Capítulo 23: Él absorbe mi cordura

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Después de la charla con Ana y el Andreu, hicimos el programa y Dani y yo nos fuimos a mi casa, bueno...nuestra casa, esta pagando la mitad del alquiler ya que esta viviendo conmigo, la verdad es que vivir con una persona que conozco de tan poco pensaba que me incomodaría pero el siempre me hacía sentir cómodo...me había enamorado tanto de él y me dolía no ser capaz de contarle mi pesadilla, esta noche lo intentaría.

-Voy a hacer la cena Berto-

-Pero hoy me tocaba a mi, no puedo dejar que lo hagas todo.- el rió al ver como inflaba mis mofletes. El empezó a hacer la comida.

-Tranquilo, hoy la haré yo. Te noto cansado últimamente.- mierda, ha notado que no estoy durmiendo bien aunque, en realidad, es una buena forma para sacar el tema.

-Si la verdad es que últimamente...no duermo muy bien.-

-Ya decía yo, y eso porqué es, tu normalmente eres un perezoso.- sonrió.

-Si...he estado pensando porqué sera y...-

-Y....?- dijo mientras se giraba para mirarme.

-Es que yo tengo...tengo un...- no era capaz de decírselo, pero por qué cerebro, por qué no me dejas decírselo!!!

El me ríe.-Tómese su tiempo señorito.- dice mientras sirve dos platos y empezamos a comer.

No puedo decírselo.-Es que tengo un dolor de espalda terrible.- joder Berto, que manejo de la falsedad.

-¿A si? Pues que suerte.-

-¿Qué?-

-Que yo he dado cursos de masajista, en verano cuando estudiaba, para ganar algo de dinero-

-Ah, pero no quiero molesta...-

-Tu nunca me molestas y además...- hace una pausa y con una mirada pícara y voz sensual dice -puede ser divertido.- mi imaginación empezó a volar y me excité mucho, el lo notó.

Acabamos de comer, lavamos los platos después de insistir en ayudarle a hacerlo. No creo que hoy fuese el día en el que le diría lo de mi recuerdo, a verdad es que el plan que tenía él me atraía más, mucho más.

-Bueno, vamos a hacerlo en la cama.-

-Pero no me habías dicho que me ibas a dar un masaje.- los dos no reímos, me había vuelto un yonqui de sus sonrisas.

-Sácate la camiseta y los pantalones y túmbate bocabajo, ahora vuelvo.- hice lo que me dijo y poco después volvió con un bote o una botella de algo.

-Es gracioso, no creía que el primer uso que le daríamos a esto sería para un masaje.- vale, era lubricante. 

-¿Y eso?-

-Una cosilla que compre...para divertirnos.- los dos sonreímos picaramente. El se subió encima mía y hecho un poco de lubricante por mi espalda. Empezó a esparcirla y masajear, de arriba abajo, en círculos, por mi columna. Poco después empezó a acompañar sus movimientos con besos y susurros de amor en mis orejas, el me quería tanto como yo a el y juntos estábamos otra vez en nuestro universo particular sin preocupaciones, ya me acordaría mañana de ellas.

Luego siguió hasta llegar a mi culo, bajó mis calzoncillos despacio, como disfrutando el momento, hasta que me los quitó. Masajeaba mis nalgas y la parte interior de mis muslos mientras yo suspiraba y soltaba algún que otro gemido. En esto, se acercó a mi oido y susurró.

-Cariño, aun no sabes ni la décima parte de trucos que tengo para volver loco a un hombre, pero hoy te voy a revelar uno.- de mi oreja, fue a mi nuca en la que empezó un camino e besos por mi columna hasta llegar a mi entrada la cual lamió y succionó volviéndome, como había dicho, loco. Se notaba que era todo un maestro en esto y en hacer el amor en general. Joder Berto, se cayó un super sexy y adorable ángel/dios del sexo y justo vas y te lo encuentras, en realidad eres un hombre con suerte.

Después de poseerme con su legua por detrás me dio la vuelta poniéndome cara arriba. Sonrió al ver mi cara de excitación. Comenzó un nuevo masaje en mi pecho mientras me besaba y yo profundizaba el beso con mis manos en su nuca, estaba perdiendo la poca cordura que me quedaba.

-Por favor Dani, entra en mi ya.- 

Rió ante mi desesperación.-Se más paciente, todo a su tiempo-

-No necesito proverbios chinos, necesito a mi hombre dentro de mi.- el soltó una carcajada.

-Osea, que no quieres que le dedique el tiempo que necesita a esto.- lamió mi pene desde la base hasta la punta.

-V...Va...vale puedo esperar.- dije ciego de placer. El empezó otra vez a succionar y lamer, estaba apunto de llegar a clímax, el se dio cuenta supongo por mis gemidos de placer que ya eran gritos. Y al fin entró, con una velocidad de vértigo empezó a embestirme hasta que llegamos al orgasmo. Esta fue la vez que más fui suyo de todas las que habíamos hecho.

-Dani...nunca nadie me había hecho sentir tan vivo.-

-Es que nadie te había querido tanto como te quiero yo.- y después de un beso final nos dormimos, con nuestras piernas y corazones entrelazados.



Aquí os dejo este capítulo mas largo de lo normal, espero que os guste. ¿Por qué sera que Berto es incapaz de contarle su recuerdo en un sueño a Dani? Lo sabremos dentro de poco...











Y Si... -Berto Romero & Dani RoviraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora