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POV JIMIN

Estaba en casa de YoonGi, sentado en el sofá junto a Tae, él me hacía molestar diciéndome cosas como ''Qué grande es la casa de tu novio'' , yo sólo lo negaba porque YoonGi y yo habíamos llegado al acuerdo de que yo pensaría sobre mis sentimientos por él.

La verdad YoonGi se está comportando muy bien conmigo, no ha tocado el tema de sus sentimientos cuando está cerca de mí, eso hace que no me sienta presionado.

Después de esa noche donde YoonGi me confesó lo que sentía, decidí darle una oportunidad, él es un buen chico y siento que quiere hacerme feliz y disfrutar el tiempo que tiene conmigo.

Estoy empezando a sentir una sensación muy atemorizante, ya que toda mi vida me las había arreglado para esquivar el amor. Hasta que YoonGi apareció.

Estaba teniendo días difíciles en el trabajo, necesitaba el dinero para pagar mi respectiva universidad. Mucha gente estaba visitando la cafetería y heladería, y realmente me frustaba tener que estar sonriendo para todos al momento de tomar su orden.

Yo sólo quería sonreír para YoonGi.

En uno de estos días tan ajetreados y frustrantes, estaba de muy mal humor, los clientes estaban perdiendo el respeto hacia mi persona, me hablaban con vocabulario vulgar debido a tener bastantes atributos que cualquier chica podía desear.

Hasta que YoonGi apareció.

Él me defendió, él hizo que las personas volvieran a tener el respeto que merecía, ya que yo sólo estaba atendiéndolos y satisfaciendo lo que sus estómagos y papilas gustativas deseaban.

YoonGi iba todos los días a recogerme al trabajo, a veces iba en su auto o simplemente teníamos una caminata agradable.

(🍑)

Pude ver que Hoseok y YoonGi estaban charlando sobre algo, los ojos de YoonGi reflejaban rabia, tristeza y decepción, por lo que decidí acercarme a él para poder darle mi apoyo.

Escuché que hablaban sobre la madre de YoonGi, y que un tipo la llamaba...¿Puta?

Al escuchar la palabra ''madre'' los recuerdos inundaron mi mente, recordé a mi madre recostada en la cama del hospital, la última vez que pude tomar su mano y dedicarle una de las tantas sonrisas que ella adoraba.

Recuerdo cuando tenía 8 años, tenía que acompañar a mi madre al dentista, ya que anteriormente había jugado conmigo y por accidente su diente se quebró. Pensé que me daría el regaño de mi vida pero no, mi madre siempre fue una persona muy dulce, pero a veces hacía bien un regaño cuando era merecido.

Escuchamos el nombre de mi madre por el parlante que estaba ubicado en la sala de espera, nos enviaron al box dental con el doctor Lee Jong Suk.

El doctor pudo notar la presencia de bultos anormales en la garganta y cuello de mi madre, por lo que se preocupó y le ordenó a su asistente que acudiera a un doctor con más experiencia sobre el tema.

Esa misma tarde mi madre fue sometida a variados exámenes completos de cabeza de cuello, como laringoscopia y faringoscopia indirecta y directa flexible. Un día después realizaron una panendoscopia donde el doctor usa un laringoscopio para buscar tumores en la garganta y la laringe.

Una semana después mi madre fue diagnosticada de Cáncer de Orofaringe y cavidad oral.

¿La razón? Lamentablemente mi difunta madre era una adicta al tabaco, no como esas personas que suelen fumar 4 o 5 cigarrillos al día, ella solía fumar 6 o 7 cajetillas al día. Mi padre siempre le advirtió que podría sufrir alguna enfermedad y que podía dejarnos solos a mí y a él.

Una vez que te haces adicto a algo, ya no hay vuelta atrás y cuesta demasiado dejarlo, así como yo me había vuelto adicto a la compañía de YoonGi.

Cuando papá se entero de lo que estaba pasando, lo único que atinó a hacer fue a mandarme a la casa de mi amigo Taehyung, para que allá me cuidaran ya que mi madre pasaría un gran lapso de tiempo con tratamientos.

Yo no sabía nada de lo que estaba pasando, pensaba que mi mamá no quería verme por el hecho de que le había roto un diente. Me sentía tan culpable, lloraba todas las noches por no tener a mi mamá cerca.

Pasó un año después de enterarnos de lo que sufría mamá, ella había perdido su cabello debido a las intensas quimioterapias. Aún era pequeño para que me dijeran que padecía mamá, por lo tanto me habían dicho que ella había emprendido un viaje y que me traería muchos regalos.

Quizás pensaron que al decirme eso me sentiría mejor, pero sabía que algo malo estaba pasando, pensaba que ella me había dejado abandonado. ¿Por qué una madre abandonaría a su único hijo?

Así pasaron dos años, después de dos largos años me enteré de que mamá estaba en sus últimas etapas de vida, sinceramente me hubiera gustado haberme enterado antes para haber podido disfrutar de ella aunque sea en una apagada habitación de hospital.

Un día me levanté y fui a la florería, iba a comprar flores para mamá, era su cumpleaños. Me alisté y después de comprar sus flores favoritas emprendí camino hacia el hospital.

No me dejaron entrar, me sentí extraño ya que era un chico de 14 años, a esa edad uno ya tiene la madurez suficiente para asumir algunas cosas. Además todos los días iba a visitar a mi madre ¿Por qué no me dejaban entrar?

Me sentí desesperado, tenía un mal presentimiento, algo malo estaba pasando.

Empujé a los guardias que se encontraban cerca, estaban interrumpiendo mi camino y necesitaba despedirme de ella.

-¡Déjenme pasar!-grité y a uno de ellos le pegué un puntapié en su entrepierna, haciendo que este cayera al suelo.

Aproveché el momento y entré desesperado a la habitación donde estaba mi madre. No podía creer lo que estaba presenciando, mi madre estaba sufriendo un ataque cardíaco debido a los tumores que se encontraban ubicados en su cuello.

-J-JiMin, hijo...-A duras penas mamá habló, eran sus últimas palabras.

Me acerqué a ella y tomé su mano, pude notar que su ataque había sido regulado y su respiración estaba siendo lenta y pacífica.

-No me dejes mamá, por favor, quédate conmigo, no soportaré estar sin ti.-

-Sonríe...para mi, J-JiMin.-Tomó mi mano y entrelazó nuestros dedos.

Mi corazón se estaba haciendo pedazos en mismo instante, pero decidí sonreír por última vez, para que mi madre pudiese descansar en paz.

Sonreí y rápidamente removí las lágrimas que estaban en las mejillas de mamá. Este sería nuestro adiós, no debía llorar, debería estar feliz ya que después de toda una lucha contra el cáncer ella sería feliz en el cielo, y podría descansar al fin.

Después de haber recordado todo apenas pude hablar.

-Por lo menos tu madre está viva...-Susurré.

-¿De qué hablas, JiMin?-YoonGi removió las lágrimas que se encontraban concentradas en sus mejillas.

-Lo que escuchaste, YoonGi.

Después de tantos recuerdos, empecé a sentir un dolor en mi pecho, sentía mareos y respirar se me estaba haciendo más difícil de lo normal.

Mi vista se trastornó a negro, no podía ver nada. Perdí el equilibrio, lo que hizo que mi cuerpo cayera al suelo. Estaba consciente, pero no tenía la movilidad de mi cuerpo.

-¡¿JiMin?! ¿Te sientes bien? ¡Ayuda! ¡Hoseok, llama a una ambulancia!-Escuché que gritó YoonGi, se escuchaba desesperado, tomó mi cuerpo y me subió a su espalda.

-Y-YoonGi...

¿Escuchas mi corazón? ↪ ym❄ [#kpophallyuawards]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora