CAPÍTULO 13

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Nathen

No dejaba de pensar en que Lena estaba en la habitación de abajo.

Me sorprendí cuando mamá me dijo que estaba en la puerta totalmente empapada, pensé que no vendría y que todo lo del colegio solo era una fachada de niña buena, así que me descolocó un poco el hecho de que estuviera en casa.

Estaba bajando cuando la vi en medio de la sala, parecía no notar mi presencia, la vi sorprenderse por no sé qué y correr a la entrada, se quitó los zapatos y las medias, vi cómo se sacaba el buzo empapado, llevaba una blusa de tiras, y escurrió su cabello, luego corrió, casi resbalando, de vuelta a la sala, me pareció gracioso y extraño a la vez, mamá la había mandado a ducharse antes de pescar un resfriado, parece que le había cogido cariño y confianza en menos de dos minutos... Típico de mí madre con mis amigos, aunque hipotéticamente Lena no es mi amiga, pero bueno; en ese tiempo nos reunió en la sala, cuando la vi salir, no pude evitar abrir mis ojos en señal de sorpresa, algo se removió en mi interior, pero desapareció al instante, traía puesto mi buzo, uno de mis favoritos, seguro mamá se lo dió sin darse cuenta, porque al verme me dedico una mirada de disculpa, le quedaba terriblemente grande, pero no se veía mal, era más bien lo contrario, no me lo esperaba.

Cuando estuvimos en mi habitación se notaba lo incómodo de la situación, hace mucho que no venía nadie a más de Jahir a la casa, intenté concentrarme y le di la lista de candidatos para el proyecto de historia, me sorprendió que escogiera uno de los que tenía, primero pensé que era por vagancia a escribir los suyos, pero al ver la pequeña sonrisa que puso al marcar un nombre en la lista me indicó que no.

Bajamos para la cena y casi resbala en las escaleras, parece que era bastante buena tropezando. Todo fue entretenido, no pensé que lograra encajar tan bien, nunca la había visto hablar tanto, ni reír de esa manera, se veía diferente, como si fuera otra persona, le quité importancia y terminé mi cena, ayudé a mamá a lavar los platos y cuando volvía escuché como mi padre le decía algo de un permiso, ella le agradeció, iba a decirle que porque necesitaba quedarse pero me resigne cuando vi lo oscuro que estaba fuera, no sé de dónde saqué ese lado amable, tal vez porque a parte de Jahir, no tenía otro amigo y ella lo estaba intentando, y aunque odie a las personas del colegio, no podía echarla a casi media noche para que posiblemente le roben.

Recordé la conversación de papá al teléfono  "Sé todo, ella... Ella me lo contó, puede confiar en nosotros, la cuidaremos bien" De cierta forma lo sabía, algo escondía, mi padre se veía muy
preocupado al hablar, cosa extraña.

Esa chica, se había ganado de cierta forma un espacio en mi vida diaria, no podía quitarme  la idea de que era como los demás, pero siempre tenía esos detalles que me hacían dudar, en algún momento llegué a visualizarla como mi amiga, no sería tan malo, después de todo, su forma de actuar parecía sincera, y entonces se me venían un sin fin de recuerdos, todos de ella, también parecía sincera y me equivoqué, suspiré cansado.

Me levanté y fui a la cocina, tomé algo de agua y me senté en el sofá, se me había ido el sueño, así que me puse a jugar un rato, todo estaba silencioso, el reloj marcaba la 1:45 am, estaba por subir a mi habitación cuando me acordé de Lena, vi su puerta por tres segundos y volví a subir, estaba en el cuarto escalón cuando oí un pequeño golpe, algo se había caído, y provenía de la habitación de abajo, y si ella se cayó, a este paso no me sorprendería, lo dudé pero finalmente me di la vuelta, toqué la puerta, nada, todo silencioso, tal vez quedó en shock por el golpe, entré cuidadosamente, estaba bastante oscuro pero podía ver un bulto removerse, me acerqué rápidamente, parecía que Lena estaba teniendo un mal momento, su ceño estaba ligeramente fruncido y no paraba de girar. Había un libro en el suelo: "Las crónicas de Kane" extraño título, lo dejé en un pequeño estante y volví donde Lena.

-Hey, Lena

Nada

-Lena...

Silencio

-Vamos, Lena despierta

Otro giro

-¡Lena!-dije un poco más alto

Finalmente me rendí y moví su hombro, de alguna manera se las arregló para tomar mi mano, abrí mis ojos al instante ¡estaba helando! Fruncí el ceño, sentía que esto había pasado antes, el contacto con su mano se me hacía familiar, deseché la idea al instante, es la primera vez que la toco.

Intenté, quitar mi mano en vano, al quinto intento lo dejé, ni despertaba ni me soltaba, así que me senté a esperar que despertase, no sé en qué momento pasó pero me quedé dormido.

Me desperté por un golpe seco, abrí mis ojos lentamente, me dolía el cuello y parte de la espalda, casi al instante recordé que había venido a ver a Lena, mire alrededor y encontré a mi madre en la puerta, se le había caído el cucharón y me veía un poco sorprendida, parpadeé confuso y volteé a ver a la chica en la cama, ahora se veía tranquila y me miraba confundida... Esperen... Me miraba y mi madre nos miraba... ¡Demonios! Mamá seguro y pensaba mal!

Lena, pareció despejarse porque vio nuestras manos juntas y la soltó al instante, disculpándose
como tres veces seguidas, la escuché suspirar y sacudir su cabeza, volteó a la puerta y sus ojos se abrieron más, pude notar que eran de un bonito café claro, entonces recordé a mi madre, la mire y sonreí, Lena se puso de pie y fue a saludarla, luego se disculpó de nuevo conmigo y se fue al baño, supongo.

Mi madre me dio una sonrisa extraña y me llevó a desayunar, estaba bastante confundido, pero con el transcurso del día se pasó la sensación, seguimos con el trabajo y ya solo nos faltaban arreglar pequeños detalles y la representación del personaje, así que lo dejamos para un día entre semana, Lena se fue al mediodía, mi papá la llevó a su casa, quise acompañarlos pero negaron rotundamente con la excusa de que parecía cansado y era mejor que me quedara.

Cuando papá volvió se le notaba un poco serio pero mamá empezó a molestarlo, así que se le quitó esa expresión, deje el asunto allí y me fui a acostar, hace mucho que no me divertía al menos un poco, puede que papá tenga razón y Lena no sea tan mala persona después de todo, eso de tener una amiga me estaba sentando bien, a veces Jahir no tenía tiempo y estar solo  suele ser un poco molesto.

Sonreí inconscientemente al recordar su expresión de sorpresa al ver a mi madre y como no paraba de disculparse conmigo, fruncí el ceño al recordarla anoche, parecía que tenía una pesadilla bastante fea. ¿Qué podría ponerla así de frágil?
Pensando en eso, me quedé dormido.

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