Capítulo 48: Hogar

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Me despierto el lunes por la mañana después de un buen descanso, sin pesadillas ni despertares nocturnos, no había dormido así de bien desde hacía tiempo. A mis espaldas esta mi alma gemela, aún dormido y con una mano firmemente sujeta a mi cintura. En nuestros pies hay una bola de pelo negro a la que llamamos Bagheera que se acerca al ver que he despertado para que lo acaricie. Veo el reloj, va siendo hora de levantarse, no podemos llegar tarde al trabajo después de estar faltando meses. Me doy la vuelta y me acerco a Dani para darle un beso en los labios.

-Despierta príncipe.-

-Madre mía, si que me has echado de menos que hasta eres meloso.-

-Mueve el culo amor.- dije haciéndome el gruñón.

-Eso ya me suena más al Berto de por las mañanas.- dijo riendo.

Nos vestimos, duchamos y desayunamos entre caricias y besos. Después nos dirigimos al plató, ya tenía muchas ganas de volver a trabajar y ver a todo el equipo, eramos como una gran familia, Andreu siempre procura que sea así. Llegamos y entramos pero no vimos a nadie. Pensamos que podrían estar en las oficinas preparando las secciones de hoy y los diálogos así que nos dirigimos allí. Abrimos la puerta y de repente...

-¡BIENVENIDOS!- dijeron todos los integrantes de equipo al unísono. Dani y yo nos emocionamos por todo el amor de nuestros compañeros.

-Chicos...esto...no era necesario.-

-Si que lo era, no sabes lo que os hemos echado en falta.- dice Edu sonriente, cogido de la mano de Javier el cámara.

-Por después de haberme ido sin avisar y todo el lío que he montado...yo...- dijo Dani conteniendo las lágrimas.

-Necesitabais tiempo para encontraros a vosotros mismos y entre vosotros también, lo entendemos.- dijo Ana sonriente.

-Y ahora que estáis aquí por favor no os vayáis más que a Andreu casi le da un chungo de tanto preocuparse.- dijo Silvia sonriendo, agarrada de la man de Andreu.

-Ya chicos, no veis que estoy mayor? Ya no estoy para estos trotes.-

No pudimos más y nos pusimos a dar abrazos a diestro y siniestro, no teníamos ninguno de los dos si nos merecíamos semejante bienvenida pero en el fondo era reconfortante saber que la gente se preocupa por ti y te echa de menos. Mientras abrazaba a mis compis llegué a un persona que no conocía.

-Oh, hola...Te conozco?-

-Lo dudo, soy nueva, me llamo Clara Lago encantada.- me dio la mano y la miré a los ojos, veía algo extraño en ellos.

-Ah, pues yo soy Ber...- no acabé la frase cuando ella se dirigió a Dani.

-Y tú debes de ser Dani Rovira, cierto?-

-Sep, el mismo.- fruncí en ceño, algo me daba mala espina.

Y Si... -Berto Romero & Dani RoviraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora