Juvia no esperaba conocer a Gray en las vacaciones de verano ni enamorarse, el amigo de Natsu y de Lucy.
Gray no esperaba conocer a quien sería su mariposa azul, poniendo su mundo patas arriba. No, no lo esperaba, sólo quería conocer a esa chica que...
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― ¿Eh? ―Gray parpadeó intentando recordar el supuesto choque con la chica detrás de Levy.
― ¿Cómo es eso que chocaste? ―interrogó Natsu― ¿Estuviste manejando?
―Claro que no, tonto. Chocamos en una esquina y le manché el vestido con café.
―Sólo fue un accidente, Juvia tiene más vestidos. ―le bajó el nivel al asunto sintiéndose nerviosa, cosa que notó Gajeel.
Ella no entendía por qué, es decir, sólo fue con choque frontal, no era para que su corazón latiera tan rápido. ¡Control! Recién salió de una mala relación, era imposible que su corazón reaccionara con el primero chico lindo que ve.
De acuerdo, el amigo de Natsu es lindo.
Demasiado lindo.
Sexy.
Por Dios, no.
―Ya es hora de almorzar, ¿qué comemos? ―preguntó Lucy sacando a Juvia del mundo mágico.
―Déjenmelo a mí. ―impuso Erza arremangándose las mangas de su chaqueta, llevando todos a la cabaña a instalarse en la sala de estar a esperas de su gran banquete, recibiendo las bolsas de Levy y Juvia, que eran el postre.
Mientras no había mucho qué hacer, Juvia fue a cambiarse el vestido de verano color aguamarina. Era su preferido, era una lástima que no lo usara todo el día. Lo reemplazó por uno blanco regresando a la sala de estar.
―Lucy-san, ¿a cuántos minutos queda la playa?
―Sólo quince minutos caminando. Después de almuerzo vamos a bañarnos.
― ¡Sí! ¡Estoy encendido!
― ¡Está listo el almuerzo! ―llamó Erza terminando de poner los platos en la mesa, pero nadie hacía caso, todos conversaban― ¡Oigan inútiles, el almuerzo está servido! ¡No me hagan enojar!
Enojada igual, los chicos corrieron a sentarse.
La comida estaba deliciosa, mejor aún los pasteles que compraron Levy y Juvia.
Natsu no esperó tanto para querer salir a playa, Lucy lo frenó advirtiendo que le daría calambre si no descansaba por lo menos una hora el estómago. Natsu no quiso, Zeref lo regañó también y obedeció.
Una hora pasa volando, no sea exagerado.
Y la hora pasó volando, todos caminando con sus pequeños bolsos playeros en vez de usar el auto. Petición de Natsu, no tomaría una pastilla para dormir sólo por ir a la playa, además, tienen que conocer el camino, la vegetación, los pajaritos, la brisa marina.
―Natsu, ¿una carrera hasta la playa? ―propuso Gray quien ya andaba sin camiseta.
―Claro que sí, ojos caídos. ―sonriendo, se prepararon a la cuenta de tres, dejando un humo de tierra en el camino.
