Capítulo 15.

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15. ¿Cómo lo sabe?

Después de pasar un rato metida en la bañera, decidí terminar de enjabonarme y aclararme el cuerpo, ya que iba a acabar arrugada como una pasa.

Cogí la toalla y la enrollé alrededor de mi cuerpo.

Me sequé con esta y me puse la ropa interior y una camiseta que pillé antes por la habitación, que era de Adam.

Me puse mis pantalones y salí fuera.

Desaté mi cabello, que tenía atado en una cola de caballo para evitar que este se mojara.

Empecé a peinarmelo con los dedos para desenredarlo.

Después de esto bajé con Adam al salón, al que casi se le salen los ojos de las órbitas al verme con una de sus camisetas.

—¿Ocurre algo? —pregunto alzando una ceja.

Él niega.

—N-no, es sólo que... —traga bruscamente— te queda muy bien mi camiseta, no esperaba que te pusieras una mía.

Yo sonrío.

—Gracias, ¿no te importa que la haya cogido no? Esque la mía ya estaba sucia y tengo que lavarla.

—No hay ningún problema. —sonrió.

Asiento y me siento con él.

El resto de la tarde la pasamos viendo la tele o hablando de cosas triviales.

Como no sabía lo que quería hacer todavía, mantuve las distancias con Adam.

No quería engancharme para que luego me costara más dejarlo.

Esperaba que no me fuera muy duro.

Aunque algo me decía que sí iba a serlo.

A la hora de la cena comimos unas pizzas que había preparado Adam.

—¿Te ha gustado la cena? —preguntó mirándome.

—Uhm... Sí, estaba muy buena.

—¿Qué te pasa? —dijo al cabo de un momento.

—¿A mi? —lo miro.

—No, a mi prima. —dijo y reímos al unísono, relajando un poco el ambiente.

—Enserio, ¿Qué te pasa? —preguntó cuando ya nos hemos relajado un poco.

—No me pasa nada...

—Zoe no me engañes, llevas toda la tarde así, rara, distante...

—Sólo estoy asimilando todo lo de esta tarde, no te preocupes.

Él se levantó pegandole un golpe a la mesa.

Levanté la mirada sorprendida y lo miré.

—¿Cómo que no quieres que me preocupe? —dijo alzando la voz— Si desde que te lo he contado me estas evitando.

—No te evito —frunzo el ceño— si no no estaría aquí, contigo.

—Pero estás distante, es como si no estuvieras...

Soltó un suspiro.

—Ahora me pregunto si habré hecho bien en contartelo... —dijo pasando las manos por su cara, sin mirarme.

—Sí, lo has hecho, merezco saber la verdad, me has demostrado que confías en mí, sólo necesito tiempo...

—¿Tiempo para qué? ¿Para decidir si me dejas o te quedas?

¿Cómo lo sabe?

¿Cómo sabe lo que pensé hace un rato?

Me quedé callada, sin saber qué decir.

—Lo sabía... —dijo cogiendose  el puente de la nariz— ¿Te quieres ir? —me miró.

Me quedé mirando a la mesa.

Escuché otro golpe en la mesa, aún más fuerte que el anterior.

Volví a levantar la cabeza asustada.

—¡Contéstame joder! —gritó.

—N-no lo sé... —susurré.

—¿Qué no lo sabes? —rió falsamente— no es tan difícil Zoe, ¿te quieres quedar sí o no?

—No lo sé ¿Vale? Me quiero quedar y a la vez no, me quiero ir porque no entiendo que hago aquí, echo de menos a mi familia y estoy incomunicada a saber donde —saco valor y me digo mirándole— y no me quiero ir por tí, porque me importas...

—¿Quieres saber por qué estás aquí?

Yo asentí.

—Porque eres mi mate.

—¿Tu qué?

—Mi mate.

—¿Eso qué es?

—Ya te lo diré otro día, no importa mucho ahora.

—Bueno, sea lo que sea ser tu mate, yo no he elegido serlo, ¿Qué pasa si me niego a serlo?

De repente mi cuerpo estaba contra la pared, y Adam estaba pegado a mí, muy cerca, bloqueandome el paso y con la respiración entrecortada.

Esto me recordaba al día en que lo conocí.

Me estaba asustando.

—Eres mía, y me da igual lo que digas, eres mi mate y te vas a quedar conmigo. —dijo mirándome seriamente a los ojos.

Xx.

Aquí os dejo otro capítulo, ¡disfrutadlo!

¡Espero que os guste!

Besos.

Mi Alfa, Mi Mate [MAMM1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora