Pequeñas Travesuras.

Capítulo 24.

Las horas mientras esperaba noticias de su bebé y esposo le parecieron eternas porque sólo podía ver la puerta del quirófano y tener la esperanza de que algún doctor o enfermera fuera a salir y decirle que su esposo e hijo estaban bien, sin embargo nada había sucedido y la desesperación ya había tomado lugar en Min Ho, que estaba sentado porque Ki Bum le había exigido que así fuera, incluso ahora ver a Hyung Su dormido en el hombro de su amigo le hizo sentir el peor padre que podía existir sobre la faz de la tierra, porque por sus preocupaciones de lo que pudiera pasar con Taemin y su otro hijo no había sido capaz de prestarle algo de atención a Hyung Su a pesar de que éste muchas veces quiso que papá lo cargase, sin embargo el rubio se encargó de tenerlo en brazos porque hubo un rechazo del que Min Ho no se dio cuenta, pero Ki Bum si lo hizo, uno que no era porque no quisiera a su hijo, sino que la preocupación no le hizo sentir con la capacidad para tener un momento con su hijo.

—Dámelo —pidió con una voz suave.

Tomó con cuidado a su hijo de los brazos de su amigo y lo acunó contra su pecho, siendo consciente en ese instante del frío de la noche y que no era lo mejor para su hijo, no cuando éste no vestía la ropa más abrigada que pudiera tener y los hospitales eran muy fríos, pero él no podía moverse de ahí hasta tener noticias de su esposo e hijo. Choi observó al niño sin ser capaz de recordar si así había estado vistiendo cuando se encontraron con Ki Bum mientras intentaba conseguir un taxi o su amigo había cambiado de ropa a su hijo, y ahora ya no sólo era perderse las etapas del crecimiento de su hijo sino también no saber cuidarlo lo mejor posible. Él hubiera seguido recriminándose lo mal padre que era mientras su atención era cambiada por un corto momento de la situación en la que se encontraban, sin embargo las puertas del quirófano abriéndose y el rostro cansado de su padre cambió su atención otra vez, temiendo que las peores noticias pudieran salir de los labios de su progenitor, porque éste no estaba mostrándole ninguna emoción, quizás viéndose lo más profesional que nunca le había visto Min Ho, claro que eso cambió cuando al fin habló.

—Taemin y el bebé están bien.

No sólo parecía que había sido eso un alivio para Min Ho sino también para su padre, que suspiró al decir que Taemin y el bebé estaban bien, pero hasta él tuvo miedo de ver morir a su nieto en sus propias manos, o que la vida del castaño estuviera en más peligro de lo que ya representaba la cesárea, pero había podido llevar la situación bien, que a su parecer no era tan complicada como lo hacía ver su colega, porque no era nada que no hubiera visto antes, quizás era un poco diferente a una mujer, pero los dos tenían experiencia suficiente como para tratar la situación, claro que el uno más que el otro, y por eso la situación se había convertido en una verdadera complicación para su colega.

—Podrás ver a Taemin cuando sea trasladado a una habitación —Choi Young Won se giró para volver dentro del quirófano —por cierto —volvió a girarse hacia su hijo —fue niño.

Hubo una pequeña sonrisa casi imperceptible en los labios del doctor antes de que volviese al quirófano, él estaba orgulloso de haber podido conocer al segundo hijo de Min Ho, y mejor aún, estar presente en su nacimiento después de que la situación crítica pasara, así como también fue agradable ver a Hyung Su en los brazos de su hijo. Quizás Min Ho era un poco joven para ya tener dos hijos pero él estaba orgulloso de ver que había podido hacerse responsable de sus actos, aunque no había esperado que los dos jóvenes fueran tan inconscientes como para no haberse cuidado luego del nacimiento de Hyung Su, sin embargo él no podía hacer nada cuando se enteró del segundo embarazo de Taemin, sólo esperaba que Min Ho pudiera sobrellevar la situación bien, y por esa misma razón no dudó cuando recibió la llamada de su colega diciéndole que posiblemente necesitase de su ayuda porque había un chico embarazado con riesgo de aborto, pero como estaban dentro de los siete meses había una gran posibilidad de salvar al bebé, no necesitó el nombre para saber que se trataba de Taemin porque, ¿cuántos hombres se embarazaban en la ciudad? No muchos, si bien no era algo común tampoco significaba que no hubiera hombres que no lo hicieran, que no tuviesen su organismo que les permitiese concebir, aunque eran muy pocos los casos en comparación a los que se presentaban en el pueblo de Lee, y el más reciente que había escuchado era Taemin.