Kyungsoo odia las complicaciones y por eso evita a toda costa problemas que pudo haberse ahorrado desde un principio, lo que no sabe es que a su vida acaba de llegar un terrible problema, uno de grandes orejas y que mide casi dos metros de alto.
NO...
El mundo se está volviendo loco ¿Y tú qué? ¿Y tú? ¿Crees que todo está bien No creo que yo lo esté Tengo orejas pero no puedo oir Tengo ojos pero no puedo ver Hay un organismo que habita en nuestros corazones, su nombre es EGOÍSMO... BTS - Am I wrong?
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Una mujer, joven, tal vez de unos 20 o más, sosteniendo su pequeño cuello con una mano, cortándole la respiración al mismo tiempo que volvía a susurrar —No puedes decirle a nadie, sería un problema si alguien se enterara... No queremos problemas ¿cierto?
Luego de una pesadilla más a las que Namjoon no terminaba de acostumbrarse, preparó café y ambos lo bebieron silenciosamente en la cocina hasta que éste decidió hablar.
—Terapia, hombre, lo que tú necesitas es una buena terapia con Wang. —He ido a terapia desde que tengo memoria, dejé esa mierda hace dos años. —Ve con Wang, es un amigo mío, te va a servir. —¿Tiene superpoderes o alguna mierda así? Negó con la cabeza —Está loco, por eso te va a servir. Ni siquiera es psiquiatra, sólo es un estudiante, pero como su padre lleva en esto desde hace años, sabe sus trucos mágicos. —Lo que sea... —Y debes... —No voy a dejar de hacerlo. —No quiero tus mierdas aquí. —Dejaré de consumirla si tú dejas de desordenar el departamento. —Trato hecho. —De acuerdo. Kyungsoo tomó sus botes de pastillas y los llevó con uno de los adictos que se topaba en las fiestas, dándoselos por algunos billetes y luego compró una pizza para celebrar que Namjoon iba a hacer el quehacer. Así fue como accedió a la petición de su amigo y visitó a Wang en su guarida secreta. El sujeto tenía una fila larga de espera, seguro debía hacer bien su trabajo. Ahí en la facultad de psiquiatría comía un chocolate hasta que un chico rubio y guapo le llamó. —Kyungsoo ¿Cierto? Debías avisarme que eras tú, te habría pasado... —Pero había gente esperando... —Tenemos a un chico honrado aquí, me agradas. Pasa. Kyungsoo entró en su hábitat hippie con asientos de animal print, quiso reír al recordar que Namjoon le había dicho que el sujeto estaba loco. Su primer encuentro fue bastante interesante, y luego de tener sexo en el escritorio vintage de Jackson tuvieron una sesión de terapia real en la que Kyungsoo le comentó lo poco o mucho que sabía. —Tu psiquiatra te mintió toda la vida y te administró drogas cada día. Bueno ¿Sigues consumiéndolas? —A veces, ya sabes, son medio relajantes de vez en cuando. —Regálaselas a cualquiera de la facultad de ciencias políticas, ahora no vas a consumir nada de nada, ni alcohol. —¿Puedo fumar? —Preferiría que no, por Dios Kyungsoo, sé un hombre sano. —Sí mamá —Supongo que tu madre nunca te daría por el culo. —Ew, no. La presencia de Kyungsoo era frecuente en el consultorio de Jackson, de vez en cuando se acostaban, pero usualmente se dedicaban a practicar la hipnosis, cosa que Jackson nunca había hecho, pero su padre le dijo algunos trucos para su nuevo amigo. La terapia funcionaba, eso hasta Namjoon lo notaba, él ya no era tan frecuente en las fiestas, se concentraba mejor en el trabajo y luego en la escuela, tanto que ya no sólo era sobresaliente, sino lo sobresaliente entre los sobresalientes. El profesor Jo, quien era una gran influencia en uno de los hospitales más importantes de su ciudad natal no dejaba de proponerle un puesto importante mientras sus estudios eran financiados, pero él seguía negándose desde el primer día. Aunque un año más tarde de terminar sus estudios por completo, por alguna buena razón acordó mirarlo y aceptó el trato. A sus casi 26 años estaba viajando de vuelta a sus padres a quienes no miraba desde la graduación donde terminaron molestos por el pasado oscuro que nadie quería revelarle. Condujo una hora por toda la ciudad hasta la casa que sus padres le habían elegido meses antes. Tal