For my promise(Kuroko no Basuke)

Capítulo 11: La caída de los Reyes (parte 2)

No lograba entender del todo porque mis piernas temblaban. No tenía frío, ni ganas de hacer nada más que estar sentada al lado de mi primo, quien descansaba ajeno a mi situación. Removí mi cabello y rasqué mi nuca, no lo entendía. La mano pálida de Kuroko se posiciono frente a mí, alce la vista y lo miré, asintiendo.

–Toma mi mano, vamos al baño–. Sin rechistar lo hice y con su ayuda me paré.

El rápido movimiento logró que mi estómago se revolviera e hiciera que la bilis subiera por mi esófago, me sentía enferma y con mucho calor. ¿Habría enfermado? No lo creo, estaba perfectamente bien. Kuroko me miró por un segundo y manteniéndose en silencio me guio en dirección a algún baño, agradecía el silencio que me otorgaba su compañía, pero el salir del vestuario implico pasar por un corredor lleno de gente y murmullos, apreté los ojos apretándome la cien.

– ¿Te duele algo Kiriel? – Me pregunto Koganei a un lado de Kuroko ¿Cuándo había aparecido?

– Mhm, creo que estoy un poco cansado, creo que refrescarme la cara podría reavivarme – Intente sonreír.

– Sí, creo que sí. Kagami está igual, o incluso peor que tú, ¡se quedó dormido!

Sonreí y miré al frente, posiblemente Kagami estaba recobrando energía para el próximo partido. Vi la proximidad del baño e involuntariamente ofrecí resistencia, y detuve mi paso por un momento para no entrar, ¡Era el baño de chicos! ¿Y si alguien estaba orinando? Una punzada en mi cabeza me hizo recapacitar, en ese momento era un chico, y si entraba al baño de chicas sería mucho peor que ver a un chico orinar. Kuroko seguía guiándome por lo hombros y aproveche eso para cerrar los ojos mientras nos introducíamos al baño, cuando los abrí había un chico de Shutoku en el lavabo no le preste atención y me coloque dos lavabos después de él.

Presione la canilla y el agua fresca comenzó a caer, baje la cabeza hacía el chorro, lo que sentí es inexplicable, la vida volvió a mí y el mareo y dolor de cabeza desaparecieron completamente, me sentía bien, tomé un poco de agua y me pare sonriendo, sonrisa que no duro mucho al notar quien era ese muchacho que había involuntariamente volteado hacia mí, me quedo mirando por unos segundos analizándome e involuntariamente trague saliva esperando que no me hubiese reconocido.

– ¡Oh! ¿Cuándo apareciste? –. Dijo juguetón, coloco un brazo por encima de mis hombros y su mirada se hizo más gélida–. Al parecer el juego va a ser muy entretenido.

Su susurro me hizo arder la sangre, su cercanía me paralizo el corazón y ganas de contestarle algo estratégico aparecieron, pero instantáneamente cuando termino con esas palabras se alejó de mi saliendo del baño.

– Tsk, que molesto... –. Miré como Kuroko se introducía a un cubículo tranquilamente mientras que Koganei estaba estático mirando a la nada con un semblante sorprendido–. ¿Sucedió algo Koganei?

– Ehhh, no, no, no – Dijo rápidamente nervioso, introduciéndose a un cubículo vació, con los nervios a flor de piel.

Minutos más tarde nos encontrábamos escuchando las palabras del capitán del equipo hechos un circulo. La decisión de la entrenadora fue la misma que en el partido anterior, me necesitaba para observar los movimientos del equipo contrario. En cuanto el árbitro anuncio que ya iniciaría el partido nos separamos con un grito de lucha y cada miembro de Seirin se dispuso a hacer lo suyo, el equipo central fue hasta la línea del medio y los suplentes junto a la entrenadora fuimos al banquillo.

Nuevamente estaba ansiosa ¡Quería estar en la cancha desde el segundo cero! Y sobre todo luego de las palabras de Takao, maldito, me había atrapado con la guardia baja y no pude decir ni pio, maldito, tengo que cerrarle la boca. El juego inicio dejando a la vista la velocidad de Shutoku, cada jugador de Seirin estaba marcado.