Capítulo 42: El padre de él

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Terminamos de desayunar y después de ponernos al día decidimos ir al restaurante del padre de Dani para mostrarle que el amor entre hombres es tan fuerte como cualquier otro amor verdadero. Ana se quedó en el hotel para llamar a Andreu, contarle todo lo ocurrido y comprar unos billetes de avión a Barcelona, después de la charla con mi cuñado sería hora de volver y vivir con la persona que quiero. Nos encaminamos hacia el local.

-Por cierto Dani, Qué tal tu hermana?- Pregunté. Siempre me solía hablar mucho de ella pero aún no la conocía. Se, por lo que me contó cuando estuve a punto de hacer una estupidez con un cuchillo, que ella era su mayor apoyo, sobretodo en su adolescencia, me preguntaba si lo había estado ayudando esos meses que pasó en Málaga.

-Ah, si bien, me vino a ver hace unas semanas para animarme, le había hablado mucho de ti y cuando le dije que te había perdido por la estupidez que ya sabes...bueno, vino a apoyarme.-

-Me la vas a tener que presentar un día de estos. Cuando la vea le tendré que dar mil gracias por animarte y apoyarte.-

-Jajaja si, no se que haría sin ella, aunque en realidad si que la he visto algo cansada y nerviosa, ella suele ser más alegre y tranquila... Al llegar a Barcelona tengo que llamarla.-

Al fin llegamos al restaurante, era el momento de entrar en un lugar en el que seguro no seríamos bien recibidos. Su aspecto me recordó mucho al del bar al que Dani me llevo a cenar y bailar, decorado con rojos y blancos, con sevillanas y claveles por todas partes. El interior era lo esperado, cuando nos decidimos a entrar observé docenas de mesas, muchas con gente todavía desayunando las cuales nos miraron con asombro, no se si porque nos conocían de Buenafuente o porque sabían quien era Dani para el dueño del restaurante. Nos cogimos de la mano con todas las miradas clavadas en nosotros y avanzamos, ahora si, con la cabeza bien alta hasta llegar a la barra donde había un camarero.

-Antonio, llama a mi padre por favor.-

-Rovi... Estas seguro?-

-En mi vida he estado más seguro.-

-Esta bien.- el camarero se dirigió a lo que suponía que era la cocina. Segundos después salió un hombre grande y prácticamente igual a Dani, sin duda era él. Se acercó a nosotros con una mueca poco amigable que se acentuó cuando nos vio cogidos de la mano.

-Hola Andrés.-

-No eres bienvenido aquí Daniel.-

Y Si... -Berto Romero & Dani RoviraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora