Capítulo 21.

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21. ¿¡Pero qué mierda!?

Salí corriendo detrás de Christian.

El muy idiota iba comiendo mientras corría, por lo que seguro no vería bien por dónde iba.

—¡Christian ven aquí ahora mismo y dame la pizza! —digo enfadada.

Él sólo ríe y sigue corriendo.

Sígo persiguiéndolo hasta que se mete en su habitación, cerrando la puerta detrás de él.

Me acerco y me pongo a pegar a la puerta.

—Christian no seas capullo y abre.

—No, era mi pizza, tenía derecho a coger aunque sea un trozo.

—Pero que la había hecho yo joo...

—Yo creo que ya has llegado tarde eh...

—¿Te la has comido ya?

Escucho su risa al otro lado de la puerta.

—¡Christian! —le pego otra patada a la puerta.

Vuelvo a escucharlo reir.

—Maldito bastardo, era mi pizza. —lo asesino con la mirada, aunque él esté al otro lado y no me pueda ver.

Nadie toca mi comida.

Bajo algo enfadada y sigo comiéndome lo que me quedaba antes de que se me enfriara.

Veo la tele hasta que termino de cenar, así que me levanto y lavo los platos y todo.

Después me tumbo en el sofá y empiezo a pasar los canales sin saber cuál dejar.

No echan nada bueno en la tele joder.

Seguí cambiando de canal durante un rato, hasta que encuentro una serie que parecía estar bien.

—¿Ya se ha terminado? —dije haciendo un puchero hacia la tele.

—Con qué ahora hablas sola, ¿No?

Escuché su risa al otro lado del salón.

Me giro y mis ojos encuentran a Adam apoyado en la pared, mirándome cruzado de brazos, con una ceja alzada y su típica sonrisa.

No pude evitar sonreir al verlo.

Me levanté y me acerqué a él, dejando un casto beso en sus labios, a modo de saludo.

—¿Qué haces aquí? —digo mirándolo.

—Me apetecía ver a mi chica favorita... —dijo y sonrió de lado.

Mi sonrisa se ensancha más.

—¿Quién te ha abierto? —frunzo el ceño.

—La puerta estaba abierta...

—Así que ahora entras en la casa de la gente sin su permiso, ¿No?

Él rió.

—Es por una buena causa...

—¿A sí? —digo a lo que él asiente— ¿y se puede saber cuál es esa buena causa?

—Estar con mi novia un rato, ¿te parece poco? —dijo haciéndose el ofendido.

No pude evitar reir.

—No tienes arreglo... —dije negando con la cabeza mientras reía.

Adam se encogió de hombros.

—Puede... Pero te gusto más así...

—Eso ni lo dudes.

Su sonrisa se hace más grande y se cara se acerca más a la mía, hasta que sus labios se topan con los míos.

Cierro mis ojos y le sigo el beso.

El ritmo del beso es lento, o bueno, era, ya que empieza a ser rápido y feroz, como si nos necesitáramos más y más.

Siento a Adam acercarse más a mí, y al poco tiempo, cogiéndome por los muslos, haciendo que yo enrolle mis piernas alrededor de sus caderas.

Adam se va moviendo hasta llegar hasta la mesa, creo.

Sube algo más el ritmo del beso.

Empieza a masajear mis muslos, acariciándolos.

Pongo mi mano en su cuello y lo atraigo todo lo que puedo hacía mí.

Juego con su pelo, mientras seguímos besándonos.

Noto como Adam lleva una de sus manos al dobladillo de mi camiseta.

—¿¡Pero qué mierda!? —escuchamos a las espaldas de Adam.

Nos separamos enseguida y miramos hacia donde provenía esa voz.

Mi hermano estaba en la puerta de la cocina mirándonos.

—Joder Zoe, si queríais echar un polvo no tenía que ser en la mesa donde comemos, ¿No crees?

Dijo mirándome mal.

—Es tan fácil como subíros a vuestro cuarto, habéis tenido suerte de que mamá se haya ido al centro comercial con papá, si no, la hubiérais cagado pero bien.

Respiré tranquila después de escuchar eso.

Mi Alfa, Mi Mate [MAMM1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora