Trece

Capítulo 15

Llevo horas caminando, estoy muy cansada pero no puedo parar, no puedo hacerlo si quiero llegar a tiempo.

Callejear es nuevo para mí pero no me he encontrado a ningún cambiado, supongo que no se me da mal.

Está empezando a amanecer y ya noto movimiento en la plaza principal al lado del recinto en el que me tenía atrapada Arles. Esta lleno de gente, es una concentración pero no lo parece, todo el mundo está muy callado supongo que no quieren ser un festín para los cambiados.

Me pongo la capucha y me camuflo por entre medias de la gente, espero que ni él ni sus hombres me reconozcan. Camino rápido, con la cabeza gacha y en silencio.

Se abren unas puertas y allí está.
Dos de sus soldados empujan a los rebeldes hasta una marca dibujada en el suelo, hace que se arrodillen y tira los sacos al suelo para que todo el mundo vea sus rostros.

Uno no es más que un chaval tendrá entre doce y catorce años, pero eso no importa, no a Arles, ya lo demostró cuando mato a Kylie.

Nadie dice nada, pero veo más de un rostro perplejo por la conmoción igual que yo.

- Bienvenidos.
Hoy es un día muy especial para todos, muy emocionante bajo mi punto de vista. Hoy vamos a hacer justicia, a hacer que personas codiciosas y egoístas paguen por sus errores, hacer que paguen por sus fechorías y sobretodo hacer que paguen por la traición.

-Quiero mandar un mensaje a una persona muy especial.

Farha Hens si estás ahí, en algún lugar escondida viendo esto rodeada de personas que no te convienen, quiero decirte que vuelvas, que es aquí donde tu encajas y que no puedes hacerlo con una panda de rebeldes que no hacen más que empeorar la situación general.
Si estás ahí quiero que sepas que tienes tres días para regresar, tres días para darte cuenta de que me perteneces, tienes tres días antes de que mis hombres hagan justicia y logren que el movimiento rebelde caiga, sino regresas me temo que tu situación ya no estará en mis manos y no podré hacer nada para protegerte.

No puedo escuchar más, lanzó uno de los machetes que llevo en la mochila, estoy lo suficientemente cerca como para hacerle daño, lo suficientemente cerca como para haberlo sorprendedido, tan cerca que no puede hacer nada cuando mi arma vuela libre y corta su mano derecha.

- Arles yo también tengo un mensaje para tí.- chilló para que todos me oigan.
Si caemos otros ocuparán nuestro lugar, porque somos una marea.

Y estamos creciendo.

No puedo moverme cuando me atrapan, me llevan antes Black que está desangrandose solo le han prestado una venda para tapar el feo muñón, me tienen atada por las muñecas y los pies pero no me dejan en el suelo, dos de los guardias me mantienen levantada.

Arles Black me mira con odio, quita la pistola a uno de sus hombres y me apunta con ella pero sé que no lo va a hacer igual que tengo la certeza de que Aiden está viendo todo y también lo sabe, él sabe cómo yo lo que Black va a hacer para hacerme daño, gira su brazo y pega un tiro en la cabeza al chico arrodillado, todo sin 
ordenar que me aparten, todo para que yo pueda verlo y él pueda ver la ira y la desesperación en mí.

Me remuevo incómoda agitandome desconsoladamente pero no sirve de nada, solo aprieta más mis ataduras, viene un hombre con una bata y me inyecta algo en el brazo que hace que cierre los ojos y me desplome sin fuerza.

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Aiden.

Son las dos de la mañana, no he dormido nada, estoy empapado en sudor y enredado en las sábanas, no paro de pensar en todo lo que se va a jugar Black y en los dos rebeldes que ha capturado, me siente mal, Farha tiene razón no puedo permitirlo he estado pensando un plan de escape, voy a ir a la habitación de las chicas, contar a Farha el plan y ver a Eren, esto no puede quedarse así pero primero voy a darme una ducha.