y como él gustaba, bonita, sencilla y lejos de todo, pero cerca del hospital donde ahora laboraría. Se sentía extraño de llegar a un lugar que ahora era prácticamente desconocido para él, se detuvo un instante en el supermercado para comprar ingredientes para su cena, ya que había llegado de noche y moría de hambre. Cogió un carrito y comenzó a colocar productos que antes solía comprar su madre. —¿Soo? —la voz era familiar, ese acento extraño no podía ser nadie más que de... —Yixing. —¡Hola! ¡Dios, sigues igual! ¿Cuántos años han pasado? —¿Siete? —No creciste ni un poco, tan... —Tú tampoco creciste, al parecer —midió sus tres dedos de diferencia. —Tsk, ¿Viniste de visita? —Seguro irás con el chisme. —Si tú quieres que no diga nada, entonces no lo haré. Digo, nunca pude decirle a Chanyeol a dónde fuiste. Nadie lo hizo. —Bueno, el pasado es pasado. ¿Has estado bien? —Digamos que sí. —Déjame apostar... Nunca le dijiste a Junmyeon lo que sentías. —No pude... —¿Cómo? ¿En serio? ¡Debes estar bromeando! —Él se fue cuando terminamos la universidad, claro que seguimos hablando, pero... —Yixing... En serio... —Bromeo, cuando te fuiste lo hice. Ahora vivimos juntos. —¡Baboso, me asustaste! —lo golpeó en el brazo y luego comenzó a reír mientras le felicitaba. —Ni se te ocurra abrir la boca y decir que estoy aquí. Sólo mis padres lo saben. —¿Vas a quedarte esta vez? —Conseguí un empleo en el hospital central. —¿El que está a las afueras? —Ese mismo. Yixing abrió los ojos sorprendido —¡Felicidades! Sabes que puedes visitarnos cuando quieras, Suho estará feliz de verte ¿Puedo decirle a él? —Mientras no se lo digan a Baekhyun todo está bien. —¿Por qué? —Digamos que las cosas no terminaron bien la última vez que nos vimos. —Lo sé, pero no sé qué tan grave fue. Ya sabes que tiende a ser un poco exagerado y dramático. Tiene una obra éste fin de semana, deberías ir a verlo. Kyungsoo volvió a su coche con una gran sonrisa —Al menos él lo logró... —pensó.
Al llegar a casa durmió como no había hecho en un buen rato, luego de darse una ducha caliente y observar el paisaje desde su ventana. Era relajante y con aroma a pino. Los sueños de su infancia turbia seguían presentes, no era como si quisiera tenerlos, pero a pesar de los años seguía sin saber la verdad. Necesitaba verlos para así averiguar la verdad y por qué seguían bloqueados en su mente. Que después de incontables horas fe plática y tratamientos extraños con Jackson, nunca funcionó. Pero si algo había hecho bien, además del sexo, era que ahora estaba más tranquilo y sin esas crisis de ansiedad y que los recuerdos estaban viniendo a él con lentitud. Aunque de todos modos no tenía prisa, sabía que su vida era bastante extraña desde siempre. Otra cosa que Jackson no había logrado sanar en él era éste asunto que Kyungsoo había obtenido desde que terminó con Chanyeol. La música había dejado de sonar en su cabeza, no tenía sentido alguno, eran ruidos sin atinar y ritmos brutos que hacían que su cabeza doliera. Tal vez todos iban a dejarle un trauma después de irse de su vida.
InSung había dicho que debía integrarse cuanto antes por lo que a la mañana siguiente estaba conduciendo hacia su nuevo empleo. Al llegar había sido presentado ante el equipo con el que trabajaría regularmente, Jongdae entre ellos, dedicado al área de pediatría, tuvo que obligarlo a callar y amenazarlo para que no le dijera a Baekhyun. Eso significaba un chantaje, por lo que ahí estaba almorzando en su primer día con Jongdae un par de hamburguesas que por supuesto Kyungsoo pagó. —Baekhyun va a enojarse conmigo si no le digo. —Dejaste que comprara tu silencio con comida. —Y lo vale, pero la cosa es que mañana es martes de LOL. —No me digas que siguen con esa cosa. —Sí te digo. —Ñoños. —Lo dice el doctor profesor Do Kyungsoo. —Deja de burlarte. —Pensé que América iba a ablandarte. —Ya ves que no. —Eso dices ahora... Pero quién sabe qué tanto hiciste allá. —Y nunca lo sabrás. —Tú tampoco sabrás mi secreto entonces. —Como si me interesara. —Uh, créeme, cuando lo sepas... Alguien seguro morirá.
