Capítulo 45: Vuelta a casa

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Nos pusimos camino al hotel, cogidos de la mano sin importar las miradas y con sorisas en la cara, felices de haber por fin logrado liberarnos de un pesado lastre que nos acompañaba a los dos. Teníamos que volver a Barcelona, seguramente Ana habrá comprado los billetes para ir, estaba muy ilusionado, empezaba nuestra vida juntos.

-Yo también tengo unas ganas terribles por llegar.- dijo Dani sonriendo -Estoy deseando ver al pequeño Bagheera, volver a trabajar en Buenafuente con Ana, Andreu y...- se acercó a mi oido -empezar una vida con la persona a la que más amo.-

-Uff, quién sera él afortunado/a?- dije riendo.

-No se te ocurre? Si lo conoces de sobra.- dijo riendo y siguiéndome la coña. -Bajito, pelo negro como el carbón, nariz seximente angulada, cuerpo de escándalo e inteligencia superior a todas las cosas anteriormente citadas, no te suena?-

-Ahhh si, Berto Romero... Nunca me ha caído bien, creo que está sobrevalorado.- dije aparentando indeferencia, Dani rió a carcajadas y luego nos abrazamos con lágrimas en los ojos, esta vez de alegría. Las hechaba de menos de ese tipo.

-Creeme que él es mucho más incluso de lo que él mismo cree.- nos miramos felices y tras un apasionado beso proseguimos la marcha.

Llegamos al hotel y encontramos a Ana, ella vino corriendo algo nerviosa.

-¿Qué tal fue chicos?- dijo preparada para una mala noticia.

-Sorprendentemente bien. Mi padre ha entrado en razón.-

-¿Si? Como me alegro Dani.-

-Si, bueno, eso no arregla toda una infancia de opresión pero me alegra que se diera cuenta de su error. Al llegar a Barcelona tengo que llamar a mi hermana, no se lo va a creer.-

-Pues ya tengo los billetes, nos vamos mañana de vuelta a casa.-

-Ana, te debo una muy gorda por todo esto, por haberme acompañado en esta "aventura", dejando tu trabajo para ayudarme a encontrarlo y...-

-No digas más. Es lo que hacen las hermanas aunque no sean de sangre, recuerdas?- yo no pude más que esbozar una sonrisa, darle un abrazo de gratitud y soltar una lágrima por su bondad.

-Yo también te debo decir gracias por acompañarlo, no se que habría hecho sin ti.-

-Hey- le di un leve golpe en el brazo, el rió.

-Venga chicos, mañana tenemos que cojer un vuelo, todo el mundo a la cama y...- dijo susurrando -solo a dormir, ya celebrareis en Barcelona que no quiero que los gemidos de Berto me despierten, otra vez.-

Asentimos, yo rojo como un tomate y él con mirada pícara.

Y Si... -Berto Romero & Dani RoviraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora