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Lo primero que hago es hablarle a Adan.

* Ya estoy preparada, cuando tú me digas salgo*

Habíamos quedado en que él me recogía sobre las seis o así ya que nos habíamos acostado tarde y necesitábamos descansar, al cabo de un rato me contestó.

* Estoy llegando*

Entonces me levante del sofá y me fui para la puerta después de coger el abrigo, entreabierta la puerta vi que aún no había llegado pero seguro que no tardaría, en lo que fui a la cocina a beber un poco de agua llegó.

* Estoy en la puerta* me escribió.

*Salgo.*

Entonces salí y Corri hacía el coche, Adan están como siempre esperándome apoyado en el coche, tan guapo como siempre. Me monto en el coche y nos vamos. Era la hora de tomar un café y la noche estaba llegando, así que decidimos ir al centro a volver a pasear y tomarnos algo por allí. Ese día era especial, comenzar el año nuevo a su lado no tiene precio. Nos metimos en una cafetería a tomarnos un café, pero en lugar de café me tomé un Chocolate caliente, y estuvimos allí para entrar un poco más en calor.
Decidimos seguir paseando y hablando, no había mucha gente en la calle, aunque tampoco están vacías las calles. Empezamos a andar sin rumbo, callejeando, paseando por plazas, por parques, subiendo cuestas, bajando, de repente habíamos llegado a lo alto de la ciudad sin darnos cuenta mientras hablábamos.
Mañana hacíamos dos meses juntos, aunque no queríamos hacer nada especial, hemos preferido dejarlo para cuando hagamos el año, que en eso si que nos hemos puesto de acuerdo mientras hablábamos y caminábamos, que como vamos a durar, solo celebraremos aniversario, ni mesario ni nada.
Ya que estábamos en lo alto de la ciudad nos pusimos a andar de camino hacia abajo, y se había hecho bastante tarde.

- ¿Te quieres quedar a dormir conmigo?- me pregunto.

- Tendría que preguntarles a mis padres, no sé si me dejarán.- le respondí.

- Entonces como veas.- añadió un tanto decepcionado.

Supongo que creería que le diría directamente que si pero aún así necesito preguntarle a mis padres, si no me dejan no puedo hacer mucho, pero mis padres no creo que se opongan, normalmente siempre me dejaban quedarme a dormir en casa de mis amigas, pero claro, eran amigas y no pareja.

- Les llamaré, dame un momento.- le dije mientras le besaba la mejilla.

- Perfecto.- dijo.

Mierda no me cogen, ni mi padre ni mi madre, no entiendo nada que hacen con los móviles, nunca están cuando se les necesita, vamos como para una emergenci... ¡ya me han cogido!

-¿Mamá?- pregunte cuando me di cuenta que cogieron.

- Dime cielo.

- Es que como se ha echo tarde y estoy un tanto cansada de anoche... pues me ha dicho Adan de dormir en su casa.- intente venderlo lo mejor que pude, pero no se me suele dar muy bien.

- ... - escuchaba ruido de fondo, lo estaría deliberando con mi padre.

-¿Hola?

- Ni que vinieras andando.- dijo mi padre de fondo un tanto irónico.

- Bueno pero ten cuidado eh! Y no hagas ninguna tontería.- insinúo.

- ¡Os quiero!

Que sigilosa es mi madre intentando decirme que no me acueste con él aún, aunque yo no tengo esa intención esta noche.

Vuelvo con Adan.

- ¿Y?- pregunto.

- Lo siento... pero no va a poder ser.- le dije bromeando, pero sería, para que se lo creyera.

- Le diré a Mario que nos recoja.- me dio un tanto tristón.

Cuando cogió el móvil para avisar a Mario, se lo quito de las manos y le beso.

- Que lo he pensado mejor, ¿una peli en tu habitación?- le dije

- ¡Me parece un plan increíble!- me dijo feliz, con esa preciosa sonrisa, mientras me abrazaba y me besaba a la vez que me levantaba del suelo.

Llegamos a su casa, hace pocos días que estuve aquí pero no me acordaba de lo grande que era, y ahora que la veo sin tanta gente me parece más grande aún.

- Buenas noches chicos- dijo Sofía.

- Buenas.- dije un tanto timida.

- ¡Aaaannnaaaa!- exclamó Elena mientras venía hacia mí y me abrazaba.

- Hola pequeñaja.- le dije devolviéndole él abrazo.

- ¿Os apetece cenar algo?- pregunto su madre.- sobró mucha comida de anoche.

- Gracias mamá pero hemos tomado algo de camino, a no ser que sigas teniendo hambre.- dijo girándose hacia mí.

- No la verdad es que no tengo mucha hambre.- dije tímidamente.

- Bueno nos vamos a mi habitación ¿Vale?- dijo Adan cogiéndome de la mano.

- Vale. - añadió su padre.

Subimos hacia su habitación, pero como no tenía pijama, no tenía nada que poderme para dormir, Adan me saco una sudadera suya y unos pantalones de pijama. Cuando vi la sudadera, era bastante grande y me llegaba casi por las rodillas.

- Creo que con la sudadera bastará.

- Esta bien.- respondió riéndose.

Cogí la sudadera y me quede un tanto parada, vi como el se estaba cambiando sin ningún pudor.

-Ajam.- exprese para que supiera que necesitaba mi intimidad.

No me avergonzaba de mi cuerpo pero tampoco me sentía muy segura delante de él, aún no.

- ¿Enserio? Me vas hacer salir de mi habitación.- me dijo mientras se quitaba la camiseta.

- Con que te des la vuelta me vale.- le dije.

Así que entre risas se dio la vuelta, y me empecé a quitar toda la ropa, me quede un rato pensando, el sujetador... me lo quito, odio dormir con sujetador, además si de algo de verdad no me avergüenzo son de mis pechos, y aún me tienen que crecer más, asique sujetador fuera, sudadera puesta y listo.

- Ya está.- le dije.

Él aún no se había cambiado del todo, tenía los vaquero puesto y no tenía la camiseta puesta, entonces se dio la vuelta.

- Te queda muy bien.- dijo señalando la sudadera.

Y de repente se me fue acercando poco a poco y se me quedó mirando fijamente... y después me besó, de los mejores besos que recuerdo.

- ¿Que peli vamos a ver?- le dije apartándome de él, aún no me siento preparada.

- La que quieras, aqui tienes el ordenador. Me dijo dándome el ordenador.- por cierto yo suelo dormir en gallumbos, pero si te molesta me pongo un pijama.

- ¡Ah! No por mí no te cortes.- le dije algo sonrojada.

- No si no me corto.- me dijo quitándose los pantalones.

Entonces se metió en la cama conmigo, madre mía, la verdad que lo que vi por encima, no está nada mal, joder.
Me puse aún más nerviosa pero al cabo de un rato empecé a sentirme cómoda.
Nos pusimos una película y nos tumbamos en la cama, me eché en su pecho mientras lo abrazaba y él me abrazaba.
En mi vida había estado tan a gusto, podría estar así toda mi vida.

Esa maldita sonrisa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora