Trece

Capítulo 8

Aiden camina nervioso de un lado a otro y yo no puedo hacer otra cosa que seguir callada.
Se queda quieto, se sienta en un sillón y pasa su mano por el pelo despeinandose completamente, me mira y vuelve a suspirar.

- ¿Se puede saber en que coño estabas pensando?

Me mira esperando una respuesta pero sigo en silencio y él lo rompe de nuevo.

- Aquí hay unas normas sabes y hay que respetarlas por que sino te puede ir mal a ti, a mi y peor aún a cualquiera de la comunidad y no pienso dejar que todo se estropee por que te comportes como una cría, ¿entiendes?

- Mira se que nos jugamos mucho y lo se más que nadie si no recuerdas mal  - me subo la sudadera mostrandole el odiado número-  pero me parece ridiculo todo este sistema que teneis montado asi que permiteme si me hace gracia, reirme.
Por que da la sensación de que todos os creeis que esto es un juego y tú mejor que nadie deberias saber lo que hay ahí fuera.
EL MUNDO DE ANTES YA NO EXISTE, me oyes, N-O  E-X-I-S-T-E .
Y no eres quién para decirme que hacer ni que decir por que que yo sepa no está prohibido reirse.

Aiden no se da cuenta de que no puede ganarme en esto, he pensado cada cosa de este nuevo mundo demasiado tiempo y hay demasiados argumentos a mi favor.

Dicho esto vuelvo al sofá en el que estaba con la chica del pelo rosa y me acomodo a su lado.

Entra a la habitación aún más alterado que antes, lo que causa que Jay y otros chicos se alerten.

-¿Que no soy quién para decirte que hacer?
Esto es increíble no he visto a una persona más egoísta que tú, no pienses solo en ti por que estamos todos en el mismo paquete, y si no recuerdo mal salimos del recinto de Black gracias a mi plan así que permíteme decirte que esto funciona así, no nos llevábamos bien con la panda de Charlie ¿entiendes? Y puesto que no tienes elección para ellos ya formas parte de la mía, asique respetalo, y si tan libre te sientes y tan independiente eres, puedes irte nadie te retiene aquí, díselo a Eren y yo mismo te indico donde esta la salida.

Y se marcha.

Jay y todos los demás se quedan alterado mirandome, pero es que Aiden no lleva razón, no podemos salir a la calle por que una de dos o nos comen humanos muertos o nos matan humanos vivos y ellos en ves de unirse, discuten como niños..

04:45 am

Meto todo lo que puede servirme en la mochila.
He vigilado durante horas los pasillos y es justo ahora cuando no hay nadie rondando por las instalaciones del viejo edificio.
Ya he bajado un piso y esta todo tranquilo, llego a la sala en la que Eren nos recibió, aún no han limpiado los restos de sangre de las heridas de Aiden lo que hace que un escalofrío recorra toda mi espalda. Sigo mi camino y doy un pequeño golpe sin darme cuenta a una lata vacía.

Mierda.

Me agacho pero parece que nadie me ha oído.

Salgo del edificio y agradezco respirar aire libre estando sola, me escondo en un viejo coche y saco el mapa que cogí prestado de la habitación de Jay y me dirigo a una zona a las afueras, en el mapa tiene varias señales de lugares libres, con comida o sin caminantes y este es uno de ellos.

07:01 am

Llevo caminando desde que salí del coche y ya puedo ver la urbanización que Jay tenia señalada quedarán un kilometro pero estoy agotada.

Todo el trayecto ha sido tranquilo nadie ni nada se ha entrometido en mi camino, lo que me alivia.
Necesitaba esto, estar sola, encontrarme a mi misma por que sinceramente no se que hacer ni con quién ir pero supongo que eso me pasaba también en el instituto antes de que el mundo acabara así, y siempre llegaba a la mísma conclusión.

Sola estoy mejor, tan cómoda en mi burbuja y últimamente tampoco es que desee estar con nadie.

Incluso la confianza que habia adquirido con Aiden ahora pende de un hilo, tampoco nos conocemos tanto solo hemos pasado por algo malo juntos, supongo que no es como si fuésemos amigos.

Que nadie se de cuenta de lo que ocurre me parece peligroso pero no es mi problema es más les he hecho  un favor.

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Llego al gran muro de la urbanización y me parece hasta un sitio reconfortable para poder descansar, no puedo evitar pensar en lo bien que hubiesemos vivido aqui papa, mama y yo.

Es como si nada hubiese pasado, como si fuera otro pequeño mundo al que nada le afecta, se asemeja a mi y por eso va a gustarme lo se.

Voy por las calles a paso lento, quiero poder fijarme en todo con detalle, cada árbol, cada banco o buzón.

Eligo la casa que esta a la derecha de la berja siempre por precaución y me fijo que todas tienen un garaje en común, más tarde hechare un vistazo,  antes de instalarme tendré que investigar a ver si el mapa de Jay esta en lo cierto.

Registradas ya todas las casa empiezo a ponerme nerviosa no concuerda con el mapa, vuelvo a sacarlo lo reeleo y no puede ser no coincide.

Jay escribió claramente la cantidad de latas de conserva que había en cada desván de cada casa y he recorrido todas una a una y no hay nada lo único que he podido encontrar son restos de lo que algún día fue comida tirada por todo el suelo, como si a alguien no le hubiesen dejado terminar de comer o se lo hubiesen quitado.

Definitivamente ha habido gente antes aquí.

Vuelvo corriendo a la que he ocupado como mi casa y recojo mi mochila, no me esta gustando nada como van las cosas.

Solo falta registrar el enorme garaje pero no se por que no presiento nada bueno abro las puertas del muro por si algo malo ocurriese, es una gran vía de escape y abro las puertas del garaje.

Lo primero que hay es una especie de andamio de madera con paredes, en ellas hay como rasguños quizás no se partes levantadas de la madera, tiene unas escaleras a la izquierda, con la luz del amanecer puedo ver cada vez mejor lo que hay en el garaje pero el andamio sigue tapándome mucho terreno, me alzo en las escaleras y acabo subiendo del todo.

Todo esta lleno de cambiados, nunca había visto un número tan alto reunido en un mismo lugar y lo peor de todo es que estan al borde las ventanas, el cristal va a estallar.

Camino por todo el andamio para poder verlos mejor me inclino con cuidado hacía delante y un ruido me asusta, miro hacía mis pies y la madera del andamio se resquebraja haciendo que mi pierna izquierda se hunda hasta la rodilla quedando a merced de los cambiados.

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"Y al final comprendí que no eras nadie de lo que me imaginaba."

Att:la chica del bajo.