Farha Hens es una chica normal en un mundo simple y con una familia simple hasta que todo deja de ser normal.
Una especie de enfermedad llega al mundo y Farha pasara de ser la chica rara a convertirse en un pilar muy importante para la salvacion...
Salgo corriendo al pasillo en busca de una explicación pero no encuentro a nadie, me empiezo a asustar de verdad, llegó a lo que se supone que es el despacho de Eren y no está, corro por los pasillos pero nada, me relajo, respiró hondo y me paro a escuchar. Los disparos vienen del lado opuesto, corro como nunca y cuando llegó los veo a todos Jay, Aiden incluso Annie y Johanna estan disparando, me asomo por la ventana y me quedo inmóvil, allí esta, Arles Black con una docena de sus hombres.
- Agáchate Farha!!!
Aiden viene corriendo hacía mi y me tira al suelo.
-¿Pero qué haces?
-¿Cómo nos han encontrado?
-No lo sé
Empiezo a pensar en el instante en el que una bala rompe el cristal...no puede ser, era tan sencillo acordarse, pero no, nos tuvimos que olvidar, nos tuvimos que olvidar del trece....
- El tatuaje
- ¿Qué?
- Aiden, el trece...
- Mierda
Tarda unos segundo pero se da cuenta de nuestro error, me agarra del brazo y tira de mi corriendo escaleras abajo. Llegamos a lo que supongo es el garaje del edificio, allí esta Eren coordinando la salida de cientos de personas por un túnel, una salida planeada. Al principio no se da cuenta de nuestra presencia pero cuando Aiden le obliga a apartarse no le queda más remedio que escucharnos le contamos todo sobre el y parece comprenderlo a una velocidad inimaginable.
Sale disparado hacía la mujer que nos atendió el primer día en la enfermería y parece tener calculado ya un plan.
Me llevan a un cubículo en la segunda planta algo así como un despacho, Eren se deshace de todos los papeles de la mesa y la mujer prepara todo para todavía no se el qué.
- A ver, si lo que me decís es cierto tiene una sencilla pero dolorosa solución Maggie aquí presente solo tiene que arrancar ese apestoso número de tu piel, abrirá una herida que hará que salga todo el líquido de tu cuerpo y una vez regenerada la piel no tendría porque quedar nada de la sustancia dentro, lo único que podría pasar es que el número volviese a aparecer pero solo como una marca y no con la función de ser un GPS andante.
No, me niego la idea es horrible, peligroso y además no sabemos nada a ciencia cierta pero aun así me quito la camiseta y me tumbo en la mesa porque como dijo Aiden soy una egoísta pero estoy harta de que la gente muera por mi culpa, si el dolor es insoportable habrá que hacerlo soportable.
Maggie saca un bisturí impoluto de su maletín, una botella de whisky y un trozo de madera. Me hace dar tres tragos a la bebida y morder el palo.
Pierdo el conocimiento un par de veces pero aún así veo como Aiden va y viene continuamente.
- Shh tranquila, Jay ven, ayúdame.
- Voy tío.
Me suben encima de una camilla improvisada y mi mente viene y va, veo como atravesamos el túnel pero cuando empiezo a percibir una luz artificial vuelvo a perder el conocimiento.
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Despierto en una habitación vacía encima de una cama enorme, con un colchón bastante cómodo voy a levantarme y un dolor punzante me ataca el costado, subo mi camiseta y ahí está una venda sobre mis costillas. Salgo al pasillo y oigo voces por todas partes me decanto por seguir la voy de Jay, en el otro extremo he escuchado a Eren y Aiden discutir, no creo que sea lo que necesite ahora.
Entro en la sala y ya la han convertido en algo suyo, está el humo ya familiar en todas las salas en las que hay gente de mi edad, han montado una mesa improvisada con un caja de cartón y allí están Annie, la pelirrosa, Jay y otra chica esperando para jugar a las cartas.
Jay viene corriendo hacía mí y me abraza alzándome en los aires, solo me baja cuando ve la mueca de dolor un tanto exagerada que hago.
- Ya verás cuando te cuente todo menuda movida, ojalá no te hubieses desmayado.
- Pero la niña especial se lo ha pasado de puta madre ¿ah? los demás salvando vidas y tú qué has hecho, dejar que Aiden y Jay te lleven en volandas durante un día entero.
Johanna se pone tan a la defensiva que tengo miedo, me caía mejor cuando solo era la pelirrosa aunque normal que esté cabreada.
- Agg cállate Johanna.-suelta Annie.
- No la hagas ni caso -Jay pasa su brazo por mi hombro y me lleva hasta un sofá más apartado nos sentamos y aún sigue con el brazo sobre mi.
- ¿Qué tal te encuentras pequeña?
- Estoy mejor.
- Entonces ¿Por qué tienes esa cara de amargada?
- Ya sabes porqué...
- ¿Por qué , por lo del tatuaje molón? Eso nos podría haber pasado a todos.
Enarco una ceja y le miró seriamente.
- Bueno....vale...a lo mejor no a todos pero es normal que se os olvidase mencionarlo habéis estado bajo presión, yo lo entiendo.
- Parece que Eren no tanto.
- A ver esque habéis arriesgado mucho, menos mal que tenemos más de un edificio y Eren tiene planes hasta la z, es normal que esté cabreado pero tú tranqui ya se lo está dejando claro a Aiden, créeme, están teniendo una de las buenas.
Justo en ese momento Aiden entra por la puerta con ganas de guerra y como si lo hubiesen planeado Charlie va en su busca.
Me recuerda tanto a los recreos del instituto que me resulta incluso acogedor. Aiden y Charlie están machacándose el uno al otro sin parar, todos los demás han formado un círculo a su alrededor y cuando Aiden noquea a Charlie, Jay sale disparado, es su turno y le toca pelear con la mano derecha de Charlie, un chico apodado Bell.
Es tan "el club de la lucha" que me rindo, no pinto nada aquí, esquivo a la gente y me voy a lo que ahora es mi habitación. Menos mal que las paredes son gruesas sino hasta un ratón me despertaría, cierro la puerta y me tiro en la cama aprovechando la última noche para mí sola, estoy apunto de cerrar los ojos cuando un suave sonido golpea la madera.