Capítulo 34

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34. ¿Qué te ha dicho?

—Venga dormilón, despierta... — susurro dándole besos por la cara.

—Mmm... —murmura.

—Venga arriba, que la cena está lista.

Él no se movía.

—Adam no seas vago y levántate.

—¿No me has dicho que aprovechara porque tu padre me iba a echar? Pues eso hago, aprovechar el tiempo que tengo para dormir contigo.

—Pero si estás durmiendo —rio— ya veremos como lo hacemos para que te deje dormir aquí...

Adam asiente y se levanta.

—Más te vale que me pueda quedar a dormir aquí.

—Venga, vamos. —le cojo de la mano y tiro de él hasta la cocina.

—Oh, que bien que hayáis bajado, iba a llamaros ahora mismo. —dijo mi madre sentándose, ya estaban todos.

—¿No era que ya sabías que estaba lista la comida? ¿Cómo lo has sabido si tu madre no te ha llamado?

—Porque olía la cena desde el cuarto, y sabía que no ibas a querer despertarte, así que... —rio.

—¿Tan predecible soy? —dijo mientras nos sentábamos en las sillas..

Asentí con una sonrisa y nos sentamos.

Mi madre no tardó en servir los platos.

Mi padre no paraba de mirar a Adam de reojo.

—Zoe, he estado pensando que esta noche tú dormirás con tu hermano en tu cuarto, y Adam puede quedarse en el de Christian, ya que no tenemos cuarto de invitados preparado.

—Pero señor, ¿Por qué no puedo dormir con Zoe? No es que no lo hayamos hecho ya en mi casa, es lo mismo.

—Bajo mi techo no —
dijo firme— he dicho que dormís separados y dormís separados.

Adam me mira buscando que lo ayude, yo sólo me encojo de hombros y lo miro con cara te Te lo dije, ya que cuando a mi padre se le mete algo en la cabeza, no hay manera de hacerlo cambiar de opinión.

Así que Adam tuvo que aguantarse y seguir comiendo.

Me hizo gracia su reacción , parecía un niño pequeño cuando no consigue lo que quiere.

Seguímos la cena tranquilamente, hablando de cosas triviales, y mis padres le hacían alguna pregunta a Adam, lo noté que contestaba algo soso, y era obvio que era por lo de la habitación.

Terminamos de cenar y dejamos los platos listos para lavarlos mañana, y yo me fui a mi cuarto a ponerme el pijama, luego bajé a ver la tele.

Adam estaba sentado en el sofá, cruzado de brazos.

—¿Estás bien? —dije dejándome caer a su lado.

Él dirigió su mirada hacia mí.

—Sí —se encogió de hombros— sólo me molesta no poder dormir contigo...

—Podría intentar hablar con mi padre, pero ya te digo que no va a funcionar, no va a cambiar de opinión.

—¿No deja que duermas conmigo pero sí con tu hermano? Por lo menos espero que no sea en la misma cama.

Rodé los ojos.

—Adam, es mi hermano, he dormido con él millones de veces, ni que fuera a hacer algo con él...

Él suspiró.

—Ya lo sé, sabes que me cuesta controlarme, no es porque sea tu hermano, es por el simple hecho de que no soporto la idea de que duermas con otro hombre que no sea yo. —dijo y me miró haciendo un puchero.

Mi Alfa, Mi Mate [MAMM1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora