Lena-¿Dónde.Rayos.Estoy?
Es la quinta vez que lo preguntaba... y obviamente era la quinta vez que no obtenía respuesta... fui demasiado optimista al creer que podía seguir un mapa, incluso había un camino, no tengo idea de en que momento me desvié pero para cuando me di cuenta estaba alrededor de un montón de árboles y lastimosamente ya no había camino que seguir.
-En serio, aveces me sorprendo de mí misma, espero volver pronto, si se retrasa demasiado el viaje por mi culpa sería desastroso...bueno, técnicamente no es como si lo hubiera hecho a propósito, pero tampoco es como si eso cambiará el hecho de que ya es tarde ¿sabes Abeja? sería bueno que Nathen este relacionándose con los demás, tener amigos suele ser divertido, claro que si escoges a las personas equivocadas es lo contrario, me pregunto qué hace que Nathen sea así de cerrado a su exterior.
Estaba enfrascada en mi charla con la abeja hasta que se acercó demasiado y corrí por puro miedo, caminé hasta que en mi camino apareció una pared de ladrillos de piedra, apenas se podía ver por la cantidad de hojas que lo tapaban, gran cantidad de plantas trepadoras y árboles con ramas caídas escondían el terreno, supuse que era el tope del lugar en el que estaba, pero más adelante se hallaba una puerta bastante destruida y con marcas de quemaduras, típica puerta de película de terror y aún así la curiosidad me ganó.
Parece ser que abandonaron la cabaña, una gran cabaña cabe decir, dos pisos, muchas habitaciones y muchas cosas...todas destruidas. Salí de allí y le di un último vistazo antes de voltear e irme, deambulé un rato más hasta cansarme
-ah, soy un caso perdido... técnicamente estoy perdida así que-empecé a reír-debí haber traído comida o al.. ¡oh tengo pan! Suspiré y mire alrededor.
-¿me pregunto si seré capaz de regresar?
Saqué de mi mochila una funda roja llena de panes tomé uno y seguí caminando, al rato, a lo lejos escuché mi nombre, pero seguro era mi imaginación, si hablaba conmigo misma también podía ser capaz de escuchar voces que no existían ¿no?
Iba a sentarme en un tronco cuando alguien jaló mi mochila y por poco me hace caer
Me asusté, pero de esos sustos del demonio y no pude más que tirar mi pan con fuerza como si eso me fuera a salvar.
Volteé a ver para encontrarme con Nathen, con la respiración agitada y un poco de sudor en su frente, se veía cansado y claramente confundido con el pan en la mano.-¡Demonios Lena, hasta que al fin te encuentro!
-¡Nathen! ¿cómo me encontraste? ¿También te perdiste? Sabes, perderse es muy fácil aquí, yo iba caminando cuando me di cuenta de que ya no había camino y en su lugar había muchos árboles a mi alrededor ¡gigantes! Y luego caminé un montón pero creo que me perdí más ¿te pasó lo mismo? Por qué si es a...
Nathen revolvió mi cabello de improvisto, al abrir mis ojos lo miré confundida y sonrió un poco
-Por lo que veo no estás lastimada, ya vámonos que de seguro siguen buscándote
-¿por qué estaría lastimada? Estaba preocupada ¿Sabes? En el camino encontré una Abeja, o ella a mí, el punto es que se me acercó demansiado y salí corriendo, estaba a punto de esperar un poco y posiblemente sufrir en silencio pero recordé que tenía pan y mis nervios se calmaron un poco.
-Abeja... ok, no quiero saber.
El camino de regreso fue apresurado, porque seguramente todos estaban cansados de esperar, así que técnicamente corrimos, y como soy un desastre casi me caigo de cara... cinco veces, hice maniobras para mantener el equilibrio. Pero llegamos y es lo que cuenta. La mitad de niños me vieron con cara de ¡¡al fin!! Y los otros algo aliviados o cansados. Eran casi las 6:30 así que llegaríamos cerca de las 9:00 a las cabañas. En el camino me quedé dormida recordando esa cabaña, sería lindo tener un escondite así.
Desperté al sentir el vibrador de mi celular, era mi hermano
-¿Lena? ¡Hola! ¿Todo va bien? ¿Que tal la excursión?
-Hola hermanito, oh umm todo fue divertido, estamos viajando a las cabañas para hospedarnos, mañana te llamo y te cuento los detalles, como a la abeja... te quiero
-¿estabas durmiendo cierto?
-ujum bye bye
Volví a acomodarme para seguir durmiendo, tan cómodo y calentito...
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Teen FictionDesde que tengo 17, no, más bien exactamente el día que cumplí 17, mi vida dio un giro de 180 grados, no sé si es radical para otros, pero en mi caso, no había un solo día al que pudiéramos llamar... Normal. ¿Han oído acerca de que ciertas cosas sol...