Capítulo 16: La ducha

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Fuimos a bañar al gatito, Dani puso el tapón al lavabo y lo llenó de agua calentita pero no mucho y lo metió en ella, parecía que le gustaba. Yo cogò el jabón y le heché un poquito. Lo empecé a frotar y Dani también, nuestras manos se rozaban y entrelazaban. Eso me puso nervioso, dios parecía un adolescente que con solo un roze ya se le aceleraba el corazón. El me lanzaba miradas y yo se las devolvía fugazmente. El miró al gato con algo de tristeza.

-Al pobrecito le debieron dar una patada y por eso perdió el ojo, he visto otros casos así.-

-Malditos desalmados. Que le pasa por la mente a alguien que hace esto.-

-Supongo que inseguridades, problemas psicológicos... pueden ser muchas cosas pero ninguna es razón para hacer esto.-

-Debes haber visto cosas horribles, rescatando animales.-

-Por desgracia... pero ¿Sabes qué? Lo más bonito de los animales es que, a pesar de haberlo pasado mal, cuando se recuperan y encuentran a alguien que los quiera, son los seres más felices y fieles que existen, eso en humanos es algo casi inexistente.-

-Totalmente de acuerdo. Se ve que los animales son una parte importante en tu vida.-

-Desde luego... Sabes que eres de las pocas personas que no se aburre cuando le hablo por mi admiración por los animales?-

-En serio? A mi me parece interesante, y la pasión con lo que lo cuentas es contagiosa.- Le sonreí, creo que no me mentía cuando me dijo que le gustaba mi sonrisa.

-Gracias por escucharme Berto.-

-Ni las des.-

Acabamos de lavar al pequeñin y lo secamos bien, parecia otro sin tanta suciedad. Nos miraba a los dos, yo lo tenía en brazos y Dani lo miraba por encima de mi hombro, en ese momento los dos giramos nuestras caras y nuestros labios se rozaron. Nos quedamos paralizados, mirándonos en silencio, sus ojos eran dos pozos sin fondo, mi perdición.

-Vo-voy a por comida de animales y agua que tengo en la maleta.- era la primera vez que el tartamudeaba, me pregunto que significaría para el ese roze.

Volvió con lo que dijo y el gatito se puso a comer como un loco. Le hicimos una camita con una manta y una caja de arena con papel de periódico.

-Bueno ya tiene todo lo que necesita.-

-Eres un padrazo Berto.- me miró a los ojos

-Tu también Dani.- le miré a sus ojos

Hubo un silencio en el que no se dijeron palabras pero hablamos con la mirada. La suya parecía de felicidad con algo de... amor? Tenía que aclararlo.-

-Dime Dani: te arrepientes de haberme besado.-

No dijo nada. Inmediatamente se acercó mi, reduciendo al mínimo la distancia entre nuestros cuerpos. Puso una mano firmemente en mi cintura y con la otra en mi nuca dijo:

-Tu que cres.-

Y me beso, esta vez si, esto si era verdad, el conscientemente me besaba, el beso más dulce que se había dado en la historia, estaba seguro. Esta vez si que mandé a la mierda mis preguntas de qué, cómo, porqué y simplemente puse mis manos en su nuca para profundizar ese universo que esta vez si que no era una mera ilusión.

Y Si... -Berto Romero & Dani RoviraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora