Capítulo 12: ¡Di la verdad!

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Riko se quedó observándome por unos instantes, podría decir que intentaba averiguar algo más, sabiendo que mi boca no iba a pronunciar palabra alguna sobre el tema volteo y propuso al equipo ir a comer a algún lugar cercano, para así festejar nuestra victoria. Nadie se negó, pero se podía notar lo cansados que estábamos.

Luego de jugar un piedra, papel o tijeras, –para ver quien llevaba a Kagami, que con suerte estaba con vida– salimos de los vestuarios percatándonos del chaparrón que ocurría en el exterior del estadio, todo estaba mojado y las gotas eran grandes y pesadas, creo que en el momento que anunciaban el clima, el climatólogo se equivocó diciendo que iba a hacer un gran día despejado.

En el camino Kuroko permaneció en silencio, podría deberse a que era quien llevaba a cuesta a Kagami y el peso de mi primo era mayor que el de él, y sumándole que había jugado en un partido agotador, decir algo le costaría. Pero algo dentro de mí me decía que ese silencio no era por el agotamiento o la fuerza que debía estar haciendo, algo dentro de mí me gritaba que él estaba razonando hipótesis, Kuroko sabía que estaba ocultando algo, hacia unas semanas casi se me escapaba que era una chica, y ahora, estuvo junto a mi cuando intercambie palabras con la entrenadora, escucho lo que había dicho.

¡Puede exigir una explicación! "¿Por qué tanto misterio?" Y lo peor, no sabré como responderle.

– Ya no puedo más – Susurra el peliceleste antes de dejar caer a Kagami, que impacto de trasero contra el suelo.

Reí.

– ¡Kuroko, idiota! ¡Voy a matarte! – Le grita furioso antes de girarse y hacerme pucheros – Haru, primito hermoso, ayúdame...

Fingí detenerme a pensar su propuesta y le estiré mi mano.

– Lástima que nunca seas adorable... Kaganeko-chan... tendrías posibilidades de salir con alguien, y no ahuyentar a tus potenciales parejas.

– Cierra la boca, idiota – Dijo ya de pie y reí – Me duele todo el cuerpo.

– Mira esa boca, te la tendré que lavar con jabón. Kuroko hiciste bien en dejarlo caer al piso, lástima que lo ayude a pararse.

Me di media vuelta y seguí mi caminar.

– Nunca voy a olvidarlo, Kuroko, pagaras por esto...–. Lo oí amenazar.

Y negué divertida, Kagami era un tonto resentido.

– ¡Llegamos!–. Anuncio la entrenadora mientras entraba al local de comida.

Mi estómago gruño al sentir el cálido olor ha comido, ahora que lo pienso no había comido nada desde el almuerzo, por más que este había sido extremadamente pesado. Podría ser esa la razón de que me sintiera mal, sin duda necesito comer algo para darme cuenta de lo que me estaba pasando.

– ¡Kise, Kasamatsu!–. El grito de Kagami me saco de mis pensamientos, ¿Estaba Kise aquí?

– ¿Sin honoríficos? Kagami respeta–. Bufe, no los podía ver, por alguna razón Kagami y Kuroko se encontraban delante de mí.

Los empujé a un lado y vi a ambos muchachos de Kaijō sentados en una mesa, los saludé y Kise se paró y vino corriendo a abrazarme, haciéndome girar en el aire, chillo un par de cosas, que por lo alto de su voz y la cercanía no entendí nada de sus palabras. Me llevo a su mesa.

– Kiriel-kun ¿Qué vas a ordenar?–. Me pregunta Kuroko mirando la carta.

Me hundo de hombros.

– Lo mismo que tú, pero el doble, tengo hambre.

– Me pregunto qué hacen ustedes dos aquí–. dice Kise señalando con el cubierto al dueto luz sombra de Seirin–. ¿Y por qué Kagami-chi está cubierto de lodo?

For my promise(Kuroko no Basuke)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora