CAPÍTULO 1

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¡¡Lenaaaaaaaaaa!!

Ese fue el grito al cielo que hizo que saltara de mi cama, hoy empezábamos clases después de unas largas y deliciosas vacaciones. Hace poco empecé a vivir con mi hermano.... En su universidad; nos costó horrores que la decana aceptara pero después de contarle los hechos y muy a su pesar, su respuesta fue afirmativa, somos bastante buenos persuadiendo.

-¡Voyyyyy!- esa era yo, intentando desenredar las sabanas de mis piernas.

Cuando al fin lo logré vi a mi hermano en el marco de la puerta con su sonrisa llena de burla.

-Si sigues retorciéndote así, voy a pensar seriamente que en tu vida pasada fuiste una lombriz... Una muy pequeña.

Si señores, ahí estaba mi hermano, ¡tan adorable como siempre!

-¡Jum, baboso! ¿Ya es tarde?
-No, pero antes de irme, nada  mejor que el show que das cada mañana- luego sonrió y me dió uno de sus cálidos abrazos- nos vemos de tarde, y por tu amor a los dinosaurios, ¡vete desayunando!

No pude evitar reír, si los dinosaurios iban de por medio, no hay nada que pudiera hacer- si, si, hermanito, ahora vete, ya vi demasiado tu rostro.

Esas eran nuestras típicas mañanas, hace mes y medio que vivo en esta universidad, la cual estaba en otro Estado, así que tuve que viajar de Ecuador a Pensilvania...los cambios... Bueno no sé si son del todo buenos pero parece que he tenido varios cambios en este corto tiempo: familia, escuela, Estado, amigos, todo nuevo, pero estaba bien, me sentía de cierta forma relajada, libre... Una extraña libertad, no como la anterior.

Volví a la realidad y me puse a buscar mi celular, siempre lo perdía, así que daba mil vueltas, y lo encontraba bajo la almohada, entre las sábanas o a punto de estrellarse contra el suelo, esta vez estaba bajo mi espalda, puse algo de música y me dispuse a vestirme... Oh... Casi lo olvido.... ducha ...frío... no es una linda combinación.

Salí y me cambié, podía usar cualquier ropa, a diferencia de Ecuador, aquí no usaban uniforme y eso era, en gran forma...sensacional. No soy fanática de la moda, además con mi decisión de dejar mi otra vida, tenía que ser menos dramático mi atuendo, así que volver a lo simple y cómodo me pareció lo mejor, un pantalón negro, una camiseta blanca estampada de dinosaurios y una chompa abrigadita, de esas suaves que dan ganas de dormirse en ellas, y mis zapatos "deportivos", puesto que con el simple hecho de que fueran cómodos y pudiera correr sin tropezarme, (lo cual sucede casi siempre), merecían ser llamados deportivos, al menos, para mí bastaba.

Fui a la cocina y en el mesón estaba mi desayuno con una notita: " Si regreso antes y encuentro una sola miga de este desayuno, ten por seguro que comerás el triple de almuerzo, sé que cocino delicioso pero no querrás una de mis sabrosas torturas y creo que tu estómago tampoco.  Con amor, tu hermano. "

No pude evitar reír, pero inmediatamente me puse a desayunar, ese chico no bromea en cuanto a comida, además era agradable volver a estar juntos, nos separamos hace tiempo y pues... antes siempre olvidaba el desayuno. Cuando se lo conté, casi, solo casi que se enoja... Tuve que correr medio campus hasta que se le pasara el descontrol... Bah, detalles

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