Capítulo 3: Recuerdo en un sueño

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Estoy en la parte de atrás de mi instituto, tengo 16 años, es la hora de el recreo pero no me he dado cuenta, me escapé de la clase de antes para volver a verlo y no me percaté de que sonó la campana, empezaba a venir gente pero yo no oía los pasos, lo único que podía sentir era el tacto de sus carnosos labios sobre los míos, como abrazándolos, nunca había sentido esta sensación mas si había besado antes a alguna que otra chica, esta sensación de volar sin alas, de soñar despierto, de ver con los ojos cerrados nunca nadie antes me la había proporcionado, nadie antes de él.

Entonces pensé, y si...

Me quedo a vivir en este mundo de placer, de felicidad, libertad en el que puedo ser y hacer lo que me da la gana cuando me de la gana?

Puedo ser dulce, lento, inocente, hacerme el tonto, ser sutil, vergonzoso. O, por el contrario, puedo volverme salvaje, loco, apasionado, obsceno, puedo morder, lamer puedo HACER y SER todo lo que quiera, dejarme llevar, porque se que él me lo permitirá, mientras estemos juntos en ese mundo que no existiría sin el nosotros, en el que somos un todo.

De repente un terremoto en mi país de las maravillas, en el que quiero pasar el resto de mi vida porque significa una vida a su lado, se desmorona y de entre el polvo y las ruinas por una grieta que se hacía cada vez más grande se ve el mundo exterior, el que algunos consideran como "real" pero para mí es una auténtica pesadilla.

En el que no puedo ser yo porque hay que ser como los demás, en el que te enseñan a pasar desapercibido y comportarte "normal". "Normal". ¿"Normal"? ¡Como ODIO esa JODIDA palabra JODER! Carente de profundidad, plana.

Mundo "real". "Real". ¿"Real"? Otro sinsentido. Como puede significar la palabra realidad lo mismo para una persona de Londres que para una niña africana que tiene que andar 10 kilómetros para conseguir agua. Esa realidad que nos venden es irreal.

Todo esto surgía de mi cabeza mientras los chicos de mi instituto que salían al recreo nos encontraron a mí y a él besándonos y luego me daban una paliza al grito de maricones. Aquel chico con el que hace un momento querría haber compartido mi vida se cambió de bando siendo el que sin duda irió más tanto física como psicologicamente.

-NOOOO-Me despierto entre sudores fríos y jadeos. Estoy en mi cama y recuerdo que esa noche estuve pensando hasta tarde en lo de Edu y me dejo caer en la cama mientras me paso la mano por la frente para limpiar el sudor, me quedo mirando al techo.

Y Si... -Berto Romero & Dani RoviraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora