Capitulo 15

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Me levante tarde esa mañana, así que ya no podía aprovechar la mañana para comprar algunos detalles para mis padres, mi hermano y a Adan para los reyes, así que decidí dejarlo para ir por la tarde; le escribí a Elo.

*Plasta, después de comer vamos al centro* le afirme sin preguntar.

Me baje para la cocina y allí estaba mi padre haciendo la comida.

- ¿Te ayudó?- le pregunte.

- Hombre, ¡buenas tardes dormilona!- me dijo- No hace falta que me ayudes, si quieres ve poniendo la mesa y ya está puesta.- me sugirió.

- ¡Vale!- exclamé.

Mientras ponía la mesa vi que Elo me había respondido.

*Perfecto*

Decidí escribirle a Adan y mientras hacía tiempo para comer estuve hablando con él, dice que tiene ganas de volver a verme pero hoy había quedado con Elo y también me apetece pasar tiempos con ella, desde que estoy con Adan la tengo un poco abandonada, y sinceramente me apetece estar con ella un rato y contarle todo.
Nos pusimos a comer todos juntos y cuando terminamos subo a mi habitación a vestirme, aún estaba en pijama, me puse unos vaqueros con un jersey y unas deportivas. Cojo la chaqueta y salgo y Elo ya estaba en la parada del bus esperándome.

-¿Que dice mi plasta favorita?

- Joe Elo estoy en una nube y me da miedo caerme.- le dije dándole un abrazo.

Llego el bus y nos subimos. Cuando nos sentamos seguimos hablando.

- ¿Y por qué te ibas a caer? Es verdad que deberías poner un pie en tierra.- me dijo.

- Ya lo sé pero es que  con él es todo tan perfecto, ayer estuvimos todo el día juntos y fue uno de los mejores días de mi vida tía, te lo juro, que bien no lo pasamos.-le dije entisiasmada.

- No sabes lo mucho que me alegro por ti.- respondió sinceramente.

Llegamos al centro y empezamos a mirar tienda por tienda buscando regalos, ella también estaba buscando regalos para su familia, así que nos ayudamos mutuamente, además, así se hace más  ameno.
Cuando terminamos de comprar decidimos ir a tomarnos un café y Justo de camino a la cafetería donde solíamos ir a por café, nos encontramos con Adan y Juan, su amigo. Me quede un poco parada, no esperaba encontrármelo.

-!Hola!- me dijo Adan mientras se acercarme a darme un beso.

- ¿Que haces por aquí?- pregunte asombrada.

- Bueno decidí salir a comprar algunas cosas que necesitaba.- me dijo.

- Nosotras nos vamos a tomar un café, ¿os apuntáis?- pregunto Elo mientras me miraba para que le diera mi aprobación.

- Bueno, si no os importa.- añadió Adan.

-Por mi genial.- dije alegremente.

Así que entramos a la cafetería y nos pedimos los cafés, y decidimos sentarnos en una mesa, estuvimos hablando juntos, Juan se estuvo acercando a Elo disimuladamente, pero Elo tenía a su amigo especial así que no le hacía mucho caso, Adan y yo estuvimos un poco acaramelados. Cuando terminamos el café decidimos das un paseo, la noche se nos había echado encima y las luces estaba encendidas, a lo tonto voy a ver las luces de la ciudad durante toda la navidad, pero tampoco me importa, de echo, me encanta. Al cabo de un rato Juan dijo que tenía que irse así que nos quedamos los tres solos, aún no había estado con Elo y Adan a la vez, pero se lo estaban pasando bien lo dos y había una conversación fluida entre los tres, creo que a Elo le cae bien, y a Adan también creo que le cae bien ella.

- ¿Nos tomamos algo?- les pregunté.

- ¡Claro!- dijo Elo.

- Me parece bien.- añadió Adan.

Nos fuimos a un bar cerca de donde estábamos, en una plaza donde se veía el árbol de luces que ponen todos los años.

- Bueno entonces que yo tenga las cosas claras- empezó diciendo Elo.- ¿que es lo que sientes por mi plast... ósea por Ana.

- ¡Elo!- le dije con cara de te juro que te mato.

- Jaja, No te preocupes Ana, creo que está bastante claro lo que siento por ti.- dijo sonriendo.

- Entonces algo serio ¿no?- continuó Elo.

- Muy serio diría yo. - le contestó.

- Mas te vale, que como vea que le haces daño, te corto lo que viene siendo, los huevos, y te los pongo de pajarito. ¿Queda claro?- le dijo vacilante.

-¡ Elo por dios!- le dije.

- Me parece muy buena idea.- le dijo Adan serio.

No sabía a dónde mirar parecía un partido de tenis, Elo a veces puede llegar a dar miedo, pero lo entiendo, se preocupa por mí.

- Empezamos a entendernos tú y yo - dijo mirando a Adan.- Ana, me cae bien este chico.- continuó dirigiéndose a mí

- Tú a mi me estas cayendo muy bien también- le dijo Adan.- un poco dura.

- Tienes que entenderlo.- le dijo.

- Bueno ya está bien, la cosa a quedado clara.- añadí un tanto nerviosa pero feliz.

Terminamos de cenar algo y teníamos el tiempo Justo para coger el último autobús de vuelta a casa. Adan nos acompañó hasta la parada y el bus estaba allí ya, corrimos y nos dio tiempo a cogerlo por los pelos, antes de montarme le doy un beso a Adan.

- Hablamos- me dijo y seguidamente me dio otro beso.

- Hablamos- le dije mientras me separaba de él y me subía al bus.

En cuanto nos sentamos, nos despedimos de Adan y seguidamente me tocaba a mí regañar a Elo.

- ¿Enserio?- le pregunté.

- ¿Que?- me pregunto extrañada.

- Los huevos de pajarito, yo te mato.- añadí.

- Necesitaba asustarlo, si no me iba a quedar a gusto.- me dijo mientras se reía.

- Pero te has pasado un poco tía, tampoco hacía falta tanto.- le dije mientras me salía una pequeña sonrisa.

- Bueno puede que un poco me haya pasado, pero bueno, se le ve buena gente, seguro que me lo perdona.- termino diciendo.

Nos bajamos del bus y nos fuimos cada una a su respectivas casas pero antes de que entráramos cada una a su casa, nos miramos con cara de cómplices, eso sólo significaba una cosas.

- ¿En tu casa o en la mía?- pregunto Elo.

- En mi casa, mi madre ha comprado muchas chuches.- le dije.

Entonces abrió la puerta de su casa.

- Mama, me voy a casa de Ana, mañana vengo.- dijo gritándole.

- Vale cielo.-escuche de lejos a su madre.

Se vino hacia mí y nos metimos en mi casa. En dirección a la cocina, cogimos todas las chuches que pudimos y nos subimos a mi habitación.

- Mama ya estoy en casa, Elo se queda a dormir, os quiero.- le dije a voces mientras cerraba la puerta de mi habitación.

- No os acostéis tarde.- se escucho de fondo decir a mi madre.

Nos pusimos el pijama y nos tiramos en la cama, encendí el ordenador y mientras comíamos chuches nos pusimos a ver una película hasta quedarnos dormidas.

Esa maldita sonrisa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora