Capítulo 38

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38. Atrévete.

—¿Qué queréis? —dijo Adam pausadamente.

—Eres Adam, ¿No? —dijo mirándolo detenidamente, a la vez que empezaba a andar alrededor de él.

Adam no dijo nada.

—Me tomaré tu silencio como un sí, —seguía dando vueltas, acercándose a donde yo me encontraba, Adam lo seguía con la mirada— y si no me equivoco, ella es Zoe. —dijo mirándome.

Aunque no le dió mucho tiempo, ya que enseguida Adam se giró y volvió a ponerse delante de mí.

Ese hombre rió.

—Tranquilo, no le haremos nada, al menos por ahora...

Noté como se tensaba, me abracé a él y apoyé la cabeza en su espalda.

—No sé lo que quereis de mí, pero dejarla, ella no tiene nada que ver en esto.

Él chico negó con una sonrisa, daba bastante mal rollo.

—¿Qué mejor manera de hacerle daño a un alfa que a través de su mate? Además, saldríamos ganando, perderían a su Luna incluso antes de que fuese nombrada como tal.

Adam soltó una especie de gruñido.

—Os lo tenéis bastante creído si pensáis que os voy a dejar que le hagáis algo.

Se encogió de hombros.

—Nadie ha pedido tu permiso, si queremos cogerla lo haremos, sólo míranos, te superamos en número, es imposible que te vayas de rositas.

—¿A sí? Eso ya lo veremos. —dijo para cogerme de la mano y empezar a correr por la casa, estaba buscando una salida.

Enseguida empezaron a seguirnos, estaba claro que me querían utilizar para hacerle daño, y no podemos dejar que eso pase.

Adam me puso delante de él, y aflojó el paso un poco, para que lo adelantara. —Tú sigue corriendo, yo voy a ir detrás de ti.

Asentí y seguí corriendo.

Ahora me arrepentía de haber querido salir de fiesta.

Pero claro, no tenía ni idea de que podía pasar algo así, todo esto era muy nuevo para mí.

Seguímos corriendo hasta que llegamos a una salida.

—¡Sigue corriendo Zoe! —gritó Adam mientras me seguía.

Seguí corriendo hasta que los pies me estaban matando, unos tacones no están para esto, así que me paré un momento para quitármelos.

—¿¡Pero qué haces!?

—No puedo seguir corriendo con los tacones, sé que no es un buen momento pero no puedo más. —dije quitándomelos.

—Mierda. —maldijo Adam al ver que se acercaban— no te asustes por lo que puedas ver porfavor.

No entendí a lo que se refería.

Hasta que de un momento a otro Adam había desaparecido, en su lugar había aparecido un gran lobo color marrón oscuro, casi negro.

Era enorme.

Se acercó a donde estaba, y se puso delante de mí.

Me quedé asombrada viendo al lobo.

La forma de Adam al convertirse en lobo era totalmente asombrosa.

De repente se puso a gruñir a las personas que nos perseguían, poniendo su peso en las patas delanteras, por lo que estaba ligeramente agachado hacía delante.

—Anda, si el lobito saca las garras. —rió.

Sólo había venido uno de ellos, el otro por lo que se ve venía de acompañante para intentar intimidarnos más.

—Venga, atrévete. —lo retó.

Pero Adam no se movió ni un centímentro.

De repente, el otro chico también se convirtió en lobo, pero este era mucho más pequeño que Adam, y de un color más claro.

En poco tienpo empezaron a acercarse lentamente, esperando que el otro atacara.

El otro lobo saltó hacia dónde estábamos, haciendo que Adam lo imitase, para empezar a pelear.

Intentaban morderse como podían, intentando quedar uno encima del otro.

Yo simplemente no quería estar viendo esto, me daba miedo de que apareciera el otro chico o cualquiera e intentaran cogerme, tal vez esto sólo es una distracción.

Y tal como pensaba, ví al otro chico saliendo por la puerta, así que empecé a correr hacia donde aparcamos el coche.

Nada más llegar me encontré con Chris, corrí hacia él.

—Ey, ¿Qué te pasa? ¿Por qué vienes corriendo y con esa cara de asustada?

—Chris no dejes que me atrapen.

Frunció el ceño. —¿Atraparte? ¿Quién?

Me giré y ahí estaba, seguía viniendo en mi dirección.

Me escondí detrás de mi hermano.

—Él, quiere cogerme, no dejes que lo haga, no dejes que me lleve a ningún lado. —susurré abrazándome a su espalda, estaba temblando, tenía bastante miedo.

Y estaba preocupada por Adam.

El chico no se acercó, se quedó cerca de donde estábamos Chris y yo, pero nunca llegó a venir a por mí.

—Tranquilízate, ¿Por qué dices que quería atraparte?

Niego.

No quería decirle nada sobre lo de Adam.

Aunque realmente me sabía fatal tener que ocultarle todo esto a mi hermano y mis mejores amigas.

Pero bastante que estoy yo metida en esto, no quiero que se vean entrometidos en esto por mi culpa, ni ponerlos en peligro.

Quiero protegerlos a toda costa.

—Zoe, contéstame. —dijo girándose hacia mí, a la vez que ponía sus brazos en mis mejillas, haciendo que lo mirara.

—Me estaba siguiendo, venía detrás de mí... —lo abracé más fuerte y cerré los ojos.

Odiaba tener que ocultarle lo que había pasado en realidad.

—Bueno, no ha venido, ya está, seguro que no venía a por tí, habrán sido imaginaciones tuyas. —dejó un beso en mi cabeza— deja de temblar anda, tranquilízate... —susurraba mientras frotaba mi espalda.

Estaba muy preocupada por Adam, no podía dejar de mirar por el camino de donde yo había venido, esperando que en cualquier momento saliera él por ahí.

Pero pasaba el tiempo y no aparecía, mis nervios no cesaban, Chris estaba intentando convencerme de que era mejor irnos a casa.

Pero no podía, no podía irme sin saber como estaba Adam.

Aunque no podía ir a donde estaba peleando hace un rato, ya que podría venir cualquiera de los que estaban con ellos y los esfuerzos de Adam por protegerme habrían sido inútiles.

Otra opción era ir con mi hermano, pero, ¿Y si seguían peleando? No podía arriesgarme a poner en peligro a Chris también, ni que viera a Adam en esa forma.

Sólo podía estar esperando, rezando porque apareciera en cualquier instante, para así saber que los dos estábamos a salvo.

Xx.

¡Hola!

Aquí os dejo el Capítulo 39, espero que os guste.

Besos.

Mi Alfa, Mi Mate [MAMM1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora