ver tus padres?¿porque tú madre estaba tan natural al verme medio desnuda y con tu sudadera?- no pude evitar preguntárselo, porque si no se lo pregunto podría estar dándole vueltas sin parar.
- ¿Tú quieres comer con ellos?- me pregunta.
- Me puedes contestar a mis preguntas, por favor- le dije un tanto malhumorada.
- Ana suelo hablar mucho con mi madre, no traigo aquí a todos mis ligues, eres la primera chica que meto en mi casa a dormir, por que como ya te he dicho esto para mí no es ninguna tontería y se lo he dicho a mi madre, lo importante que eres para mí.- finalizó mientras se levantaba de la cama y cogía la ropa para ir a ducharse.- cuando vuelva ya me contestas a mí pregunta.- salió de la habitación.
Madre mía que mala había sido, me sentía mal y ahora no tenía muy claro si quería comer con sus padres pero era lo apropiado.
Cuando volvía de la ducha antes de que entrara a la habitación lo cogí y el besé.
- ¡Lo siento! A veces le doy vueltas a demasiadas cosas que no debería.- le dije un tanto decaída.
- ¡Ey! No pasa nada, solo quiero que tengas en cuenta que Te quiero, y que para mí tú eres muy especial.
Sus palabras resonaron en mi cabeza, y tarde o temprano tendría que creérmelo.
- Entonces comemos con tus padres.- le dije afirmando su pregunta.
- Vale.
Me llevo junto con Mario a mi casa, me cambié y volvimos a su casa y de allí ya nos fuimos a comer con sus padres, donde tuvimos una gran velada y estuve bastante a gusto.
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Esa maldita sonrisa.
RomanceLo conocí cuando menos me lo esperaba y me enamoré cuando ni sabía lo que era el amor. Romance y pasión juvenil. Inicio de una bonita historia.